xi. hidden goodbye

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ᴀʟɪᴋɪ ; ʟɪʙʀᴏ ᴜɴᴏ
— D A M N A T I O   M E M O R I A E —

ᴀʟɪᴋɪ ; ʟɪʙʀᴏ ᴜɴᴏ— D A M N A T I O   M E M O R I A E —

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capítulo once
adiós escondido

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Aʟʟɪᴇ sɪʀᴠɪᴏ́ ᴄᴏɴ parsimonia el jugo de naranja en el vaso de cristal que ya contenía un par de cubitos de hielo. Se encontraban casi a mediados de diciembre, pero Allie tenía esa costumbre de tomar las cosas muy frías o muy calientes, sin importar la temperatura del ambiente, especialmente cuando quería distraerse de sus sentimientos y emociones. Por lo que ahí se hallaba ella: sirviéndose un jugo helado de naranja, en la casa de huéspedes de los Salvatore, el lugar en el que menos esperaba estar. Pero la única razón por la que se encontraba allí era porque estaba herida y la única persona que parecía comprenderla necesitaba de su ayuda en ese momento, incluso si ella no confiaba en él y él no la necesitaba para nada más que relajarse cuando su mente no comprendía las palabras del viejo grimorio de Emily Bennett.

          La mente en blanco de Allie fue ocupada por pensamientos curiosos cuando escuchó la puerta de la casa ser abierta y cerrada. Confundida ante la llegada del invitado inesperado, Allie tomó su vaso con jugo y caminó fuera de la cocina hacia la biblioteca, donde había dejado al vampiro estudiando el grimorio. Conforme se fue acercando, logró distinguir las dos voces masculinas que conversaban, dándose cuenta que la persona que había llegado era Stefan, por lo que no se atrevió a entrar en la habitación donde se encontraban los hermanos.

          —Fuiste con Anna, sabes dónde vive. Sólo dime dónde puedo encontrarla —dijo Stefan, con un tono de voz preocupado que Allie percibió de inmediato.

          Sin importar cuán frágil era su relación en aquel momento, ella lo había conocido lo suficiente para reconocer lo que sentía el joven vampiro a través del tono de su voz.

          —No. Puedes irte —respondió Damon ante la petición de su hermano. Allie hizo uso de la valentía de Alice (a la que ya se había acostumbrado con el pasar del tiempo desde su primera muerte) y se adentró en la biblioteca tan silenciosa como pudo—. Ya, en serio.

          Allie vio cómo Stefan tomaba aire y se removía en el sillón frente a Damon.

          —Todo lo que recuerdo es odiarte —dijo el menor de los hermanos—. Tal vez en otro momento fue diferente, pero tus decisiones han borrado lo que tenías de bueno. También sé que tienes razones para odiarme —en ese momento, Damon notó la presencia de Allie en la entrada, pero disimuló, posando sus ojos en varios puntos de la habitación antes de devolverlos hacia su hermano—. Todo empezó conmigo. Katherine desapareció de tu vida por mi culpa. Lo lamento.

          —Disculpa aceptada.

          —Por favor, dime lo que sabes —suplicó Stefan, pero Damon se limitó a resoplar—. Es Elena, Damon. Si sabes algo, dime.

Damnatio memoriae | Aliki #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora