13. Pequeño juego

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☕️Capítulo 13.☕️

Dwayne.

― Apresúrate que no quiero escuchar a Kimberly gritar como fiera por todo mi departamento ― habla Noah desde la cocina tras escuchar mi teléfono vibrar por séptima vez sobre el mesón. Lo ignoro por completo tirándome sobre su sofá y aclamando un poco de calma ya que estos últimos días no la tengo.

Kimberly está más fastidiosa que nunca, las clases en la universidad aumentan mientras mis padres lidian con sus problemas de pareja.

El único lugar en donde puedo estar unos minutos rodeado de tranquilidad es en la casa de Noah, he pensado en comprarme un departamento, pero en casa lo tengo todo y mis padres raras veces están allá.

― Por última vez Dwayne, ― advierte acercándose con el teléfono en mano ― si esa cosa vuelva a vibrar con un mensaje o llamada de Kimberly lo lanzaré por la ventana ― su mirada decidida, es lo que me hace pararme de mala gana arrebatándole el teléfono, lo apago y lo lanzo al sofá.

Camino hacia la cocina donde tomo una cerveza llevándola a mis labios.

― Kimberly se ha vuelto un grano en el trasero ― murmuro de manera brusca, me acerco a la nevera nuevamente extendiéndole una cerveza y se acomoda en el mesón.

― ¿Déjame adivinar? ― ladea la cabeza divertido y le doy otro sorbo a mi cerveza ― ¿Te has cansado de follarla? ― esta vez es él quien le da un sorbo esperando por mi respuesta y le pongo mala cara.

No es que me halla cansado, tampoco es que halla pasado de ella, pero es que de haces unos días no es ella, antes no me hacía pregunta de amiga celosa y ahora se la pasa escribiendo, llamando, texteando como si fuera mi novia cuando le deje en claro lo que quería y ella aceptó sin más. No quiero que malinterprete las cosas donde ella termine dañada porque es lo último que quiero, ha sido una buena amiga.

Un buen polvo también.

Eso, pero la cosa es que no es un trozo de carne y no merece ser dañada de semejante manera, pero ahora se ha vuelto loca y ella se lo está buscando, porque me estoy hartando estoy a poco de mandarla a la mierda.

― Tengo otra duda ― añade con una sonrisa maquiavélica la cual me avisa que es momento de tomar mis cosas y largarme de aquí. ― Ya veo que aún no ha acabado igual voy a preguntarlo. ¿Qué sucede con la pequeña delincuente?

― Por primera vez en la vida estoy amando a Noah ― agrega Kimberly deteniéndome en la sala, ni siquiera escuche sus pasos.

― Dios quiera que no ― dice Noah con desagrado y Kimberly lo fulmina con la mirada. Nunca se han llevado bien a pesar de que tienen bastante tiempo juntos; a Noah Kimberly siempre le ha parecido una bruja.

― Quisieras ― fija sus ojos en mí.

― ¿Qué haces aquí? ― pregunto tensando la mandíbula. Me molesta que me esté siguiendo a todos lados.

― Quería verte ― pone ojitos tiernos y le paso de lado pensando a donde demonios iré ahora. ― ¿Qué te pasa, Dwayne? ― se molesta cuando ve que estoy a punto de abrir la puerta.

― No debiste venir.

― Vamos cariño, solo quería decirte que me acompañaras a la fiesta.

― Sabes que no salgo de fiesta cuando tengo bastante tareas que entregar.

― Has una excepción.

Por la única persona que haría una excepción sería por una pequeña cría la cual logra sacarme de casillas y a la vez puede provocar cosas que no me creí capaz de sentir. 

EL CHICO DEL CAFÉ© +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora