Llevo todo el día de arriba para abajo entre el hospital y la facultad. Después de estar toda la mañana en el área de pediatría intentando conseguir que Nerea, una pequeña niña se estuviese quieta para hacerle una biopsia renal, he tenido que salir corriendo para llegar a tiempo a un seminario obligatorio.
Ya han pasado 3 horas desde que estoy sentada en tercera fila tomando apuntes sobre casos clínicos que serán materia de examen para el ECOE. A finales de Junio, todos los alumnos de medicina de sexto curso se someten a tres días dónde médicos y profesores evalúan sus conocimientos prácticos. La verdad que el mecanismo es bastante gracioso. Nos meten en habitaciones uno por uno, y dentro nos esperan residentes de primer y segundo año simulando que son pacientes. Marcos me contó una vez, que el año pasado tuvo que fingir ser un vagabundo que tenía un síndrome de abstinencia. Se metió tanto en el papel que cuando volvió al hospital para seguir con su trabajo el guardia de seguridad no le dejó entrar. ¡Hasta había llevado sus pertenencias en una bolsa de plástico!
No paro de mirar al reloj. Tengo un hambre horrible y me suenan las tripas. En todo el día he comido una manzana y una tortita de maíz. Creo que me voy a desmayar si no ingiero algo en los próximos diez minutos.
- Repito, el simulacro será la semana que viene. De "Abad" a "Figueroa" están citados en la tercera planta a las 9:30h. De "Forra" a "Varona", a la misma hora pero en la primera planta. Les dejo la convocatoria colgada en el tablón de anuncios. Ya pueden irse.
Salgo de clase mientras Nicolás intenta por octava vez en lo que llevamos de semana invitarme a tomar algo.
- Venga Caro, ¿cuántas veces más me vas a decir que no?Nico fue la primera persona que conocí al llegar a la facultad. Es el delegado de mi curso y saca todo matrículas de honor. Es el típico chaval pijo que tiene todo lo que quiere con un solo chasquido de dedos. La verdad es que al principio me pareció muy simpático, incluso la primera vez que me invitó a salir me planteé decirle que sí. Con el tiempo, fui cambiando de idea. Puede ser que todas las historias que me contó Marcos sobre él tuvieran algo que ver. Al parecer siempre ha tenido las mejores prácticas porque su padre es el jefe de cirugía del hospital, y se encarga de que todo el mundo lo sepa. Es como el Chuck Bass de la Autónoma. El de la primera temporada claro, SPOILER, no el que se casa con Blair.
Estoy intentando encender el móvil pero parece que no está por la labor. Genial. ¿Hay algo peor que no tener batería? Pues si, tener que hacer un viaje en metro de 30 minutos sin música. ¡Vida, por qué eres tan cruel!
- Ando muy liada Nico, lo siento.- digo mirando a ambos lados de la carretera antes de cruzar. Se nota que el seminario era obligatorio. Las 60 personas que pertenecemos al sexto curso, estamos intentando cruzar por el paso de peatones, pero el tráfico nos lo impide.
- Tengo aquí el coche, si quieres te acerco. Venga Carolina. ¿Caro, me estás escuchando?
- ¿Qué?- digo mirando a la derecha del semáforo. En doble fila hay un coche blanco que me suena. La ventana del conductor se baja un poco y sonrío.
Cruzo sin despedirme del pesado de mi compañero y entro en el Audi de Marco.
- ¡Hola! ¿Qué haces aquí?- digo dándole un beso en la mejilla. Me gustaría poder habérselo dado en la boca, pero estoy segura de que más de uno de mis compañeros está intentando descifrar la identidad del chico que me viene a recoger a clase.
- Pues he dicho, ¿por qué no voy a recoger a mi chica a clase que hace dos días que no nos vemos y la invito a cenar?- dice Marco pasando por delante del paso de peatones donde Nicolás todavía estaba esperando para cruzar.
- ¿Con que tu chica eh?- digo poniéndome cómoda en el asiento y mirándole con una sonrisa divertida.
- Pues si.- dice mientras nos detenemos en un semáforo.- Si a ti te parece bien claro.- se gira para mirarme y continúa.- Yo creo que a estas alturas solo tenemos dos opciones.
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HOME | Marco Asensio
Fiksi PenggemarHay que tener mucho cuidado con los sueños, a veces se pueden hacer realidad. Y todos sabemos, que la realidad siempre supera a la ficción.