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Taehyung no sabía ya ni en que mes del años se encontraba o cuanto tiempo llevaba encerrado ahí con Jungkook y Jongsuk, ya ni siquiera sentía que le importara.

Las visitas de su hermana empezaron a reducirse a una al mes, ella estaba muy ocupada con sus estudios y debía estar ocupada con su vida también. No tenía mucho tiempo para desperdiciar en uno de los tipos que arruinaron su vida.

Si lo pensaba bien, quizá Haerin no querría verlo por los malos recuerdos que ya de por si le hacía tener, no se podía imaginar el dolor que sentía su hermana y suponía que verlo hacía las cosas más difíciles, por eso no preguntaba el porque de su repentino cambio. Simplemente la escuchaba hablar de su vida y lo bien que le iba.

Era final del mes y su hermana estaba sentada en aquella silla frente a él, siendo separados por un cristal y sintiendo la necesidad de abrazarla y decirle que la amaba mucho y que la extrañaba.

Perdirle perdón y verla triunfar.

— Uh, hice una nueva amiga — comentó ella —. La conocí hace varios meses, pero hasta ahora puedo decir que realmente es mi amiga. Es genial y amigable, te caería bien.

— Eso es bueno, Haerin — le sonrió tratando de ocultar sus sentimientos.

— ¿Y tu? ¿Te llevas bien con tus compañeros de celda? ¿Está todo bien aquí? — ella siempre preguntaba eso, siempre se preocupaba, pero sólo recibía una respuesta simple y sin detalles.

— Sí, está todo bien, no te preocupes.

Porque ya se sentía demasiado culpable por hacerla vivir algo como eso, por matar a su padre frente a sus ojos y por hacerla pasar por muchas cosas que quizá no estaba lista para vivir. Realmente la había empujado al vacío y no quería darle más preocupaciones, hundiendola más.

Haerin no sabía de sus ataques de pánico, ni de las últimas recaídas que ha tenido. Ella no sabe nada sobre sus compañeros de celda, ni tampoco que esos dos se la vive peleándose y casi matándose, o al menos Jongsuk, porqué Jungkook sólo se queda callado y recibe los golpes. Ella no sabe que Jongsuk le tiene miedo porque piensa que podría matarlo. Ella no sabe que aveces él mismo se teme. Ella no sabe en que se basa su vida ahí, pues Taehyung no se lo dice.

Luego de la visita, volvió a su celda siendo escoltado por un oficial. Lo encerraron ahí y cuando entró pudo notar que habían marcas de sangre en el suelo y en las sábanas que pertenecían al pelinegro. No había rastro de Jungkook o de Jongsuk y sintió el miedo recorrer todo su cuerpo causandole escalofríos al tan sólo imaginarse que era lo que había ocurrido mientras el se distraía charlando con su hermana y viéndola nuevamente, después de un mes.

Fue hasta las rejas y le habló al oficial que custodiaba el pasillo, tratando de averiguar algo.

— ¿Qué fue lo que pasó?

Él tipo miró dentro y notó la sangre en el suelo, realmente era mucha sangre, no era como la vez anterior que Jongsuk casi mata a Jungkook, parecía como si alguien se hubiera desangrado ahí y muerto en realidad.

— 502 apuñalo a 326 con una cuchara que robo del comedor  — respondió con simpleza, sin pensar siquiera en el sentir del castaño.

— ¿Qué? ¿Cómo que lo apuñalo? ¿Dónde están?

Sus nervios empezaba a aumentar y su ansiedad no ayudaba en ello.

— 502 en una celda de castigo y 326 en el hospital — se alejó después de decir aquello —, probablemente esté muerto en este momento.

— ¿Muerto? — soltó los barrotes y vio la sangre en el suelo. El oficial no le respondió y continuó  vigilando todos las celdas del pasillo.

Esa sangre era de Jungkook. Jongsuk había apuñalado a Jungkook con una cuchara y no sabía que se le hacía más ridículo, el que haya convertido una cuchara en una arma blanca o que estuviera preocupado por el pelinegro.

Ellos no eran amigos, ya ni siquiera se dirigian la palabra, ni siquiera querían coincidir en el mismo sitio. Sólo se veían en las noches y Jungkook siempre tenía marcas de golpes o rasguños en el cuerpo o en su cara.

Aun así, se estaba preocupando por él, aun si este había hecho algo tan terrible, aun si le recordaba a su padre, aunque pretendiera odiarlo, aunque no fueran amigos siquiera.
Le preocupaba, quería saber si estaba bien y necesitaba, en serio necesitaba que Jongsuk no volviera a esa celda.

Quiza era porque Jungkook no parecía una mala persona, porque siempre que tenía algún ataque de pánico le ayudaba a salir de el, porque no le importó estar malherido, se lanzó al suelo y lo ayudó.

Se sentía un hipócrita despreciable, no sabía si por apreciar a Jungkook o por pretender odiarlo. Estaba perdido y enojado, no sabía ya ni como sentirse.

Quería llorar y que alguien lo abrazara y le dijera que todo estaría bien. Quería volver a esos días lindos cuando su madre estaba con vida, cuando él y su hermana jugaban juntos y no tenían miedo del mundo que los rodeaba. Quería volver a esos días de felicidad, quería volver a ver a su hermana y que ella sonriera, quería poder estar junto a ella y verla triunfar.

Sus manos empezaron a temblar y sus ojos se aguaron, su pecho empezó a contraerse y su respiración se volvió irregular.
Trató, en serio trató de respirar bien, de no caer nuevamente en ese agujero negro, de ser fuerte ante sus pensamientos, en serio quizó hacerlo, pero no pudo. No pudo y todo se volvió aun peor, sentía que estaba muriendo, sentía que era su fin y no había nadie que lo ayudara, la única persona que lo hacía estaba malherida y quizá hasta... muerto.

Todo se volvió oscuridad y su mente se apagó.
No escuchó más que un pitido ensordecedor y dio paso a la inconsciencia.

Se había desmayado y el sonido suyo tratando de respirar fue lo que alerto al oficial que cuidaba del pasillo para entrar y encontrarlo ya inconsciente en el suelo de su celda.

Ese lugar era como una desgracia, los reclusos que habitaban en ella siempre terminaban o en el hospital o en la celda de castigo, en el caso de Jongsuk. Los tres trayendoles complicaciones, sin la capacidad de convivir y llevar las cosas de manera tranquila entre ellos.

Típico de los nuevos reclusos.

Sacó a Taehyung de ahí y junto a otros oficiales, lo llevaron a la enfermería para que lo atendieran y revisaran.

Lo acostaron en una camilla y lo esposaron a esta por si despertaba y pretendía huir, aunque el jovén parecía demasiado blando para ser uno de esos presos problemáticos, nunca sabían con que clase de personas se encontraban, no podían confiarse para nada.

Aunque por la mente de Taehyung ni siquiera pasaba el hecho de huir. Estaba tan atormentado y lleno de culpa que ni siquiera pensaba que su condena fuese justa ante lo que había hecho.
Él no era más que un niño que cometió un grave error y pagaba las consecuencias por el, torturadose a sí mismo ante el desprecio y arrepentimiento.

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The Truth Untold | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora