Capitulo Veintidos.

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Capítulo Veintidós: Malditos Bhall, me volverán loca.

(🍎🍎🍎)

Salí antes que la señora Stevenson entrara, más agitada de lo que debería.

— ¿Cómo te quedo?

— Excelente.

Se lo entregué y comencé a caminar hacia la salida de los vestidores.

— ¿Y el chico Bhall?

Estaba con la garganta seca, no sabía que decir.

— Salió hace unos minutos con sus hermanos, madre. No aturdas mucho a Sil, ya mucho es que nos ayude por otro año consecutivo —hablo Zaph asomándose por la entrada.

Pam asintió y salió del vestidor, suspire aliviada cuando Zaphire se acercó a mí.

— Debes ser más discreta, que mi madre esta ebria casi todo el tiempo no quiere decir que no se dé cuenta de las cosas —habla cerca de mí. — Ya puedes salir, Atlas.

El chico de cabello blanco se asomó por la cortina con una mirada que se podría decir tímida.

— Bueno, por lo visto si les quedo a ambos el vestuario. Vayan a la carpa, mi padre debe decirles algo —Atlas salió delante de mí, Zaph me conocía demasiado bien como para decirme algo, así que solo levanto una ceja y sonrió sin mostrar los dientes.

Me acomodé el vestido y salí del vestidor, seguido por Atlas, Altair levanto la ceja al vernos salir juntos.

Baje para sentarme en una de las sillas, sola, un poco alejada de los Bhall.

Pam bebía de un bote yeti, con el logotipo de la familia Stevenson, algo me decía que lo que venía en ese bote no era agua, deje de prestarle atención cuando el señor Stevenson subió al escenario.

— Como cada año es un hermoso placer para mi recibirlos para la subasta de El festival de manzanas rojas de Green Valley, es un gusto para mi tener a los nuevos inquilinos del pueblo como unos de los participantes —el señor Stevenson sonríe abrazándose a sí mismo. — por eso mismo, hemos decidido que este año la velada de la comida sea en el campo abierto de nuestro manzanal.

Mire un poco sorprendida, comúnmente la familia Stevenson no permitía que nadie pusiera un pie en ese lugar, ya que ahí fue el primer árbol que se plantó y, aunque ya solo sea más que un tronco, no permite que nadie fuera de la familia o allegados se acerquen, solo he ido 1 ves y eso que soy amiga de Zaph casi toda mi vida.

— Por eso mismo, se les instruye que a ustedes será entregada una cesta que incluirá el pay de manzana, vino, manzanas, obviamente —el señor Stevenson se ríe, como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo.

Casper lo mira de la misma forma que yo y retoma las palabras de su tío, sacando una hoja de su bolsillo trasero.

— Además de todo lo mencionado, tendrá la persona que los "compre" en la subasta, la dicha de una cena con ustedes en el campo, como bien se sabe, cada compra será para el hospital infantil y a los participantes serán gratificados con cupones en la boutique del pueblo, una noche en la cabaña del bosque y un cheque.

Eran los mismos regalos que cada año, una noche en la casa de vacaciones de los Stevenson, un cheque por 25 dólares, y cupones de 15% de descuento, nada del otro mundo, tampoco es que lo haga por los regalos, si no es para ayudar a Zaph, como cada año.

Los Bhall asintieron, parecían comprender todo.

— Bien —Pam elevo su yeti, derramando un poco en el vestido que portaba. — ¡Muchas gracias por participar!

La emoción se notaba por el alcohol, el señor Stevenson con ayuda de Casper se la llevaron hasta afuera de la carpa, controlándola en el camino.

Camine al vestido junto a Zaph, ingrese en el primero que encontré.

Intenté calmarme, ya que, recordé que había echo con Atlas en un vestidor de estos.

Sali del vestidor para darme cuenta que fui la primera en salir, me apresuré en salir de allí, dejar el vestidor en ese perchero y cuando estaba por asomarme por el marco de la puerta, una mano en mi hombro me detuvo.

Pensé que se trataba de Atlas, pero no, era Altair.

— ¿Te divertiste?

¿Lo sabe? ¿Cómo demonios saben lo que hice en el vestidor con Atlas? ¿Atlas le dijo? ¿Se dio cuenta? ¿Nos escuchó?

— ¿Disculpa?

— Si te divertiste en el vestidor, probándote la ropa. Angelia dice que las chicas aman probarse ropa nueva, supuse que para ti fue divertido...

— ¿Piensas que todas las chicas amamos la ropa? —lo cuestione levantando la ceja.

— No, solo yo... no se como hablar contigo, Sil, me pones nervioso —notaba sus mejillas sonrojadas, su mirada apenada y esos ojos azules mirándome con ternura.

— Pues lo estás haciendo bien, Alti.

Palmee su hombro y comencé a caminar a la salida de la carpa, me gire a ver a la tarima para darme cuenta que Altair seguía observándome con una sonrisa, pero atrás de el se asomaba Atlas, recargado en el marco de la puerta, mirándome fijamente con esa particular sonrisa que no enseña los dientes.

Malditos Bhall, me volverán loca.

(...)

Regrese a mi casa después de ayudar a Zaph con unas cosas, abrí la cerradura para ver a Fin Nick con unos chicos de su equipo, entre ellos Jasper Hall.

— Hola Sil, los chicos y yo estamos planeando como juntar dinero para nuestro autobús del estatal —habla Finn.

— Puedes decirle a Zaph si hacen una colecta en el festival de las manzanas rojas. —sugerí, noté la mirada de Jasper en mí.

Me sentí un poco incomoda.

— Buena idea, le comentare a Zaph.

Asentí y comencé a caminar hacia las escaleras. Antes de subir el primer escalón le di una ultima mirada a los chicos, notando como Jasper continuaba mirándome aún.

Cerré la puerta de mi habitación tras de mi y comencé a pensar un poco, sobre todo, sobre los Bhall sobre Atlas.

Atlas.

(...)

Era demasiado extraño el saber que tu vida fue arruinada por una persona, el como hiciste algo inevitable, perdiste el amor de tu vida, te perdiste a ti misma. Todo por él, todo por Frederik.

Maldigo internamente siempre que mi primer pensamiento al despertar sea Frederik arruinando mi vida, porque es un recordatorio constante de que la persona que menos pensabas son las más peligrosas, las más propensas a arruinarte.

"—¿Comprendes lo que te dije? —ambas manos de Cole estaban en mi cara, frente a frente. — ¡Silver, reacciona!

— Y-yo...

— ¡Entiende! Era inevitable, debías hacer eso o el me mataría amor, el iba a hacerlo, lo sabes —intentaba recobrar la respiración, pero no podía, solo podía pensar que había asesinado a alguien.

Mis manos temblaban, le había gritado a Cole cuando no lo vi moverse, pero en realidad era yo, yo no me podía mover, mi mente estaba gritándole, pero en realidad era el quien me gritaba.

¡Silver, Silver, Silver! ¡Tu mataste a Frederik, Tu y nadie más que tu"

Mi mente entro en blanco cuando ingrese a la ducha, necesitaba despejar mi cabeza de todos esos pensamientos sobre ese suceso, un baño siempre me ayuda, mas ahora, mas cuando estaba llena de sangre ese día.

— ¿Sil, donde estas? —la vos de Kollian sonó por afuera del baño. Me di la ducha más rápida del mundo para salir con la bata de baño, Sali tan rápido que ni me di cuenta que no me había puesto mis sandalias. Giré mi cabeza buscando a mi hermano, pero me di cuenta que no se trataba de él, era Atlas quien estaba al final del pasillo.

ATLAS: Los Desvanecidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora