ᴀʟɪᴋɪ ; ʟɪʙʀᴏ ᴜɴᴏ
— D A M N A T I O M E M O R I A E —capítulo diecinueve
y existe el gris×××××××
Eʟ ғᴜɴᴇʀᴀʟ ᴅᴇ Zach se llevó a cabo tres días después de su muerte. Allie no había formado parte en su preparación, pero, cuando fue el servicio, todo el mundo se acercó a ella para darle sus respetos. ¿Qué podía decirles? Frente a los ojos de toda la gente en Mystic Falls que la conocía –a excepción de Stefan, Damon, Elena, Bonnie, Caroline y Alaric–, Allie era la hija de Zach Salvatore. No podía dejar caer su fachada. Menos ahora que su supuesta madre –a la que no le había puesto nombre ni rostro– no se había presentado para el funeral. Se creía que, prácticamente, Allie había quedado sola. A la deriva en un mundo para el que no estaba preparada. Lo peor de la situación era que así sentía.
Limpiándose la nariz después de estornudar, Allie sacó varias camisas del armario de Zach. No era consciente de la cantidad de polvo que podía acumularse en una habitación que no había sido tocada en tres semanas. Debía empacar, pero había pospuesto la tarea en todo ese tiempo que había transcurrido desde el funeral. Stefan –tan pronto como había dejado de ser escena del crimen y lo hubieron limpiado– usó la compulsión en el dueño del edificio para devolverle el apartamento, además de obligarlo a jamás vendérselo por segunda ocasión a ninguna persona que se pareciera a Katherine. Sería sencillo: solo debían evitar darle el permiso de entrar a cualquiera que se viera como las doppelgänger del linaje Petrova, y Allie era la única persona que vivía ahora allí.
Se detuvo cuando, entre sus manos, sostuvo una camisa color gris que había encontrado entre el montón de ropa. Zach se la había prestado para cocinar en una ocasión. En aquel entonces era octubre, y Allie apenas tenía ropa para ir a la escuela, menos aún para usarla sabiendo que se ensuciaría con facilidad. Sin embargo, Zach se ofreció a prestarle ésa para hornear algo que en ese momento ya no recordaba. Lo que seguía presente en su memoria era el desastre que ocasionaron con la harina, el olor a quemado y la cara incrédula de Stefan al ver la situación.
Sonrió, y al instante sintió un nudo en su garganta. Había llorado cada noche desde su muerte, por él y por el resto de su vida a la que ya no le veía sentido y que no sabía cómo descifrar. Si Zach siguiera vivo, él estaría ayudándole a buscar la razón por la cual tenía varias doppelgänger; le ayudaría a encontrar una forma de superar a Damon, a evitar las pesadillas de la muerte de Alice.
Sacó la camisa de su gancho y se la colocó encima de su sucia camiseta que había usado desde el día anterior. Se había cansado de llorar, pero parecía que siempre le quedaba alguna reserva. Así que, dejando que las lágrimas nublaran su visión, Allie se recostó en la cama de Zach. Con la camisa puesta y las almohadas casi intactas, el olor de la figura paterna de Allie emanó como único consuelo aquella tarde.
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Damnatio memoriae | Aliki #1
Fanfiction[EN PAUSA] Siete vidas. Una maldición. Demasiadas mentiras. Después del día del cometa de Mystic Falls, Allie despierta sin ningún recuerdo, sin una familia o, siquiera, un hogar; lo único que hay en su memoria es su supuesto nombre, el recuerdo de...