Capitulo Veinte.

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Capítulo Veinte: Eres tan exquisita.

(🍎🍎🍎)


Lo empuje rápidamente, no podía creer que estaba haciendo en este momento.

— Silver yo...

— No puedo Atlas, lo siento-

Comencé a caminar, alejándome de él.

— ¿No puedes conmigo, pero con Altair sí?

¿Cómo sabia eso?

Me detuve en seco.

— Lo sé, Silver. ¿Pero porque con el sí, pero conmigo no?

No me giré a verlo, solo continue caminando.

No podía, no podía lastimar a más personas.

No el, no Altair, no Jasper, no Cole.

(...)

— Estas empapada —me hablo Zaph cuando llegue a la carpa donde seria la subasta.

En el camino había comentado a llover, no me quise apresurar, ni detener a esperar, esto me ayudaba a llorar sin qué la gente se diera cuenta.

— Si, lo siento.

Ahí estaba Altair junto con Angelia sentados en una de las muchas sillas.

¿Porque con el sí, pero conmigo no?

¿Porque esa frase me recordaba a Frederik con Cole?

Mi mirada se conectó con la de Altair, el palmeo la silla libre de su lado indicando qué me fuera a sentar con ellos, camine viendo como Zaph se iba con su madre.

— Toma mi chaqueta —Alti se quita su chaqueta negra y me la tiende.

— Gracias.

Baje la mirada poniéndomelo encima, tenía un poco de frio así que la chaqueta de Alti me ayudó mucho. Su perfume olía demasiado bien, era un olor demasiado único, no lo había sentido nunca, levante la mirada y pude observar a Atlas llegando igual de empapado qué yo, note la mirada hacia mí y su hermano al llegar.

Soltó una risa áspera sentándose a mi lado.

¿Porque, de alguna forma, siempre termino entre los hermanos Bhall?

— ¿Que te sucedió? —pregunto Altair.

— Me entretuve.

— ¿Con qué?

Este no dijo nada más, me giré a verlo y pude ver cómo me miraba fijamente, Altair no dijo nada más y volvió a sentarse en su asiento. Pero pude escucharlo bufar.

— ¿Tienes frio, Silver? —sonrió Atlas mirándome.

— Un poco.

— ¿Han visto a Egeon? Fue por algo de comer y ya tardo, iré a verlo —Angelia se levantó de nuestro lado y salió de la carpa rápido.

Mi vista se dirigió en Zaph, quien se encontraba hablando unas cosas con Pam, las chicas Stevenson les decían unas cosas a unos empleados cuando vi a Casper entrando por la carpa, me levante rápido y camine hacia él, como si de mi escape se tratase.

— Hola, Sil.

— Cas, te abrazaría, pero estoy empapada —le dije mirando.

Este no le importo en lo absoluto lo que dije y me abrazo.

— No me importa, Silver-Anne —sonríe abrazándome.

El calor de Casper me reconfortaba, era como si en verdad necesitará ese abrazo para no derrumbarme.

ATLAS: Los Desvanecidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora