Epílogo

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Diez años pasaron desde que Rin y Sesshomaru contrajeron nupcias y aunque la vida no era color de rosa, habían logrado ser muy felices.

Con el tiempo Rin alcanzó el puesto de subdirectora en la preparatoria Seiwa, y Sesshomaru ahora ocupaba el puesto de CEO en las empresas Taisho. El señor Toga se había retirado algunos años atrás y la junta directiva acordó que la mejor opción para ocupar el puesto sería su hijo Sesshomaru. Éste había demostrado estar a la altura, haciendo incrementar las ganancias y la producción de la compaía significativamente.

Producto del amor intenso que ambos se profesaban, nacieron dos hermosas gemelas que actualmente tenían siete años de edad. Towa y Setsuna, eran la mezcla perfecta de los dos. Towa tenía el cabello platinado de su padre y la sonrisa y la bondad de su madre. Setsuna heredó el cabello castaño de Rin pero era callada y reservada, como su padre, sin embargo al estar en compañía de su hermana, lograba soltarse un poco y se convertía en una niña alegre y activa, que disfrutaba de las cosas que les gustan a las niñas de su edad.

Las niñas eran la luz de los ojos de sus padres, que se desvivían por ellas, sin llegar a malcriarlas.

Se habían asegurado que desde muy temprana edad las pequeñas tuvieran los mejores maestros, fueran a las mejores escuelas y sobre todo recibieran mucho amor, puesto que a pesar de que ambos padres eran personas muy ocupadas, lo más importante para ellos era estar siempre presentes en la vida de sus hijas. Aunque eran humanos y cometían errores, siempre educaron a sus hijas con amor y disciplina.

En los últimos días Sesshomaru había estado demasiado ocupado cerrando las negociaciones de un contrato con unas importantes empresas extranjeras, por lo que había estado llegando tarde a casa, cuando las niñas ya estaban más que dormidas. Se lamentaba no poder estar ahí para ellas y eso lo tenía de mal humor.

Claro que Rin, conociéndolo como lo conocía, sabía bien cual era su gran preocupación, por lo que en cuanto supo que las negociaciones del contrato habían terminado, decidió organizar un viaje a la casa de campo de los Taisho, aprovechando que se acercaban las vacaciones de verano para las niñas, después de todo ella misma tenía las cuatro semanas libres también.

Así que a sus espaldas, organizó la agenda de su esposo con la ayuda de su asistente, haciendo que el peliplata tuviera libres las próximas dos semanas.

Ese día Sesshomaru partió a su trabajo como siempre, y Rin aprovechó para empacar todo lo necesario para ella, su esposo y las niñas.

A la hora del almuerzo se apareció de sorpresa con las gemelas de la mano en la oficina de Sesshomaru.

Los ojos de su marido se iluminaron en cuanto vio a sus pequeñas que corrían a darle un abrazo a su querido padre.

Era una hermosa visión ver a Sesshomaru, quien la mayor parte del tiempo mantenía una expresión fría y estoica, sonreír tan ampliamente en cuanto veía a su esposa e hijas. Era un reflejo involuntario para este punto, después de todo, ellas significaban toda su felicidad.

Después de que Rin le hiciera saber de los planes para las siguientes dos semanas se dirigieron al automóvil, donde los esperaba el chofer listo para llevarlos a su destino.

La casa de campo de los Taisho se encontraba a tres horas manejando desde Tokio.

Era una casa tradicional japonesa al lado de un enorme lago, que también era propiedad de los Taisho.

Después de desempacar y ponerse cómodos, la familia compartió la cena en el chabudai, en medio de risas y anécdotas, para después retirarse todos a dormir.

Las dos semanas pasaron como un pestañeo, las niñas disfrutaron nadando en el lago y visitando el pequeño poblado vecino, donde acudieron también al festival de verano.

Las pequeñas se veían preciosas ataviadas con sus mejores yukatas, correteaban por todos lados, visitando todos los puestos que llamaban su atención. Sesshomaru no dejaba de pensar que eran dignas hijas de su madre.

La última noche que pasaron en el campo las niñas quemaron fuegos artificiales a la orilla del lago, con la ayuda y supervisión de sus padres. Cuando la pirotecnia se acabó la familia decidió relajarse en el engawa, donde Rin y Sesshomaru compartían abrazos y caricias, mientras las pequeñas jugaban por su parte jugaban una partida de Go, donde Setsuna iba ganando.

Al terminar la partida, una frustrada Towa, se acercó hasta donde estaban sus padres y se abrazó de la cintura de su madre. La pequeña Setsuna imitó las acciones de su hermana y abrazó a su padre amorosamente, éste le devolvió el abrazo y cerró sus ojos para guardar en su memoria ese bello momento.

Los ojitos de Towa se encontraron con la mirada amorosa de su madre y recordó una anécdota que una vez su tío Inuyasha le había contado, la verdad era un poco difícil de creer, puesto que en su pequeña mente era difícil imaginar a su madre enamorada de otra persona que no fuera su padre, y viceversa, pero ya era hora de preguntar a su madre si lo que decía su tío era verdad.

-Mami, ¿es verdad que a ti te gustaba el tío Inuyasha antes que te enamoraras de papá?

Rin se quedó fría y Sesshomaru juró en ese momento que mataría al bocón de su hermano.

-Bueno cariño, es una larga historia- le respondió Rin cautelosamente

-Pero no tenemos nada mejor que hacer - dijo la pequeña Towa haciendo un adorable puchero al que su madre no pudo resistirse. Dando un suspiro de resignación decidió contarle a su bebé su historia de amor con su esposo.

-Bueno, en aquel entonces su tío Inuyasha era mi mejor amigo.....

Las pequeñas se pusieron cómodas y atentas escucharon las singulares circunstancias en las que sus padres se enamoraron. Rin les contó cómo Sesshomaru siempre la trató como un caballero y las muestras de amor con las que constantemente la llenaba, y cómo continuaba haciéndolo hasta el día de hoy. Ante los ojos de las pequeñas niñas, todo era tan hermoso que parecía un cuento de hadas, en la que su padre era un príncipe y su madre una princesa.

En algún momento el sueño venció a las pequeñas gemelas y sus padres no dejaban de pensar que eran muy afortunados y felices de tener una familia tan hermosa.

¿Demasiado fluff? ¿Quieren un poco de Angst?
Lean los sabores del amor  de Svaqq16. Es hermosa esa historia!!! No se van a arrepentir

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