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Abrieron el portón y les indicaron pasar.

—Hagan algo con la camioneta ponchada y las demás van a tener que llevarlas al taller, rápido—Cristóbal.

Caminaron un rato por el piso tierroso y después entraron a un tipo de pasillo.

—¿Entonces Cristóbal?, ¿Se enteraron sobre mi muerte/desaparición?—Dayana

—No hablé, aún no sabemos si de verdad es la patrona—Cristóbal

—Mm, pues para que me hables con respeto…debe ser un avancé —Dayana

—Guarde silencio—Cristóbal

—Hasta me pides que me callé con respeto, que adorable—Dayana

Cristóbal la empujó contra una pared con la mayor fuerza posible y se burló de ella.

—¿Cómo puede ser tan estúpida?, ¿Qué pasa si de verdad ustedes no es Dayana Black?, Mi patrón simplemente la matará al igual que a su gente y después de eso, el nuevo idiota gobernará—Cristóbal

Cristóbal le puso un brazo en el cuello impidiendo que respirará bien.

—¿S-i?, D-e cualq-uier modo, cua-ndo t-u pat-rón me ve-a te vas a arrepe-ntir d-e tra-tarm-e así y te h-aré la vid-a imp-osible, har-é que-cada p-aso que de-s sea un p-asó más a-l infiern-o, ¿Me escu-chaste bi-en, infeliz?—

—Mire, si no guarda silencio ahora mismo le jur—Cristóbal

—¿Le juras qué, Cristóbal?—

Dayana.

Esa voz…giré rápidamente y dejé de ver a Cristóbal para encontrarme con él. Cristóbal se separó inmediatamente de mí y me soltó con brusquedad.

—¡Julián!—

Corrí a abrazarlo pero no pude hacerlo por el cinturón que tengo en las manos.

—Dios…Dayana—Julián

Sin tardar me abrazo y apretó contra él.

—¡Te extrañé tanto, Julián!, ¡Pensé que te había pasado algo y yo!, ¡Julián!—Dayana

Julián es hijo de una de las "amigas" de mi padre, no es mi hermano por que no es hijo de mi padre, pero lo queremos cómo si lo fuera. Él tiene 25 años y ya es jefe narco, socio mío, genial. Vive aquí casi desde su nacimiento pero tenía miedo que lo hubieran atacado cómo a nosotros.

—Sueltala—Julián

—¿Estás seguro?—Cristóbal

—Si, desde ahora conócelo y dile a nuestra gente de confianza, SOLO A LA GENTE DE CONFIANZA—wow, me sorprende que tan fuerte puede ser su voz—, ella es Black Diamond y es la patrona, además…es cómo mi hermana—Julián

Cristóbal se acercó y con una navaja que sacó de sus pantalones cortó el cinturón. Me sobe las muñecas pero aún así no les quite lo adoloridas y rojas.

—Julián, mi gente venía conmigo, no sé a dónde los llevaron, puedes hacer algo para que estén conmigo?—Dayana

—Si, Cristóbal, trae a la gente que venían con Dayana—Julián

Cristóbal me miró furioso, se fue y nos dejó solos.

—Ahora sí, hablemos, Julián—Dayana

—Vamos a mi despacho—Julián

Julián me guío por todo un pasillo enorme hasta una gran habitación, oficina mejor dicho, cuando entré la mire sorprendida, es enorme pero acogedora y tranquila, con un enorme ventanal y varios muebles.

𝒀 𝑼𝑵𝑶 𝑵𝑼𝑬𝑽𝑶 𝑬𝑴𝑷𝑰𝑬𝒁𝑨. ¿𝑪𝑰𝑬𝑹𝑻𝑶?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora