Capítulo 24 "Smile"

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Odiaba las mañanas

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Odiaba las mañanas.

Las odiaba.

Las odiaba.

Las odiaba.

Sobre todo, si debía levantarme temprano.

Abrí un ojo de forma perezosa, observando a Abigail abrir las cortinas de par en par para dejar que la luz del exterior se filtrara hacia el interior a través de la ventana, ella tan pulcra y ordenada, bien maquillada y sin un solo rastro de cansancio ¿Cómo lo hace? Yo debo verme como la mierda por la fiesta que tuvimos ayer, estuvo destructiva.

Necesitaba una de esas con urgencia.

— Buenos días señorita — sonrió al ver que había despertado— Su agenda de hoy es apretada — acercándose a la cama— Señorito Smile ¿Está respirando?

Moviéndolo ligeramente, este seguía pegado a mi pecho, sin percatarse de lo que sucedía.

— Respira, eso es lo importante — respondí acariciando su cabello— Gracias por organizar todo Abigail.

— Es mi trabajo señorita, haré que preparen las bañeras mientras el señorito despierta.

— Muchas gracias.

Dejó el cuarto y en menos de cinco minutos, seis chicas caminaron directo al baño para preparar todo. Mientras no estuvimos, agregaron dos bañeras más a mi baño, supongo que se dieron cuenta que los gemelos y yo nos cambiamos de ropa en el mismo sitio.

— Smile... Ey... Smile, despierta — acariciando su cabello— Es hora de ir a trabajar ¿Quieres ir conmigo o te quedas y sigues durmiendo?

Sentándome en la cama sosteniendo su peso contra mi pecho.

— Voy... yo dije que... guardaespaldas...

Balbuceando.

— Entonces abre los ojos, menso, están preparando el baño.

— Dios mío... nunca me bañé tan seguido en mi vida.

Abriendo un ojo primero, el otro no parecía querer obedecer.

Carcajee.

Nos costó un poco salir de la cama, estaba tan cómoda y calentita... pero debíamos salir temprano, todo el mundo llegaba puntual a las ocho treinta, no podíamos ser menos. A medio camino, mientras tomábamos un baño, Abigail nos avisó que Angry no iría con nosotros, le dijo que estaba incapacitado para caminar y que lo disculpara, sin duda, alguien se divirtió anoche, me alegro por él.

Smile y yo decidimos usar algo a juego hoy, se veía muy contento observándose frente al tocador mientras las chicas lo peinaban y aplicaban diversos productos a su cuerpo para hidratarlo, no dejó de cantar la pegajosa melodía del radio en ningún momento mientras lo vestían y perfumaban, invitándome a bailar en medio del cuarto, ambos a medio vestir, pero felices, libres y contentos, riendo al aire y festejando por los logros venideros.

A dos pasos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora