Atrapada en mi Propia Fantasía

Capítulo 7: ¿Por qué precisamente ella?

(Narra Thomas...)

Hoy había decidido pedirle el número de celular a Alice, pero se negó. Al parecer tendría que ser paciente por un tiempo. Ella no era una chica fácil, si quería estar con ella tendría que jugármela.

[...]

Estaba jugando xBox con James en mi casa cuando repentinamente empieza a sonar mi celular, era Chris.

- Hey Thom, ¿puedo pedirte un favor?

- Claro bro, ¿de qué se trata?- dije curioso.

- Necesito que vayas al centro comercial para recoger a Alice, yo no puedo. Tengo una cita.- podía notar su rostro sonriente desde aquí y la pena por haberle fallado a su amiga.

- Vale, voy enseguida.

Conduje hasta el lugar a una velocidad prudente pero siempre con prisa. No quería que ella esperara demasiado, además en un rato podría caer lluvia y yo quería que ella estuviese a salvo.

La vi esperándome con una cara de pocos amigos. Supuse que era debido a mi reputación de chico malo y mujeriego. Obvié eso e iba a decir algo, pero ella se me adelantó.

- ¿Por qué tú?- no entendí a que se refería.

-¿Qué?- dije sin pensar.

- Chris dijo que tú vendrías a buscarme porque él no podía.
¿Adonde fue?

- Dijo que tendría una cita.- no le tomé mucha importancia, así que me encogí de hombros.

- Ah bueno.- dijo en un tono seco y cortante.

- Entonces, ¿Vienes o no conmigo?.- dije para romper el silencio y llevarla a su casa pronto. No quería que ella se pegara un resfriado.

Nos subimos al auto y en el camino intenté hacerle un cumplido o decirle algo lindo. Ella no reaccionó como yo pensé que lo haría, contestaba de una manera amable y animada, con algo de sarcasmo, eso era extraño en la Alice que yo conocía, pero me agradó demasiado esta faceta de ella.

10 minutos después la dejé en su casa. Al despedirnos noté que su expresión se endureció al mirar la plaza de estacionamiento de Chris.
¡Oops! Estaba enojada porque era tarde y Chris aún no había llegado. Se notaba que ella le daría un sermón como si fuese su madre.

[...]

Pasaron dos días desde la última vez que vi a Alice. Me dediqué a jugar baloncesto con mis amigos y a conversar con James acerca de Alice. Yo en realidad tenía intenciones de conquistarla, pero no sabía como.

- Y entonces, te gusta... Pero ¿no crees que deberías ir más lento Thom?- James intentaba hacerme entrar en razón, pero yo no quería perder tiempo, sentía que la necesitaba más que a cualquier cosa.

- James, no puedo ir más lento.- dije un poco nervioso y puse una media sonrisa.

- Mmm... ¿Y si averiguas las cosas que más le gustan? Sería una buena forma de llegar a ella y conquistarla de una vez por todas.

- Excelente idea Jem, gracias.- mi expresión pasó de ser seria a tornarse muy alegre por la emoción.

- No hay de que bro, ya sabes que cuentas conmigo para lo que sea.- me guiñó un ojo y rió. Yo golpee su brazo y reí también por su imitación de Crista. (Ella hacía eso cuando intentaba coquetear conmigo).

Durante toda la semana estuve planeando qué hacer para poder ganarme la confianza y el amor de Alice.

Hasta que por fin se me ocurrió algo. Podría leer ese libro que tanto le gusta e intentar hacerla vivir la historia... Lo sé, suena ridículo, pero no pierdo nada con intentarlo.

Después de todo y en el fondo ella es una chica que quiere tener una bonita historia, quiere ser amada, lo presiento, porque además ¿Qué clase de chica no quiere eso?

[...]

Me di una ducha de agua fría y me puse ropa ligera. Hacía calor afuera así que me puse unas zapatillas Vans rojas, un pantalón corto color gris, una camiseta sin mangas también roja y una gorra gris con visera negra.

Agarré mi mochila, las llaves, el celular y mi skate y salí a la librería del centro comercial en busca del libro.

Media hora después estaba mirando en las vitrinas de la tienda por si encontraba el libro, pero había olvidado el nombre. Estuve haciendo memoria un par de minutos hasta que lo recordé y al instante lo vi. Crucé la entrada y la vi a ella... Se veía muy bonita con su vestuario casual de fin de semana. Intenté que no me viera, pero fue inútil.