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Mayo—2004

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Mayo—2004

Por última vez, George se miró al espejo y suspiró frustrado. Odiaba que su piso estuviera en reforma, pues debía quedarse en la casa de su hermano, en la cual vivía con su prometida e hijos. Se sentia un estorbo entre ellos, solo esperaba que acabara pronto.

Acomodó su chaleco para bajar las escaleras en dirección a la amplia cocina de la familia. En ella, se encontraba Elizabeth Lupin junto a su hijo mayor, quien parecía estar desayunando.

Sus ojos se iluminaron al verla, y su corazón se estrechó al recordar como la mujer que amaba incondicionalmente estaba prometida a su gemelo. Pero los amaba demasiado, como para estropearles su felicidad .

—Ey, buenos días Georgie— saludó la mujer, dejando a un lado los papeles en los que estaba escribiendo.—¿Cómo amaneciste?

—Buenos días, bien gracias Beth— tomó asiento al lado de su ahijado— Buen día campeón

—Buen día padrino

Coreó el niño, mientras se llevaba un bocado de un croissant a la boca.

—¿Gustas desayunar? La cafetera está puesta— señaló con la cabeza— Tu hermana iba a venir, la estaba esperando pero al final mandó una carta diciendo que no podía y me puse al día con el trabajo.

Volvió a colocar los folios de manera ordenada para seguir escribiendo artículos que  podían der útiles para el profeta.

George se levantó, llendo hacia la cafetera para tomar un buche del caliente líquido disfrutando de su amargo sabor cuando se sirvió.

—Supongo que el trabajo cada vez tiene que estar más pesado— hizo una mueca mientras bebía otro sorbo—¿Qué le pasó a mi hermana?

—Lo está si, exigen mucho para ver si me contratan— informó sin dejar de mirar los papeles— Se encontraba mal

Jackson, yendo a fregar el plato que utilizó para desayunar volvió la cabeza hacia su madre, preocupado.

—¿Se encontraba mal? ¿Qué le pasa a la tía Ginny?— intentando no salpicar mucha agua, mojaba el plato escuchando atento a su madre.

El Weasley, miró a la mujer de la misma manera que su ahijado.

—Según me escribió tenía nauseas y no paraba de vomitar—hizo una mueca apiadandose de lo mal que debería estar su amiga.— Molly le iba a dar un remedio casero, esperemos que se mejore.

Los hombres imitaron su mueca, pensando en la Weasley y como se debe de sentir. Seguro le cayó algo mal, pensaron.

—Espere..—sus palabras fueron interrumpidas, pues tuvo que agachar la cabeza para que una carta no le aterrizara en su cabeza—¡Maldita lechuza!—bramó furioso viendo como esta iba rápido hacia otro destino. Miró la carta en el suelo— ¿Puedes cogerla padrino? Tengo las manos mojadas.

𝖱𝖺𝗆𝖾́-𝖦𝖾𝗈𝗋𝗀𝖾 𝖶𝖾𝖺𝗌𝗅𝖾𝗒 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora