Me lavo las manos, y mientras me retoco los labios una madre y su hija entran al baño. La pequeña de rizos no para de explicarle como hay que colocar las zapatillas en la entrada para que Papá Noel no se equivoque. De camino a la mesa una sonrisa se me dibuja en la cara. Mi madre se está riendo a carcajadas con Marco, mientras mi padre se hace el indignado. Si, ellos también han sucumbido a sus encantos.
- Espero que os estéis riendo de él y no aprovechaseis a que me he ido para criticarme.- digo mientras ocupo mi asiento al lado de Marco, que pasa instantáneamente su brazo por detrás del respaldo de mi silla.
- Tranquila hija, el bullying era todo hacia mi.- miro a Marco de reojo y me guiña un ojo. Creo que prefiero no saberlo.
Desde que le dije que nos íbamos a ir a cenar como personas normales, Marco ha estado intentando esconder los nervios. Ya se lo había dicho después de la encerrona que me había hecho con su padre, se la tenía guardada. Una vez nos bajamos del coche a las afueras de Madrid, y saludamos a mis padres con dos besos lo supe. Todos los nervios se habían esfumado porque el chico trabaja mejor bajo presión, y con dos bromas sutiles sobre el Barça y sobre como le hago el desayuno, ya los tenía ganados, sobre todo a papá.
Las luces del local se apagan y aparece una de las camareras con una tarta de chocolate con cinco velas encendidas, mientras la mesa del fondo comienza a cantar cumpleaños feliz. Da igual cuantos años tengas, o cuánto practiques, siempre que te cantan esa canción no tienes ni idea de que hacer. O eso creía. Al parecer, la niña de rizos del baño, lo disfruta al máximo. Está cantando lo más alto posible y nosotros nos unimos. Una vez acaba la canción, ella llena sus mofletes y sopla. Todas las velas a la vez, pero antes cierra los ojos y estoy segura que pide un deseo.
- ¿Ya saben qué quieren de postre?- Pregunta el camarero mientras recoge los platos de la mesa. - Si, tomaremos una muerte por chocolate.-Dice mi padre guiñándome un ojo, como siempre.
Mientras llega nuestro postre mi padre le pregunta a Marco que tal está de la lesión. La verdad que hemos estado toda la comida hablando de su infancia, de Mallorca, de cómo nos conocimos. Todavía no habíamos llegado al punto de la conversación donde nos ponemos serios y parece que con el café y el chocolate a mi padre le ha venido la curiosidad. Marco no está muy contento con los resultados que le ha marcado el fisio y está un poco frustrado. Antes de hablar coge aire y yo le aprieto cariñosamente la pierna por debajo de la mesa.
- La verdad que fue más el susto.- explica mientras me acaricia la espalda.- Estoy trabajando en el gimnasio y espero tocar balón a la vuelta de navidades. Además, con la médico que me he buscado, seguro que me recupero antes.
- Yo no me fiaría mucho.- dice mi padre entre risas probando el postre y dando por zanjado el tema, cosa que agradezco profundamente. Estoy a punto de meterme una cucharada de chocolate en la boca cuando oigo como en la mesa de al lado, Paula, la cumpleañera se queja porque para su cumple, y cito textualmente "no quiero esa muñeca, quería las botas del Madrid".
Parece que no soy la única que se está enterando de la conversación, porque tanto mis padres como Marco se giran para ver a la niña. Esta sentada con los brazos cruzados mientras su madre le coloca otro paquete delante. Ella abre los ojos como platos, está claro que no se lo esperaba, aunque su reacción es incluso más llamativa cuando del envoltorio verde y amarillo sale una camiseta blanca. - ¡Mira Papá! Pone Paula y es el 20 como Asensio.- dice la niña abrazando la camiseta.
-Vaya Marco, parece que tienes una admiradora... bueno una más .- dice mi madre mirándome. Parpadeo un par de veces y cierro la boca de golpe. A ver, quién no se quedaría un poco embobada mirando como semejante persona sonríe viendo como una niña monísima habla de lo mucho que lo admira. En serio, si conocéis a alguien inmune a sus encantos que me avise y me cuente sus trucos. Marco se ríe, me da un beso en la frente y se levanta.
- Que no te dé un infarto.- me susurra mientras veo como se acerca a la mesa de Paula.
- Hola, me llamo Marco, estaba sentado ahí y he visto que es tu cumpleaños. Solo quería felicitarte.- dice después de saludar a sus padres pidiéndoles permiso para hablar con la niña. Ella no reconoce quien le está hablando hasta que levanta la cabeza y lo ve. Sus ojos brillan muchísimo y una sonrisa enorme aparece en su cara. Mira a sus padres y luego a Marco, y otra vez a sus padres. Está claro que no entiende nada.
- ¡¡Esto es mejor que las botas del Madrid!!- dice abrazando a mi novio. Después de un rato hablando, un par de fotos y una camiseta firmada, Marco regresa a la mesa.
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CarolinaGV Muerte por chocolate 😋 (y felicidaddd) w/ the fam💚 Liked by @Ana_Lopez, @NoeCrux, @AntonimoGvillar and 236 more 4 comments AntonimoGvillar flipo que solo te llevan a ti a los sitios guays... FrandeLucas guárdame un trozo que en dos semanas estoy ahí Marcoasensio10 #healthy ↪️ CarolinaGV 🥦🥦😜
- ¿Te lo has pasado bien? Yo creo que he triunfado con mis suegros. Además de majo y encantador, también soy un yerno ejemplar. Qué suerte tienes.- dice metiéndose en la cama y dejando el móvil en la mesita de noche. - Claro que si modesto, te voy a empezar a llamar así.- digo trepando a su lado.- Aunque claro, con el numerito de la niña cualquiera gana puntos. ¿Estás seguro que no contrataste tu todo para quedar bien?- Digo estirándome para apagar la luz.
- ¿Tanto se ha notado?- Dice tapándonos con el edredón. Noto su aliento en mi nuca y un ligero apretón en la cintura. Eso solo puede significar una cosa.
- Buenas noches Marco. - Buenas noches Caro. Y que quede claro, el que tiene suerte aquí, soy yo.
Hola después de tantiiiiiiisimo tiempo👋🏻👋🏻 Marco y Caro han vuelto, espero que sigáis con ganas de saber sobre ellos... Intentaré retomar como lo deje, subiendo un capítulo cada semana, aunque no os puedo prometer nada porque estoy muuuuy liada🌞