4. Caos

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☕️Capítulo 4.☕️

Kiara.

Para completar la sirena de la policía suena acercándose y veo los chicos que empiezan a correr.

Maldito sea el chico que me motivó a venir, debía estar en casa durmiendo como una adolescente sin problemas, no en esta estúpida fiesta que se ha vuelto un caos y yo estoy en medio.

― ¿Qué vamos a hacer ahora Kiara? ― pregunta Sash más nerviosa que yo.

― Yo...no lo sé.

― ¿Cómo que no lo sabes? ― se desespera. ― ¿No tenías un plan cuando pensaste en drogarlo?

― Yo pues, sí que me besara no más ― me hago la inocente.

― ¡Maldición! ― recoge su cabello en una coleta improvisada. ― Calmémonos y pensemos en algo.

― Sash la policía se está acercando ― me impaciento.

― ¿Y qué sugieres?

― Pues dejarlo ― me encojo de hombros.

― Estás loca, tú los has drogado.

― Mi padre es abogado.

― También el mejor imponiendo castigo, ― me mira frustrada ― debí haber pensado que algo habría en la fiesta, que te motivó a venir.

Lo que dice me deja pensativa, pero que una voz ronca maldiga detrás me hace regresar el caos.

― ¿Pero qué mierda? ― aparece Noah con Lía en los hombros. ― No preguntaré solo porque tengo una hermana ebria que esconder de mis padres y la policía nos respira en la nuca, tomen a Marshall junto con Lía, caminen por ese sendero hasta llegar a una puerta de madera, no la abran hasta que escuchen dos toques del otro lado ― se va sin ni siquiera darnos tiempo para preguntar.

― Un plan es mejor que nada, andando ― habla Sash tomando a Lía que está susurrando no sé qué y riendo como desquiciada.

― Espera, ¿Cómo espera que lo mueva yo sola? Pesa como un elefante ― la detengo y me mira divertida.

― Lo drogaste tu solita, luego me dirás como la conseguiste ― Lía susurra algo que no logro captar. ― Así que date prisa a menos que quieras despertar en la comisaria, eso pesa más ― se da la vuelta y sigue caminando.

Bien puedo hacerlo, me bajo a tomar su brazo cruzándolo por mi cuello, saco fuerzas de donde no tengo y logro ponerme de pie camino como puedo hasta que me derrumbo en la hierva que hay. Maldición.

Sash sonríe delante de mí y me pongo de pie, me doblo tomando sus pies para arrastrarlo, (pesan una tonelada). El que respire me deja tranquila, pero el que no despierte me pone los pelos de punta, esa cosa no pudo haberle provocado un coma etílico. ¿A quién voy a acosar?

¿Eso es lo que te importa?

¿Pues qué más?

El silencio va mermando y esta parte del jardín es más oscura y solitaria. Llegamos hasta la puerta y esperamos a que Noah nos avise, dejamos a Dwayne y Lía recostados sobre la misma.

― ¿Dónde estabas? ― le pregunto a Sash cuando el silencio se alarga. ― Te estuve buscando.

― Subí al balcón de la casa junto con Lía ― se encoge de hombros sentándose en el suelo y noto que hay algo que le aflige.

Pienso en lo que me dijo hace un rato y; ¡oh carajo el beso!

― ¿Dijiste que Lía te había besado? ― me tiro al suelo a su lado, y asiente, pienso en detenerme para que la presencia de los que están no le incomoden, pero es lo que menos harán, mi chico está casi muerto y Lía habla sola. ― ¿Y qué sucedió? ― le veo dudar. ― No tienes que decirme si no quieres ― añado rápidamente.

EL CHICO DEL CAFÉ© +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora