you are the only one

Enfrentando la verdad

Inuyasha salió molesto de su casa y se dirigió directamente a la casa de Miroku, no quería saber nada de Kagome en estos momentos y sabía que en lo de Miroku no faltarían las cervezas, que buena falta le hacían
La verdad no soportaba ver como Rin se había vuelto tan cercana a su hermano. Aunque ella misma le había asegurado de que nunca lo cambiaría y de que en su corazón siempre tendría un lugar, no dejaba de sentir como una patada en el estómago cada vez que los veía juntos.

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Todo empezó al final de verano cuando Rin se quedó a dormir en su casa después del primer día de clases. Estaban haciendo la tarea juntos y él se quedó dormido, luego los vio salir juntos de la cocina, Sesshomaru con su expresión de culo de siempre y Rin con la cara totalmente roja.

Le pareció sospechoso pero decidió no tocar el tema. De seguro sólo se estaba imaginando cosas.

A la mañana siguiente también le pareció muy extraño que al entrar a la cocina ambos se quedaran inmediatamente callados, como si ocultaran algo de él.

Pero la gota que derramó el vaso fue cuando los vio entrar juntos al bosque que se encontraba en la parte trasera de la escuela ese mismo día.

No era una zona de la escuela que él soliese frecuentar, pero ese preciso día el profesor guía lo citó para hablar con él y felicitarlo por su notable mejora en las calificaciones y lo instó para que siguiera de esa manera.

La verdad era que las calificaciones no tenían ninguna importancia para él, Inuyasha era más del estilo de vida bohemio y relajado en vez de ser de los típicos mataditos del salón.

Pero usaba la excusa de los estudios para pasar más tiempo con sus amigos. Más específicamente para pasar más tiempo con Rin.

Debía de admitir que la pequeña le había gustado desde la primera vez que la vió el año anterior, y sus sentimientos no hicieron más que profundizar en cuanto más la conocía. Pero no estaba seguro si ella sentía lo mismo por él. Es decir, era muy dulce y tierna con él, pero también lo era con Kagura y Bankotsu. Así que antes que arriesgarse a ser rechazado prefería callar sus sentimientos y conservar su amistad.

Caminaba por los pasillos perdido en esos pensamientos cuando por una ventana que daba al patio trasero pudo divisar a dos figuras muy conocidas para él adentrándose en el bosque que colinda con la escuela, muy juntos para su propio gusto.

La sangre le hervía y no pudo evitar recordar los eventos que habían ocurrido desde el día anterior en su casa.

Se sentía traicionado y celoso, pero no le podía hacer ningún reclamo a Rin, después de todo ellos no eran nada. Solamente amigos.

Ese día fue un infierno y más cuando horas más tarde sentía los roces accidentales que Rin tenía con su cuerpo.

Al terminar la escuela no soportó más y se largó a su casa en autobús. No quería ver tampoco al maldito de su hermano.

Toda la semana decidió viajar por su cuenta, se sentía muy lastimado y traicionado por Rin a pesar de que ésta no parecía haberse vuelto a acercar al idiota de su hermano durante el resto de la semana, pero Inuyasha estaba demasiado cegado por los celos como para racionalizar esto.

Cuando llegó el fin de semana decidió salir con Bankotsu, Miroku y otros viejos amigos de la secundaria. Estuvieron tomando todo el día y al llegar la noche alguien sugirió ir a la casa del Taisho para continuar la fiesta.

Inuyasha accedió y pronto la pequeña reunión de amigos escaló de una manera que nunca imaginó y toda la escuela se encontraba allí.

Aún así Inuyasha se encontraba borracho, muy herido y solo, hasta que una despampanante ojiazul en minifalda se le acercó a coquetear descaradamente. Él no puso ninguna resistencia y al siguiente segundo ya se encontraba comiéndole la boca a la hermosa chica.