Arrodillada entre sus piernas, lamí su extensión por completo, concentrándome en su glande, lamí la punta, y la metí en mi boca, ahuequé las mejillas y succioné con fuerza, escuchándolo perder el control, gimiendo alto, enredando sus dedos en mi cabello, soltándome inmediatamente después.
Smile tenía miedo de lastimarme o de ser él mismo cuando estamos teniendo sexo, sé muy bien lo salvaje que en realidad es, y para ser sincera, yo también necesito que me exijan y me lleven al límite.
— Smile... háblame sucio, trátame duro.
Masturbándolo, buscando un poco de contacto visual, él tenía la vista pegada en algo tras de mí, apretando los dientes con fuerza.
— Pero Jules... eso es...
Calló en cuanto besé la punta sin dejar de masturbarlo, apretando ligeramente, sintiendo como se agrandaba más y más con cada caricia.
La boca se me hace agua de tan solo pensar en lo mucho que disfrutaría si él aceptaba.
— ¿Segura que eso quieres?
— Como juego de roles, me porté mal, creo que debes corregirme.
Sujetando sus bolas con mi mano libre, apretándolas ligeramente y luego soltándolas, repitiendo el proceso, escuchando jadeos y gemidos bajos escapar de entre sus dientes.
— Para ser sincero — sujetó mi mentón y acarició mi labio inferior con su pulgar, metiéndolo luego a mi boca, aplastando mi lengua— Tengo unas incontenibles ganas de hacerte llorar, y me asusta pensar así, quiero cuidarte.
Gemí con ganas, sintiendo la humedad entre mis piernas, estaba excitada, muy excitada... y drogada, lo que potencia todas mis emociones.
— Hazlo, hazlo por favor, hazlo...
Hablando aún con su dedo en mi boca, succionando con fuerza después.
— ¿Ya estás hambrienta? Apenas comienzas.
Quitó su dedo y él mismo comenzó a masturbarse con rudeza, sin apartar su mirada de la mía, gimiendo, jadeando y gruñendo sin escrúpulos, separando las piernas para darme una mejor visual y una probadita de lo lascivo que podía ser.
— Quiero alimentarte.
Asentí tragando grueso, hincándome bien en el piso, apoyando mis manos en sus muslos, Smile sujetó mis cabellos con su mano, guiándome hasta su pene.
— Chúpalo bien.
Lamí mis labios y besé la punta de su pene.
— Gustosa seré tu títere si después me coses.
Sonrió con malicia y empujó mi cabeza y sus caderas al mismo tiempo, metiendo su pene hasta mi garganta, ahogándome, intenté apartar la cabeza, pero no me lo permitió, gemí y levanté los ojos para ver como sonreía de lado y alzaba su ceja, él estaba en su papel de pareja dominante en estos momentos, yo le pedí este juego de roles, así que acepté el reto.
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A dos pasos de ti
Chick-LitSi yo les contara todo lo que viví para llegar aquí, es de no creer. La cagaré en más de una ocasión, de que lloro, pues sí, de que hago llorar, pues también, pero risas no van a faltar, eso lo aseguro. ¿Qué resultará del romance entre un prostituto...