Bianca's POV:
Me levanto de mi silla giratoria y me dirijo al catering que hay instalado en mi planta, a por un yogur de moras y un café con sacarina.
Cruzo varios pasillos hasta dar con una mesa a rebosar de bollería, tostadas, mantequilla, yogures, mermelada, cereales, beicon, huevos revueltos, tortitas, fruta, café, zumo y leche.
Tras servirme lo que vine a buscar, me encierro de nuevo en mi cueva, donde con la ayuda de mis dedos, mi brillante talento y un programa de Word, creo artículos de opinión dignos de la admiración de mis superiores.
Lo cierto es que trabajo pocas horas, las suficientes para escribir un artículo al día. Cuando termino y mi trabajo es aprobado, puedo marcharme.
No tengo amigos aquí, realmente, no hablo con nadie excepto con mi jefa y con Larry, el del correo. Lo cual es extraño teniendo en cuenta que hace alrededor de cinco años que trabajo en está empresa.
Tan sólo como, bebo y hago lo que Grace me pide. Rutina que me evita relacionarme con mis compañeros pedantes y asegura siempre un buen resultado.
Después de un par de horas logró terminar mi artículo. La esencia de mi cruda forma de decir lo que pienso, esa que consigue cautivar a mis lectores además de encontrarme siempre un hueco en todas y cada una de las publicaciones del periódico, está plasmada en él.
Envío mi trabajo al correo electrónico de Grace y después de recibir un más que merecido: «Será publicado ¡Buen trabajo, Wayne!» Cuelgo de mi hombro derecho mi bolso y tras cerrar con llave mi despacho, me encamino a la salida del edificio.
Allí me espera Nick, con su rebelde cabello castaño, vestido con un abrigo gris oscuro hasta las rodillas, jeans y unas botas. Temblando de frío.
Antes de cruzar la puerta y saludarle, abrocho hasta el cuello mi chaqueta morada y, tras haber sacado mis preciadas orejeras de mi bolso, me las pongo.
Nick besa mi mejilla y le pido, casteñeando, que nos resguardemos del frío en algún local.
Tras caminar una manzana y media encontramos un escaparate lleno de dulces apetitosos y decidimos entrar. Nos sentamos en una mesa para dos y la camarera anota nuestros encargos. Yo pido un croissant de jamón y queso, no quiero beber nada ya que me he inflado a cafés está mañana, y Nick elige una porción de pastel de almendra y un chocolate a la taza.
— Hace un frío casi insoportable esté año. Es salir a la calle y casi sentir la piel recubrirse de escarcha —Con ayuda de mi tenedor me llevo a la boca un pedacito de su pastel sin que Nick se de cuenta.
— ¿Sabías que el frío no existe?
Levanto la mirada de mi tenedor y frunzo el ceño ante su pregunta.
— ¿Cómo que no existe? ¡La prueba está ahí fuera! — Exclamo, señalando a la puerta que da a la salida.
— Me refiero a que el calor es la energía, lo que conocemos como «frío» no es más que una palabra inventada para denominar la falta de calor.
Le doy un par de vueltas y asiento sin darme ni cuenta. Tiene sentido.
— ¿Y cómo sabes tú eso, bajista bohemio de los Invalid Shutdowns? — Le pregunto con una ceja alzada, dudando de esos sorprendentes conocimientos de termodinámica.
— Andrew me lo explicó ¡Sabe mil y una curiosidades científicas interesantísimas! Me quedo sin habla cada vez que abre la boca y suelta alguna.
Andrew, Andy, And, vino, caricias, labios, beso ¡Esa noche aún vive en mi mente! No puedo evitar recordar cómo sus labios se amoldaron perfectamente a los míos, como si hubiéramos venido al mundo con el único fin de comernos la boca.
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Serendipia
RomantikSerendipia: descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. Con sus 23 años recién cumplidos, Bianca Wayne sigue siendo un completo enigma para todos los que la conocen. Su compleja, des...