Capítulo 22: Combates de congelados.

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En el primer combate ambos corren para encontrarse entre sí, María Fátima tiene una bazuca congeladora de organismos (humanos, dioses, etcétera) y una pistola que lanza balas rompedoras de hielo, mientras que Alan tiene sus dos habilidades anteriormente ya practicadas gracias a su anillo mágico de hielo, al faltar poco para chocarse, Alan le lanza un rayo congelante, pero María Fátima lo esquiva y por detrás le lanza otro rayo que deja a Alan dentro de un gran cubo de hielo, luego le dispara una bala que rompe el cubo de hielo y lo descongela, luego lo vuelve a congelar, y a descongelar, y vuelve a congelarlo y a descongelarlo, y por fin lo congela- ¡bien hecho María Fátima! ¡Has ganado! Ahora descongélalo -dice el dios del hielo -gracias -contesta María Fátima y le lanza una bala rompedora de hielo a Alan tan rápida que, al romper el hielo, lanza a Alan a diez metros de donde estaba y cae de espalda hacia el piso de la cancha de combate, Alan reacciona, se levanta y pregunta- ¿qué pasó? -que María Fátima te ganó en este combate, vamos a continuar con los combates, que el tiempo no se detiene -contesta el dios del hielo, Alan y María Fátima lo obedecen y se posicionan uno en cada esquina de la cancha de combate. En el segundo combate, María Fátima congela y descongela a Alan tres veces y lo vuelve a congelar, así que vuelve a ganar, exactamente eso mismo pasa en el tercer combate y en el cuarto, pero en el quinto combate la cosa cambia, pues cuando Alan lanza un rayo congelante, María Fátima lo esquiva y le quiere lanzar por detrás otro rayo, pero Alan gira y congela a María Fátima- ¡¡sí!! -exclama Alan, el dios del hielo le dice -muy bien Alan, sigue así y ganarás- ¿seguir así? -pregunta Alan temeroso -sí, seguir así -contesta el dios del hielo, entonces Alan con miedo destruye el cubo de hielo donde estaba María Fátima encerrada, y como era de esperarse, María Fátima congela y descongela a Alan las veces necesarias para ganar, al notar esto, el dios del hielo se dice a él mismo -tenemos mucho que practicar -y los ordena en sus lugares. En el sexto, séptimo y octavo combate pasa lo mismo que en los primeros cuatro, pero en el noveno, María Fátima congela y descongela a Alan tres veces y, estando a punto de ganar, Alan difícilmente logra congelar a su compañera, pero con mucha audacia logra hacerlo las tres veces, y por primera vez, le gana a María Fátima, el dios del hielo le dice- ¡enhorabuena Alan! ¡Hasta que ganaste un combate! -sí, lo sé -responde Alan, descongela a María Fátima y le dice que por fin perdió. Como era de esperarse, María Fátima le gana a Alan sin dificultad en el décimo combate, y tanto ella como él salen de la cancha de combate.

El dios del hielo les anuncia -señores, ya son las cinco con siete, María Fátima, tú lo has hecho muy bien, Alan, tú, no tanto, aun así, los dos van a regresar los próximos diez días, ¿queda claro? -sí, vendremos a entrenar -contestan Alan y María Fátima -bien, María Fátima, te puedes retirar, Alan, quédate a hablar conmigo un momento por favor -dice el dios del hielo, María Fátima le dice a Alan -bueno, pues ya me voy, hasta mañana Alan -hasta mañana -contesta Alan, María Fátima se sale de la guarida teletransportada para irse a su casa mientras que Alan se queda a platicar con el dios del hielo -tú a mí no me engañas Alan, yo sé muy bien que a ti te pasa algo malo -dice el dios del hielo, Alan le contesta -está bien, mire dios del hielo...- ¿dios del hielo? Por favor, ya no estamos en entrenamiento, mientras no haya entrenamiento, tú con toda confianza me puedes llamar Christopher -interrumpe Christopher, Alan le dice -está bien, Christopher, disculpe, ¿usted cómo lo sabe? -Christopher le responde -por tu cara, tu cara de angustia, tu cara de preocupación que me dice que a ti te pasa algo malo -Alan sorprendido dice- ¡guau! No sabía que usted fuera tan bueno con las expresiones humanas Christopher -el dios del hielo le contesta -bueno, por eso y por la mochila que traes de aspecto escolar, usualmente no la traes por acá -Alan no podía desmentir lo anteriormente comentado, así que dice -está bien, lo que pasó fue que... -y le cuenta a Christopher al oído su conflicto con sus padres, por lo que Christopher le pregunta- ¿y pretendes quedarte a dormir en mi guarida? -sí, claro, si usted no se molesta -contesta Alan -no, a mí no me molesta -comenta el dios del hielo, Alan le dice -perfecto, teniendo la única aprobación de este lugar, me puedo quedar sin preocupaciones -el dios del hielo le pregunta- ¿insinúas que vivo solo? -pues sí -contesta Alan firmemente, Christopher le contesta -tienes razón, mi esposa falleció hace veinte años y mis hijos se fueron a hacer su vida a otra ciudad de otro estado, o de otro país, pero bueno, en otra ocasión te cuento esa historia, el caso aquí es que te puedo dar alojamiento y permiso de dormir aquí- ¡bien! ¡Gracias Christopher! -responde Alan, el dios del hielo rápidamente aclara -bueno, te daré alojamiento, pero el dinero que tengo apenas me alcanza para mantenerme yo -no se preocupe, de eso me encargo yo, además, hoy comí de más, creo que no me dará hambre por la noche, por eso de que es domingo -contesta Alan y, sin decir nada más, Christopher lleva a Alan a su cuarto que está dentro de la guarida de hielo, dicho cuarto solo tiene una cama y está encerrado, cosa que ayuda a que el dios del hielo con sus poderes haga más fresca la habitación, frente a ese cuarto está otro cuarto en las mismas condiciones, este cuarto está reservado solo para visitas, y como Alan se quedará a dormir unos días, Christopher le presta la habitación, ya que se la presenta, los dos se quedan platicando algunas dos horas y después se van a dormir, pero antes, el dios del hielo le dice -una última aclaración, aquí no hay baño- ¿no? ¿Y cómo le hace usted? -pregunta Alan -tengo mis métodos, luego te los cuento, ¡buenas noches! -contesta Christopher y se va a su cuarto a dormir mientras Alan también se va a dormir al cuarto que le prestaron un poco temeroso.

Alan y El Anillo Mágico De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora