24

68 4 1
                                    

Angelo bajó las escaleras lentamente y acomodó su típico traje negro.

—¡Marcus!—Angelo

—¡Si, patrón!—

Marcus llegó desde la derecha y se paró frente a Angelo. También lo notó, algo en él era diferente.

—Vigila el hospital en dónde se encuentra Dayana, soborna a alguien para que te den información sobre su estado. Cuando sepas que está lo suficientemente bien, entrarás y la traeras así sea a la fuerza, la quiero en una sola pieza, Marcus—Angelo

Si voz era completamente rígida.

—D-de acuerdo, patrón—Marcus

Marcus se dió la vuelta y empezó a caminar pero el nerviosismo se plasmó en él y en su rostro.

—¿Mandaste por Dayana?—

Daniel lo miraba incrédulo.

—Si, padre ya no esta bien y tampoco podrá seguir el mando, ahora yo doy las órdenes concretas si no está Dayana, tú eres mi segundo, sin importar que seas más grande seguirás mis órdenes, estás a mí cargo lo quieras o no, ¿Entendido?—Angelo

Daniel se quedó perplejo. ¿En verdad estaba hablando con Angelo?, Esté Angelo es diferente, pese a que antes siempre fue serio y formal y nunca dejó de imponer respeto, ahora su figura es…simplemente desde lejos te dejará con un aura de estupor¹.

—¿Entendiste?—Repitió mientras miraba a Daniel con rigor.

—S-si—Daniel

Daniel sólamente pudo mirar a Angelo con sorpresa. Angelo lo miró mientras asentía, después se acercó a él y levantó la mano.

—Joder, que difícil es ser así, ¿Qué tal estuve?—Angelo

Angelo bajó un poco su mano y la puso en el hombro de su hermano.

—¿Q-qué?—Daniel

—Lo que acabas de ver es el nuevo yo pero…no puedo cambiar de un día para otro y decidí que viviría una vida feliz, claramente no puedo ser siempre serio, sólo tú y algunas personas me podrán disfrutar. Siéntete afortunado—Angelo

Angelo palmeo el hombro de su hermano y lo dejó sólo, Daniel solo se quedó mirando hacía la nada.

[…]

—¿Cuando traeras de regreso a mi madre?—

Alexander entró a la habitación en la que estaba Angelo y tocó después de entrar.

—No me importa si eres joven o si eres el hijo de mi hermana, tienes que aprender modales y valores básicos, Alexander—Angelo

Angelo levanto la cabeza y miró a Alexander fijamente.

—Lo…siento—Alexander

—Ahora, sal y desde afuera tocas y pides permiso para entrar—Angelo

—¿Es en serio?—Alexander

—Si, es en serio—

Angelo lo miró con obviedad. Alexander después de mirarlo con cinismo durante algunos segundos salió y hizo lo que Angelo le pidió.

—¿Puedo pasar?—Alexander

—¡No, no estoy!—Angelo

—¡Vamo!, ¡Tío Angelo!—Alexander

Angelo dejó de hacer todo lo que hacía y escondió su cara avergonzado. Alexander entró de nuevo y lo miró enojado.

—¿Cómo estás ocupado si lo único que estás haciendo es esconderte—Alexander

𝒀 𝑼𝑵𝑶 𝑵𝑼𝑬𝑽𝑶 𝑬𝑴𝑷𝑰𝑬𝒁𝑨. ¿𝑪𝑰𝑬𝑹𝑻𝑶?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora