EL CHICO DEL CAFÉ© +18 ✔️

12. No le entiendo

☕️Capítulo 12.☕️

Kiara.

Quiero morir, desaparecer y regresar con más ganas de joder a Dwayne. No debería pedir eso después de haber salido corriendo de su habitación hace unas horas.

Me encuentro en la habitación acostada sobre la cama de Sash, la cual duerme a mi derecha, porque mañana tiene clases temprano, mientras yo estoy mirando hacia arriba sin ningún punto fijo, porque la habitación está a oscuras para decir que estoy mirando el techo. La fiesta debe estar en su máximo esplendor, aunque espero con ansias que alguno de sus vecinos le llame a la policía y se jodan todos.

Estoy caliente, enojada y decepcionada, se supone que iban a ocurrir muchas cosas más en la cama del chico que me gusta bajo la poca luz azul que se extendía por toda la habitación cubriendo nuestros cuerpos semidesnudos, pero tuvo que venir una idiota llamada Kimberly a abrir la puerta sin tocar, lo peor de eso es que entró como dueña por su cosa, lo cual tuve que cubrirme a la velocidad de la luz y salir corriendo llena de vergüenza de donde quería permanecer por unos minutos más.

Tomé una ducha fría para calmarme un poco, pero eso no ayuda, porque sigo igual de molesta y caliente.

Sostengo mi teléfono sobre mi vientre y lo levanto para observar qué hora es.

Claro la hora.

Casi puedo escuchar a mi conciencia bufar.

Si tú quieres sigues mirando la hora, yo esperaré a que llegue el mensaje.

Ilusa, como si fuera a llegar uno. Sacudo mi cabeza y como si lo hubiera invocado un mensaje ilumina la pantalla.

La luz molesta en mis ojos y le bajo el brillo, pero vuelvo a subirlo para asegurarme de que la vista y lo poquito que tomé no me hagan una mala jugada, pero no, hay un mensaje de Dwayne en la barra de notificaciones.

Le doy a abrir.

Dwayne.

Hola...

Trato de no emocionarme con un simple hola, pero ya es demasiado tarde, todo mi enojo desaparece, aunque no sé qué responder, ¿debería responderle?

Tecleo algo rápido y es imposible no devolverme a hace unas horas atrás y recordar lo sucedido.

Kiara.

Gracias por el orgasmo, aunque quería otros más, pero estabas dando otros servicios...

Basta.

No, eso sonaría a reclamo y no voy a demostrarle que me ha afectado el que no echara a Kimberly de la habitación y tampoco el que no me halla detenido. Tampoco sé qué demonios decirle, entre tanto dudar la pantalla se ha apagado y vuelve a iluminarse con un nuevo mensaje suyo.

Dwayne.

¿Estás enojada?

¿Acaba de hacer esa estúpida pregunta? No puedo evitar dejar salir un suspiro y mirar a mi lado para asegurarme de que Sash continúe durmiendo.

Esta vez si me encuentro tecleando una respuesta.

Kiara.

¿Por qué habría de estarlo?

En ese mensaje estoy mintiendo porque hay una y mil razones para estarlo y si él lo ha preguntado es porque lo sabe.

Apago el teléfono colocándolo en mi pecho esperando la vibración que me confirme la respuesta, pero no llega y no puedo evitar volver a sentirme decepcionada y sentir la llegada de mi martirio y agonía.