¡Yo no me voy de esta casa!

415 39 0
                                    

Llegada la media tarde pasado todos los sucesos ruidosos Patricia y Carmen charlaban en su cuarto.

—al final con todo eso que pasó no tuvimos la oportunidad de hablar algo muy importante —le dijo su madre mientras doblaba una sábana.

—¿De qué?

—nos vamos a tener que quedar en Buenos Aires por tres meses.

—mamá yo no voy a volver —Carmen iba a decir algo pero Patricia continúo— quiero quedarme con mi papá, por lo que tampoco me voy a ir de esta casa.

Dejó de doblar las sábanas y la miro— ¡Patito! Él no sabe que sos su hija.

—¡ya sé! Pero algo se me va a ocurrir hasta que le pueda decir la verdad, también me gustaría ir a la escuela acá.

—Patito, ¿Estás segura con lo que haces?— le preocupaba su hija.

—solo quiero conocer a mi papá, yo sigo soñando con una familia unida — No quería mentirle después de todo ellos volvieron a estar juntos pero antes pasaron muchas cosas algo que Patricia no iba a quedarse a esperar, evitaría todo aquello que retarde su felicidad — ¿Me vas a apoyar?—  Carmen siempre intento complacerla a falta de un Padre y eso su hija la sabía muy bien.

—esta bien — suspiro— pero yo si me mudo a la escuela, te estaba contando me contrataron para el bufet.

—entonces me vas a poder cuidar desde la escuela — le sonrió.

—¿Pero que le vas a decir a Leandro?

—no sé— río — mañana lo pienso mejor.

—Pero... ¿No extrañas casita? — retomó a doblar las sábanas.

—un poco, pero más son mis ganas de quedarme.

A fuera de aquella casa tres amigas caminaban, dos de ellas estaban festejando dado a qué pensaban que su plan fue un éxito, muy diferente era el caso con la otra quien tuvo que aguantarse un regaño y pedir disculpas.

"Primero hace que Madiu se enojé conmigo, me pone en contra de Leandro y ahora a mi mamá".

—¡basta chicas! — Pía y Catarina dejaron de reírse y la miraron — esto salió a medias pero no importa —su expresión se relajó— yo me voy a encargar de destruir a ese pato provinciano.

Las chicas siguieron su camino entre carcajadas y planeando reglas para su grupo "Las Divinas."

***

—gracias por lo que hiciste, me dijeron que no dejaste de buscarme por todas la calles —se sentó a su lado y le sonrió.

—no, por nada ¿Vos estás mejor?— le pregunto aún preocupado.

—todavía me duele la cabeza por el estrés pero... — hizo una pausa — quiero pedirte un favor, es algo muy importante para mí yo... Necesito que me ayudes a buscar a mi papá.

—si claro, yo te voy a ayudar a buscar a tu papá.

"—si claro, yo te voy a ayudar a buscar a tu papá."

Los ojos le pesaban y su vista se volvía borrosa.

"¿Insignificante?"

"Sí, insignificante"

"¡¿Insignificante?!"

"¿Qué acaso no fue insignificante?"

Los recuerdos volvían a invadir su mente y el dolor comenzaba, de repente solo pudo decir una cosa.

—yo sufro por no verlo... —no pudo evitar cerrar los ojos y que el malestar la consuma. Cuándo Volvió a abrir sus ojos Leandro la llamaba preocupado.

—Patito, Patito.

Patricia se reincorporo y ya recuperada a demás de tener nuevos recuerdos aunque no estaba segura de quién venía si de su mamá o de Bianca aunque vio ambos ángulos por lo que posiblemente de ambas.

Pero, a los ojos de Leandro veía a una pequeña que sufría por no saber nada de su padre y no pudo evitar sentirse celoso pues a él le gustaría tener una familia que lo amase tanto como ella amaba a su padre sin conocer.

Al llegar Carmen, ella  ya sabía por qué se encontraba molesta por lo que prefirió ahorrarse la escusa podría irse por si sola.

— me voy a la cosina, tengo que hablar con Petrona — se levantó y dejó a ambos adultos para que hablarán.

— no olvides tomar un poco de agua— le sugirió su padre antes de adentrarse por completo a la cosina.

Ya lejos de sus padres se dispuso a sentarse, aún sentía que la cabeza le daba vueltas pero debía de soportarlo. ¿Realmente debía fingir estar bien? ¿Acaso si se encontraba enferma la iba a dejar irse? Era muy buena idea, Leandro jamás la dejaría en ese estado.

— ¿Está bien? — le pregunto mirándola mientras le dejaba un vaso con agua — si estás mareada toma un poco, ¿No querés descansar en tu cuarto?

—no, no, estoy bien — Petrona gruñó, claramente no era así — bueno, mejor.

—¿Querés que les hable a Carmen y Leandro? Además ¿qué se traen?

—no, no enserio estoy mejor, aparte ellos quieren hablar solos.

—¿Vos sabés algo?

—no mucho pero — Petrona dejo de lavar los platos y la oía con mucha atención— creo que ví una chispa en ambos.

Se escuchó una carcajada en la cocina —es lo mejor que le puede pasar a Leandro, para ser sincera no me gusta ni Bianca ni Antonela, así que vos también cuídate de juntarte con ella — Patricia ya lo sabía, ya habían arruinado su vida más veces de lo que quisiera.

***

—mamá, ¿Y Leandro?— le preguntó mientras hacía bollitos para la pizza.

— se fue con Bianca —sigo estirando la masa.

— que lastima — no sabía si tocar el tema ahora, sabía a la perfección que su madre estaría molesta pero no lo admitiría— mamá — tenía que intentarlo.

—¿qué pasa, hija? — golpeó un poco la masa.

—¿puedo sacar a Bruni a pasear?— mejor en otra ocasión.

—dale, mientras yo termino las pizzas, las pongo al horno — golpeó más fuerte  la masa— voy terminando todo sola — se ríe y eso fue lo último que escucho Patricia antes de salir.

—¡Ay! ¡No! — se cayó al darse cuenta de que lo dijo en voz alta.

"¿Cómo me voy a olvidar que a fuera estaba Matías?"

Realmente para no tener la discusión con su mamá es por lo que prefirió salir olvidando se completamente de Matías.

Por suerte Bruni no había salido corriendo como aquella vez o eso pensó hasta que lo miro irse.

"¡Traidor!"

—¡Bruno!— ese gritó realmente fue natural —¡Bruno!

Y como ya sabía Matías ya lo tenía en sus brazos a pedido de sus gritos.

—gracias — le brindo una sonrisa con lo más natural que le podía salir mientras tomaba a Bruno.

Está vez no le contaría que ella era aquella niña que conoció en Bariloche, no lo creyó necesario y él por supuesto no se daría cuenta jamás.

segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora