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Pasaron al rededor de unas tres semanas.

Taehyung prefirió también quedarse en su celda  en lugar de salir y toparse con malas situaciones, de todas maneras ya tenía una buena relación con Jungkook, o al menos ya conversaban un poco más.

También había tomado la decisión de terminar sus estudios ahí dentro después de que Jungkook le comentara que podía hacerlo. Así que solo salía para ir a sus clases o para comer

Jungkook claramente no lo acompañaba a estudiar, e incluso habían veces en las que comía solo porque el pelinegro se negaba a salir de la celda en todo el día.
A Taehyung le parecía extraño todo aquello, pero prefería no cuestionar mucho, su relación estaba bien como para arruinarla preguntando cosas que obviamente el pelinegro no quería contarle.

Así como el porque estaba ahí encerrado.

Sabía que había hecho algo y que estaba arrepentido, por que se la pasaba culpandose a sí mismo por aquello y siempre finalizaba la conversación antes de siquiera poder llegar a mencionar el delito como tal.

Y bueno, él aceptaba aquello, tampoco estaba obligado a contarle nada.

Aquel día ambos estaban en su celda. Jungkook leía un libro que Taehyung amablemente le prestó; su hermana le había llevado muchas cosas cuando lo fue a visitar, así que después de leerlo se lo facilitó a Jungkook para que se distraiga poco también.
Mientras tanto Taehyung le contaba sobre las clases y el como le enseñaban todo desde cero. Riendo con tristeza por el hecho de vivir nuevamente todo, pero de una manera completamente distinta.

— Es triste si lo pienso bien...

—Sí, lo es, por eso prefiero ni siquiera intentar estudiar. Me traerá recuerdos y los arruinará con el presente.

— Los recuerdos no se arruinan, Jungkook. Lo recuerdos siempre serán iguales, lo que pasa es que el sentimiento al recordarlos cambia, dependiendo la situación.

— Se arruinan — dijo sin despegar los ojos de la lectura—. Por eso las cosas se viven sólo una vez, porque el recuerdo será diferente y perdera emotividad una vez vuelva a o

Taehyung iba a decir algo para continuar con su pequeño debate, pero su celda se abrió y dejaron entrar a un joven, como ellos. Ambos supieron que sería un nuevo compañero y que ahora no sólo serían ellos dos en ese cuarto encerrados con solo una ventana enrrejada.

— Trescientos veintiseis, tienes visita — llamó el oficial luego de anunciar al nuevo recluso.

— ¿Yo? — Jungkook lo miró confundido.

Su familia se había olvidado de él, ni siquiera le llevaban cosas, o lo visitaban. Ellos lo odiaban y en cierto punto él también se odiaba, se odiaba de una manera tan intensa...

Ni siquiera la odiaba a ella, se odiaba a si mismo por ser tan imbécil y por amor aceptar todo y no luchar por la libertad que ciertamente merecía.

— Muévete — pidió brusco el hombre y Taehyung frunció el ceño.

Los oficiales lo trataban muy mal.

A él no es como que lo trataran como a un príncipe, pero tenían más tacto con él, eran menos bruscos, menos groseros. Pero con Jungkook, eran unos animales, lo empujaban con fuerza, lo miraban con odio, lo trataban demasiado mal.

Todos lo hacían.

Se levantó y palameo el hombro de Jungkook sonriendole. El joven le sonrió igual y salió de ahí luego de que el oficial lo esposara con mala cara y comentarios un poco hirientes y fuera de lugar.

The Truth Untold | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora