22. Con vista al mar

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☕️Capítulo 22.☕️

Kiara.

Dwayne me toma de la mano sacándome del gentío dirigiéndonos a un espacio repleto de palmeras. Me choca despacio con una de ellas y mi espalda arde un poco, pero no es algo para prestarle atención, lo que está a punto de suceder es más importante.

Coloca su mano en mis caderas acelerando el ritmo de mi respiración y comienza un recorrido hasta posarse debajo de mi ombligo, mis labios se entreabren, mientras mis ojos escudriñan cada uno de sus gestos atentamente. Me mira a la espera de un asentimiento para continuar y me enamora esa parte de él, que las veces que nos hemos encontrado en esto, busca el sí, en mi mirada antes de aventurarse a tocar mi cuerpo.

Despacio desliza su mano por mi sexo, un gemido se me escapa, separo un poco las piernas para darle mas facilidad. Su mano se desliza por mis labios vaginales gracias a la humedad, sin sacar su mano se coloca a mi espalda comenzando a dejar besos en mi cuello enviando corrientes de éxtasis por todo mi cuerpo.  Echo el cuello hacia atrás para facilitarle la tarea y abandona mi cuello llegando hasta mis labios.

Sus labios encajan a la perfección con los míos en un beso suave que me pone a mil, mientras que no deja de masturbarme con su otra mano. El beso va tomando otro ritmo acelerando nuestras respiraciones y siento su dureza maltratarme la espalda. Sus labios se mueven en una perfecta sincronización con los míos, muerde mi labio inferior sin llegar a cortar la piel.

Se aleja de mi boca dejando un casto beso bajo mi oído y luego susurra:

― Debiste haber pensado bien antes de haber tenido sexo conmigo ― su respiración me eriza los bellos de la nuca.

― ¿Por qué habría de hacerlo? ― murmuro en un hilo de voz mientras que él acelera los movimientos de sus manos y siento el orgasmo aproximarse.

― No me gusta que morboseen lo que es mío. ¿Por qué les muestras a otro lo que desde anoche debería ser solo para mí?

Su voz segura y varonil, me pone a mil y el que adentre uno de sus dedos en mi centro me cortan el hilo de las palabras.

― Te hice una pregunta ― reitera adentrando otro de sus dedos.

― Es mi cuerpo ― apenas soy capaz de hablar.

― Tienes toda la razón ― sonríe con descaro en mi espalda y no le entiendo.

― Entonces, ¿cuál es el problema?

― La codicia de los ojos en cosas ajenas ― besa el lóbulo de mi oreja y despacio retira su mano confundiéndome en el acto. Negándome el orgasmo que estaba próximo a ser liberado.

Se aleja de mi espalda caminando delante de mí como si nada. Irritándome en milésimas de segundos.

― ¡¿Qué te pasa idiota?! ― le grito frustrada.

― Te compensaré cuando lo entiendas ― responde sin más, dejándome frustrada.

Cuando se aleja completamente y no le veo por ningún lado suelto un grito y de mala gana regreso al bullicio y al gentío. Mientras camino veo a Lía bailando de manera provocativa con una chica y Sash continua sobre la toalla en la arena, sin leer su libro, con la vista puesta al frente.

Me dejo caer a su lado con una expresión para nada agradable.

― ¿Quién murió ahora? ― me pregunta al verme.

― Dwayne me confunde la verdad es que no logro entender que demonios ocurre en su cabeza, es como si...

― Ey, detente ahí ― me frena Sash y respiro frustrada. ― Cuéntame despacio y ya veré que hago.

EL CHICO DEL CAFÉ© +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora