Capítulo 13

165 17 10
                                    

 Andrew’s POV:

Tras comprar un hermoso ramo de orquídeas blancas a la señora Flowel, Luke conduce hasta el apartamento de Sophie guiado por mis indicaciones.

— Gira a la izquierda y habremos llegado —Él hace lo que le digo y, como había predicho, en pocos minutos nos encontramos en frente del portal de Soph.

 — Es aquí ¿Verdad? —Pregunta Luke, mirándome por el espejo retrovisor interior, y yo asiento.

Suspiro y le agradezco, el vuelve a repetir que todo irá bien pero cada vez estoy menos convencido. No sé porque, pero siento la corazonada de que esta noche no será como la imagine, aunque tal vez sea aún mejor ¿Quién sabe?

Salgo del coche y cierro la puerta de este. Me despido de Luke con la mano y el me devuelve el saludo.

Me encamino hacia el edificio y el portero, Ted, me abre la puerta y espera a que pase. Le agradezco y me adentro en el ascensor. Pulsó el botón número once y rápidamente me encuentro en frente de la puerta principal del apartamento de Soph. Rebusco con mi mano libre en el bolsillo derecho de mis jeans la copia de la llave que ella me obligo a aceptar hace dos semanas y abro la puerta.

 — ¿The Beatles? —Es lo primero que pienso al entrar, cruzo el vestíbulo con una sonrisa y con el ramo de orquídeas en mis manos, me siento en el sofá de cuero marrón del salón y la espero en silencio. Es extraño, no sabía que a Sophie le gustase este tipo de música. La canción que se está reproduciendo no es nada más y nada menos que el clásico Help. Miro hacia el baño y diviso el ordenador que reproduce la canción.

Devuelvo mi atención a la puerta de la habitación de Soph pero ahora, por culpa de algún tipo de intercambio divino, hay una chica en ropa interior de encaje en vez de una puerta de madera.

Mi rostro pasa de la palidez al sonrojo en segundos. Ella no dice ni una palabra así que aprovecho su estado de shock y el mío propio para detenerme a mirarla. No quiero ser descarado así que no me detengo demasiado en sus esbeltas piernas y en su firme busto, prefiero centrarme en su rostro. Esta chica tiene los ojos más condenadamente hermosos que jamás he visto, son verdes y azules a la vez y lucen como una terrible combinación entre el océano Pacífico y el más espectacular paisaje escocés. A estos les acompañan un conjunto de espesas matas de pestañas largas y rizadas, apelativos exactos para describir su cabellera. Su piel es blanca como los pétalos de una margarita y sus labios son rosados y jugosos como un pomelo.

— ¿Qué cojones estás mirando? —Pregunta ella con desprecio y ese tono altivo parece iluminarme.

— Yo, yo te conozco. Tú eres el ángel enfurruñado de las bolsas —Pronuncio, dando un paso más cerca de ella.

***

¡HOLA LECTORES Y LECTORAS! Disculpen la tardanza y dejenme decirles que en cinco minutos mi reloj marcará las 2:00 de la mañana y que los amo locamente.

Xoxo

EM

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora