7. ¡Feliz cumpleaños Kiara!

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☕️Capítulo 7.☕️

Kiara.

La mañana me recibe tan alegre como lo estoy yo, se supone que Sash me ayudaría a planear que haríamos, pero hicimos de todo menos eso.

Sigue durmiendo plácidamente a mi lado y me voy corriendo al baño para cepillar mis dientes, regreso a la cama lanzándome sobre Sash quien gruñe molesta.

― Hoy no tengo que ir a la universidad ― se queja y sonrío.

― ¿No se te olvida algo?

― No ― se incorpora perezosamente en la cama alcanzado su mochila, saca una pequeña caja y me la extiende la tomo impaciente. ― ¡Feliz cumpleaños fiera!

― Ay que linda, ¿me has regalado lencería? ― pregunto y sonríe.

― ¿Para qué querrías eso? ― enarca las cejas a la espera de mi respuesta. ― Sabes qué, olvídalo últimamente todas mis preguntas tienen la misma respuesta.

Ruedo los ojos y abro la caja encontrándome un pal de pulseras con la misma temática una cara loca que saca la lengua y dos manos unidas.

― ¿Amigas locas? ― le pregunto mirando las pulseras.

― No, ― sonríe ― dale la vuelta.

Le doy la vuelta encontrándome con letras pequeñitas.

Patner of crazy thing.
~Always.

Oh, honey is so pretty ― me acerco a abrazarla. ― Thank you so much.

Creo que mi amistad con Sash es genuina por eso disfruto abrazarla, pero no por mucho, como dije es mi cumpleaños y suelo portarme como cabra loca.

― Bueno es momento de buscar mis otros regalos.

Me separo de ella y salgo corriendo hasta la habitación de mis padres, quienes aún están durmiendo me lanzo en medio de ellos.

― ¡¡Good morning guy's!! ― chillo y ambos se espantan ― ¡Es mi puto cumpleaños números 18!

― Ki, las palabrotas.

― Lo siento, daddy, es la emoción.

― Aja ― es lo único que responde y me confundo.

― ¿No van a felicitarme? ― mis manos bajan un poco.

― Feliz cumpleaños ― habla mamá sin ánimos y yo me bajo de la cama.

― ¿Esto también es parte del castigo? ― juego con mis dedos, pero ninguno responde así que me doy la vuelta para regresar a la habitación.

Veo a Sash que ya está cambiada.

― ¿Y esa cara?

― Nada ― me duele responder de esa manera, pero ¿qué mis padres no me feliciten en mi día por un castigo es normal? ― ¿A dónde vas? ― la veo tomar su mochila.

― Debo irme, veré si puedo venir esta noche ― me pasa de lado.

― ¿Disculpa? ― la detengo antes de que cruce la puerta mirándola incrédula. ― ¿Sí puedes? ― asiente y sale sin darme tiempo a que diga algo más.

¿Pero qué demonios les sucede a todos? Ethan tampoco me ha llamado.

Supongo que tendré que ir a la escuela.

Con los ánimos por el suelo, aunque un poco entusiasmada y desesperada por lo que recibiré de mi chico, me cambio para ir hasta el mediodía a la escuela.

EL CHICO DEL CAFÉ© +18 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora