Capítulo Diesiseis.

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Capítulo Dieciséis: Atlas Bhall es un asesino.

(🍎🍎🍎)

Son tan inevitables las preguntas.

¿Cuál fue la última vez que lo viste?

¿Por qué ya no sonríes como antes?

¿Por qué rompieron?

¿Por qué se fue lejos de ti?

¿Por qué lo besaste?

¿Por qué solo lo usaste?

¿Porque solo querías sentir algo?

¿Porque hiciste eso?

¿Porque huiste?

¿Por qué lo mataste?

Toda pregunta siempre tiene su respuesta, la cosa es querer decirla y con quien. No a todos puedes ir a expresarle lo que sientes y querer que reaccionen de la mejor forma, no todos son tu mejor amiga, son tu hermano, son tu pareja.

Otros pueden ser solo el chico de cabello blanco qué no tienes mucho de haber conocido.

Me detuve en seco. Aún estaba unos pasos adelante de él y no pudo ver mi cara congelada en ese instante, con una sonrisa fingida me giré y lo vi.

— ¿Frederik?

— Si, todo mundo dice que tú y el tuvieron algo y esa fue la razón por la cual tu ex novio se fue —cierra un poco los ojos, hace una expresión en su cara para dar a entender que no le interesa. —Es muy extraña esta esta escuela, todos saben de todos, pero a la vez no, muy raro porque plantean qué se conocen cuando no es así.

— Fingir es una palabra muy asertiva —lo mire. — Pero así es Green Valley.

— El lugar donde desaparece una persona y a nadie le parece importar. —Se encoge de hombros.

— Frederik era alguien muy inestable —seguí caminando. — No nadie que iba a hacer, en un momento podía desaparecer, al otro podía llegar a hacer cosas raras o inclusive intimidar a alguien, era alguien inestable que no todos mundos y daba cuenta de lo que podía llegar a hacer.

— ¿Y tú si te diste cuenta?

No respondí a eso.

¿Qué debería decirle?

¿Qué me di cuenta de la peor forma? ¿Que fui su víctima por casi un año? ¿Qué vivía atormentada por un chico de 18 años? ¿Qué me acosaba y no tenía el valor de ir a reportarlo?

— Frederik llego a ser mi amigo, poco tiempo, llegue a conocerlo un poco, pero... —me quede callada.

Pero hizo algo horrible.

Pero me traiciono.

Pero me fallo.

Pero se obsesiono conmigo.

— ¿Pero...?

— Pero las amistades no son para siempre, Altair —me encogí de hombros. — como las relaciones.

Y ahora, pude dejarlo atrás.

(...)

— Que hermosa te ves —sonríe Zaph mirándome al llegar.

— Ese vestido es hermoso —ahora fue Jo la que me hablo.

Las mire a ambas, Zaph mantenía un vestido de cuadros color celeste con medias blancas, en cambio Jo tenia unos jeans azules y una camiseta color amarilla, todas se veía hermosas y deslumbrantes como siempre.

ATLAS: Los Desvanecidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora