[EN PAUSA]
Siete vidas. Una maldición. Demasiadas mentiras.
Después del día del cometa de Mystic Falls, Allie despierta sin ningún recuerdo, sin una familia o, siquiera, un hogar; lo único que hay en su memoria es su supuesto nombre, el recuerdo de...
ᴀʟɪᴋɪ ; ʟɪʙʀᴏ ᴜɴᴏ — D A M N A T I O M E M O R I A E —
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capítulo siete culpa
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Eʟᴄᴜᴇʀᴘᴏᴅᴇ Vicki Donovan yacía a los pies de Allie. La chica no había despegado sus ojos del cuerpo gris de la vampira ni siquiera cuando Stefan quiso sacarla del lugar junto con Jeremy, momento en el que volvió a la realidad y se negó ante la petición de Stefan, incapaz de poder mover sus pies del lugar. Stefan, sabiendo que era necesario sacar a Jeremy lo más pronto del lugar, optó por alejarse solo con el hermano de Elena, dejando a las dos chicas con el cuerpo.
Elena, todavía atónita, se dejó caer de rodillas frente a Vicki, vacilando su mirada entre el cuerpo y Allie, quien seguía paralizada en su lugar.
—Ya pueden irse. Yo me encargo —enunció alguien, por lo que Elena miró hacia el recién llegado, encontrándose con Damon.
—Tú hiciste esto —masculló Elena, poniéndose de pie. Allie, todavía ensimismada, apenas escuchaba la conversación—. Es tu culpa.
—Me confundes con alguien que siente remordimientos —repuso Damon. Elena, furiosa, quiso empujarlo y golpearlo, pero nada de eso tuvo efecto en el vampiro, pues logró sostener la mano de Elena con facilidad—. Nada de esto me importa. De verdad.
—La gente muere a tu alrededor. ¿Cómo es que no te importa? —cuestionó, llamando la atención de Allie—. Importa, y lo sabes —sentenció, para después estrellar la palma de su mano en la mejilla del vampiro.
Damon, al instante, cambió su actitud a una más amenazante, provocando que Elena se encogiera en su lugar.
—Damon se encarga —musitó Allie, hablando por primera vez desde lo ocurrido. Los dos presentes la miraron, dándose cuenta que parecía menos consciente de la realidad de lo que su voz aparentaba—. Vámonos, Elena.
—Allie tiene razón —concedió Damon, volviendo a mirar a Elena—. Tus heridas sangran. Deberías irte.
Sin que ninguna de las dos dijera nada más, Allie tomó el brazo de Elena y comenzaron a caminar, rodeando el edificio hacia el estacionamiento principal. No lo habían acordado mediante palabras, pero Elena sabía que debía llevar a Allie consigo, especialmente ahora que ella parecía perdida.
Ambas chicas subieron al auto de Elena y ésta encendió el motor, comenzando a conducir hacia su casa. Nada más al llegar, las dos bajaron del coche y Elena corrió hacia Stefan, quien se hallaba en el porche, preguntándole sobre su hermano. Allie, por otro lado, caminó con lentitud hacia la banca al lado de la entrada, sentándose a un lado de Stefan.
