Esto es un poco raro...
Mi ex novio, junto con su actual novia sentados frente a mí, y mi actual novio sentado a mi derecha, todos comiendo y hablando como si nunca nos hubiésemos acostado, o... amenazado prácticamente de muerte.
Por un momento, me replanteé la decisión de invitarles a mi casa ¿Por qué carajos lo hice? Luego miré a Emily, riendo y comiendo como una persona normal, tomando las patatas de vez en cuando con dos dedos, untándolas en el kétchup y metiéndolos en su boca.
Normal.
Y ahí recordé lo que pensé cuando los invité a venir: Sí podemos llevarnos bien.
— Emily, tengo unos productos increíbles para el cabello en el baño, también hay bombas efervescentes de colores, hay guantes para exfoliar limpios en el mueble y bueno, lo que necesites puedes ocuparlo.
Hablando mientras lavábamos los platos, los chicos fueron a comprar el postre.
— Gracias Jules, por todo, esto será hasta que Tyler logre dejar su mierda, joder, le dije que dejara de consumir drogas, desaparece un rato y llega con más, aún no doy con el sujeto que se la vende, voy a amenazarlo de muerte si es necesario.
Reí.
Emily entendía a Tyler, lo apoyaba y al mismo tiempo, cuidaba de él.
— De hecho, puede que Smile sepa quien es el que le vende, de vez en cuando él también consume, le preguntaré.
— Gracias, joder, no tienes idea de lo idiota que se pone cuando consume, hace idioteces que lo perjudican.
— Lo sé, sé cómo se pone, por eso me enojé hoy temprano con él, insultó a Smile.
Terminando de secar el último de los platos.
— Por eso no quiero que lo haga más, él se pierde así mismo, sus problemas lo consumen, quiero que... que esté bien ¿Sabes? Me preocupa.
La puerta del frente se cerró y escuchamos sus risas, ya están aquí.
— Le preguntaré a Smile, si me da el nombre, le pediré la dirección, y cuando me la de, te acompaño a amenazar al idiota de muerte.
— ¿Lo harías por mí?
Tomando mis manos con emoción, al darse cuenta, me soltó rápidamente.
— Dame cinco minutos.
Salí de la cocina y fui por los chicos, acercándome a Smile.
— ¿Podemos hablar un momento?
Me observó con pánico.
— ¿Sigues enojada conmigo? Jules... no lo volveré a hacer, lo juro.
Tomé su mano, y lo llevé arriba, obviamente Tyler no debía escuchar esto.
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A dos pasos de ti
Literatura FemininaSi yo les contara todo lo que viví para llegar aquí, es de no creer. La cagaré en más de una ocasión, de que lloro, pues sí, de que hago llorar, pues también, pero risas no van a faltar, eso lo aseguro. ¿Qué resultará del romance entre un prostituto...