Capitulo 2.16

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El día de hoy había sido largo, cuando Luisa me mando a llamar, porque Santiago me necesitaba con urgencia, creí que era por lo de la cena de esta noche, pero grave error, cuando entre Santiago parecía un animal enjaulado paseándose por todo el lugar con unos papeles en la mano y la ira palpable en su rostro.

— Hola - lo salude cuando ingrese.

— Se puede saber qué demonios fue lo que hizo - dijo con ira mientras me miraba y yo solo me arrincone contra la pared.

— ¿De qué hablas? - le pregunté con miedo ante su reacción.

— Le dije que llevara unos documentos a contratación, era unos simples documentos - demando con rabia mientras se acerca a mí y yo solo me presionaba más contra la pared.

— Los documentos que llevo estaban mal redactados, con un sinfín de errores, haciéndonos quedar como unos incompetentes.

Grito con rabia mientras seguía su explosión, diciendo todo lo que estaba mal y de que como todo era mi culpa y diciéndome una y otra vez que era alguien mediocre e incompetente, entonces los recuerdos llegaron a mí en una fuerte sacudida que me congelaron en mi puesto.

"Eres una tonta Rosan"

"Ni siquiera para mujer sirves"

"Eres fea y sosa, alguien simple y corriente"

"A nadie le importas y todos pasan por encima de ti"

"Por eso todos te terminan dejando sola, yo me quedo contigo por caridad"

Me congelé de miedo en el momento mientras mi mente se desconectaba y no sabía lo que decía Santiago, solo sentí el miedo corriendo dentro de mí y las lágrimas acompaña y me ubicaba en posición fetal cerca de la pared mientras suplicaba y lloraba.

— No me pegues por favor - dije entre sollozos.

Entonces Santiago se congeló en su puesto, mirando todo sin entender. La puerta se abrió de golpe y sentí los pasos de dos personas acercándose

— ¿Qué mierdas hizo? - rugió la voz de Damien.

— Nada - dijo la voz de Santiago da una manera inaudible.

Pero lo alcancé a escuchar, fue a hi cuando salí de mi estado de delirio, la persona que tenía enfrente era Santiago y no era Rufus, me pare como pude, pues tres pares de ojos me miraron sin entender nada.

Cuando Tyler intento ayudarme a ponerme de pie, solo llore y negué con la cabeza, él solo retrocedió mientras Santiago seguía en una especie de trance donde permanecía quieto y con el rostro blanco como si el miedo se hubiera apoderado de él.

— Rous - dijo Tyler con desconfianza cuando me puse de pie.

— Yo lo siento - le dije entre sollozo - lo siento mucho.

Salí de ahí rumbo hacia el apartamento, así que caminé sumergida en mis pensamientos y mi propia misera, estaba dañada, había dejado que alguien en el pasado me dañara y cuando creí que podía salir a delante y superar todo, solo basto un mínimo momento para recordarme que ya era demasiado tarde para mí.

Llegue hasta el apartamento y cuando intente abrir me di cuenta de que había dejado mi bolso con todo en la oficina, así que golpe la puerta esperando que Arman estuviera en casa, cuando él abrió me miro con sus ojos desorbitados.

— Mami Rosi, ¿Qué te paso?

Solo me abracé a él como si fuera ese bote salvavidas que te mantiene a flote mientras, las lágrimas corrían por mí, Arman me abrazo y me guio hacia el sofá donde nos sentamos, pero yo todavía permanecía pegada a él.

1. El Alfa OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora