Capítulo 28: Se busca.

5 2 0
                                    

Ya después de las cinco de la tarde, Lidia, molesta porque piensa que lo de Alan era un plan, decide llamar a su casa, en casa de Alan éste todavía no está, al sonar el teléfono, Graciela pasa por ahí, así que ella contesta -bueno- ¿Graciela? -pregunta Lidia, Graciela le responde -sí, soy yo -soy Lidia -dice Lidia con seriedad, Graciela con sinceridad le dice -ah, Lidia, ¿cómo te va concuña?- ¡¿con qué cara me preguntas eso?! -pregunta Lidia molesta, esto deja en duda a Graciela, ya que no sabe de qué está hablando Lidia, así que le pregunta- ¿qué quieres decirme?- ¡no te hagas la mensa Graciela! ¡Tú sabes bien lo que me hiciste! -contesta Lidia igual de molesta, Graciela se molesta y sigue dudosa, ya que no sabe qué tiene a Lidia molesta, así que le pregunta- ¡¿de qué me estás hablando?! -Lidia se desespera por la supuesta necedad de Graciela e igual de furiosa le contesta- ¡¿cómo que de qué?! ¡De que mandaste a Alan a comer aquí a mi casa justo el mismo día que iba a ir con mi familia a comer a Delipizzas! -Graciela al escuchar esto se sorprende, ya que no ha visto a Alan desde hace dos días, así que le dice -espera, ¿de qué Alan me estás hablando Lidia? -Lidia le contesta -de tu hijo, Alan Pérez Palacios -Graciela se molesta porque piensa que Lidia le está jugando una broma, así que le pregunta- ¿esto es una broma? -Lidia, más molesta por la pregunta de Graciela le contesta- ¡por supuesto que no!- ¡pues yo no he visto a mi hijo Alan desde el domingo! -exclama Graciela, a Lidia se le hace extraño esto, así que le pregunta- ¡¿no estarás hablando en serio o sí?! -Graciela le contesta -tan en serio como que te llamas Lidia -Lidia se queda pensando en los reclamos que le había hecho a Graciela, y para compensarlo le dice- ¿cómo así que no lo has visto desde el domingo? -Graciela le contesta -pues el domingo él se fue al bosque y ya no regresó -a ver, explícate a detalle -dice Lidia, así que Graciela le comenta -es que Alan tiene la fantasiosa idea de que los dioses del fuego y del hielo todavía siguen vivos, y que él va con ellos a entrenar para la última guerra entre el bando de fuego y el bando de hielo- ¿como la que hubo en el año dos mil? -pregunta Lidia, a lo que Graciela le contesta -sí, igualito, Alan dice que será entrando la estación de otoño -vaya, ese sí que es un problema -exclama Lidia, Graciela le dice -pues sí, pero mejor explícame tú Lidia, ¿cuántas veces ha ido Alan a tu casa? -solamente hoy -contesta Lidia, Graciela le pregunta- ¿estás segura? -sí, ¿por qué la pregunta? -dice Lidia, Graciela le contesta -porque no le dimos ningún centavo para que sobreviviera -Lidia se sorprende al escuchar esto, ya que vio a Alan muy sano, y Graciela le pregunta- ¿y ahora dónde está? -no lo sé, salió de la casa y no dijo a dónde iba después -contesta Lidia, Graciela le dice -ok, si lo vuelves a ver, no lo pienses y llámame de inmediato -cuenta con ello concuña -contesta Lidia -muchas gracias Lidia -dice Graciela y ambas cuelgan sus teléfonos para ocuparse en otras cosas.

Lidia va a su cuarto a contarle a Tristán y a Sergio lo que acaba de escuchar, les dice que Alan se escapó de su casa el domingo y que no ha regresado, Tristán le pregunta- ¿y tú cómo sabes? -Lidia le responde -porque le llamé a su mamá y ella me lo dijo en un tono bastante sincero -Tristán y Sergio se sorprenden- ¡no lo puedo creer! -exclama Sergio, Lidia le dice -pues créelo, que es verdad, también me pidió que le avisáramos si lo volvemos a ver, ¿qué dicen? ¿me ayudan? -sí, claro -contestan Tristán y Sergio dispuestos a obedecer órdenes.

Al dar las 7:30pm, Alfredo llega a su casa de pagar el recibo del teléfono, cuando Graciela lo ve llegar le dice -llamó tu cuñada Lidia -y Alfredo le pregunta- ¿y qué dijo? -Graciela le contesta -que hoy vio a Alan -esto se le hace extraño a Alfredo, así que le pregunta- ¿a qué Alan te refieres? -Graciela le contesta -a nuestro hijo Alan -Alfredo sigue con dudas, y planea resolverlas poco a poco, así que pregunta- ¿y dónde lo vio? -en su casa, dice que fue a comer de parte nuestra -dice Graciela- ¡condenado muchacho maleducado! ¡Me las va a pagar cuando vuelva! ¡¿Dónde está ahora?! -pregunta Alfredo molesto, Graciela le contesta -no sabe- ¡¿cómo que no sabe?! -pregunta Alfredo igual de molesto, a lo que Graciela le contesta -pues así me dijo Lidia, que no sabe, que Alan solamente salió de su casa y no dijo a dónde iba o en dónde estará -Alfredo, con cierto grado de desesperación pregunta- ¿y no tienes alguna idea de dónde está Alan? -Graciela le contesta -no, yo no estuve con él cuando se escapó de la casa -pero yo sí, escapó cuando no le di permiso de ir al bosque a entrenar con los supuestos dioses del fuego y del hielo, pero tal vez ya no está ahí -dice Alfredo ya calmado, Graciela le dice -ya no te angusties, le pedí a Lidia que si lo volvía a ver nos llamara, y ella aceptó -ok -dice Alfredo y los dos se tranquilizan.

Alan y El Anillo Mágico De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora