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La locura y el deseo lo desataron por completo al escuchar las palabras de la mujer, la seguridad se notaba en su voz.

El estaba a su merced, para cumplir sus fantasías.

Estalló sus labios contra los de ellas, derritiéndose sobre estos. Se sorprendió el hombre cuando la rubia no le dejó ganar en la batalla.

Noareth mordió el labio de George, causando que este soltara un jadeo sobre ella quien aprovechó su momento de debilidad para pedir acceso a su cavidad bucal.

Por primera vez en su vida se sentia segura frente a un hombre, tal vez algo nerviosa por tomar la iniciativa, pero siempre había una primera vez para todo y confiaba en las palabras del pelirrojo, pues este le aseguró que le iba a ayudar.

George le cedió, y las lenguas de ambos se unieron en un pasional baile cargado de deseo.

Sus cuerpos se pegaron más, las venosas y varoniles manos del Weasley afirmaron la cintura de la rubia,  quien jadeó en su boca al notar contra su núcleo la considerable erección de este.

—Joder George..— lo miró a los ojos nublados de deseo cuando se separó.

—¿Quieres intentarlo?— preguntó regulando su respiración acariciando su mejilla—¿Tu arriba?

Esta algo avergonzada y sonrojada asintió. El hombre le sonrió para volver a unirse en un hambriento beso, despojandose de sus prendas a cada paso, ansiosos del otro.

Cuando la mujer levantó las manos hacia arriba, George tomó la señal de deshacerse de su camiseta para lanzarla a cualquier extremo de la habitación. Enterró su cabeza en el cuello de la rubia, dejando besos húmedos mientras alternaba los movimientos succionando, mordiendo u lamiendo.

Noareth jadeaba con la respiración entrecortada, excitandose cada vez más cuando notaba como la erección de George crecía en sus pantalones.

Se sentía completamente mojada.

Acarició el pecho del pelirrojo, admirada al verlo sin poder retirar la mirada. Sus fornidos hombros la volvían loca.

El Weasley llevó hizo que Noareth se inclinara más hacia el para tener acceso a su espalda, quitando con los dientes el broche el sujetador, quedándose con el entre estos.

—Creo que ya no te hará falta— se burló cogiendolo entre los dedos, lanzandolo para que no molestara.

—Definitivamente no— aseguró con la respiración acelerada la rubia, inclinándose con una sonrisa inocente a desabrochar el pantalón del Weasley.

Sonrió al notarla, se alegraba de que esta pudiera sentirse cómoda y segura a su lado, era lo que más le importaba en esos momentos.

Llevó su mano a la derecha del sofá, donde reposaba la corbata de la que constaba el uniforme de Sortilegios Weasleys.

Noareth lo vio extrañada, pero al entender sus intenciones cuando vió la picara sonrisa en sus labios le fue imposible que no se le contagiará.

—¿Me permites?— dejó un húmedo beso en su cuello, para después mirarla a los ojos, pidiendo el consentimiento necesario.

Llevó sus dos muñecas frente a el, hechando la cabeza hacia atrás, causando que los mechones rubios cayeran al  aire libre, dándole un aspecto más sensual y rebelde.

—Átame George

Ordenó con voz firme y segura. El Weasley rodeó sus muñecas con la corbata para después hacerle un nudo, para que este no pudiera deshacerse fácilmente. Indicó que rodeara su cuello con sus brazos.

𝖱𝖺𝗆𝖾́-𝖦𝖾𝗈𝗋𝗀𝖾 𝖶𝖾𝖺𝗌𝗅𝖾𝗒 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora