Capítulo 22

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Bianca's POV:

— ¿Y éste libro? —Pregunta intrigado, ojeando las paginas, mientras se sienta en mi cama.

Su pelo negro y liso cubre parcialmente su frente, las puntas de este acarician sus cejas y con cuidado decido correr su flequillo a un lado para que no le moleste.

— Lo compre ayer. Todavía no he empezado a leerlo —Me siento junto a Dyl y observo detenidamente como sus orbes azules se mueven de izquierda a derecha, saltando de oración en oración.— Si quieres puedo leer para ti.

Dylan asiente, pero antes de que pueda comenzar, mi madre anuncia a gritos que es hora de cenar. Cojo el libro y lo coloco en su lugar antes de pedirle a mi amigo que no se mueva.

— Quieto ahí. Vuelvo en un rato —Beso su mejilla y bajo con prisa las escaleras hasta situarme en mi asiento.

Frente a mi hay un plato de sopa. Caldo, pasta, carne y verduras. Mis padres ya han empezado a comer y como siempre se han olvidado de poner las servilletas. Intento no necesitarlas y terminar rápidamente mi cena antes de que a ellos se les ocurra entablar algún tipo de conversación.

Como de costumbre la televisión está encendida, así el vacío es menos notable y ninguno siente la necesidad de romper el silencio. Lo gracioso es que nadie la está mirando, cada quien está centrado en su maldita sopa y ya podría ahogarse uno que el otro no se daría ni cuenta.

— Bianca, tranquila. Nadie va a quitarte la sopa. Puedes respirar —"Nadie va a quitarte la sopa" repito en mi mente con una fina vocecilla burlona.

Veo que estaba equivocada, si se trata de joder al personal ahí están ellos con todas las antenas puestas.

Me detengo un segundo para responderle.

— Es que está muy rica —Miento. Le dedico una sonrisa a mi madre y vuelvo a meterme la cuchara en la boca.

Un rato después mi plato queda limpio y me levanto de mi silla sin pedir permiso. Mi pie derecho roza el primer escalón pero de nuevo la molesta voz de mi madre, esta vez a mis espaldas, me interrumpe.

— ¿No te aburres ahí sola todo el día? ¿Porque mejor no sales y haces amigos?

Trago saliva y niego, con la mirada clavada en el suelo.

— No estoy sola mamá —Antes de que pueda hacerme más preguntas subo hasta mi cuarto y cierro la puerta con violencia. Dirijo mis ojos aguados hacia mi cama pero allí no hay nadie.

La vista se me nubla por el llanto y escondo mi cara en la almohada para que ellos no puedan oírme.

¿Por qué se fue cuando le pedí que no lo hiciera?

Andrew's POV:

Es viernes por la tarde, un viernes frío, como todos en esta época del año y tras la ventana del salón de Sophie esta nevando intensamente.

Yo y ella estamos recostados en el sofá bajo un par de mantas de lana, viendo un maratón de cine de terror en Paramount Channel que parece no acabarse nunca y comiendo palomitas recién hechas.

Desvio mi mirada de la pantalla para centrarla en ella. Muerdo mi labio inferior con fuerza. Lo recuerdos regresan a mi como balas infectadas de culpa. Todavía soy incapaz de sincerarme pero tengo unas ganas inmensas de hacerlo... Como siempre me carcome el dolor y lo peor es que soy el único que sufre...

Un chillido me devuelve a la realidad. Es Soph nuevamente espantada por una escena aterradora más que predecible.

¡Ella es tan miedosa! Puedo ver las palomitas volar de un momento a otro con cada uno de sus sobresaltos y gritos estridentes. Mis oídos aclaman un minuto de paz y mi lengua un buen vaso de agua fría después de haberme terminado medio tupper de ese delicioso snack salado.

Me levanto del sofá cuidadosamente, intentando no destapar a Sophie y me dirijo hacia la cocina. Allí abro la nevera y me sirvo agua en un vaso de cristal pero antes de que pueda dar un solo sorbo a mi bebida mi móvil suena. Decido ignorarlo y saciar mi sed. No puede ser nada importante. Ya se cansaran.

Lavo el vaso y lo pongo a secar. Mi teléfono no ha parado de sonar y eso empieza a mosquearme.

Sin mirar quién es respondo un poco rudo.

— ¿Si?

Nada. Al otro lado de la linea se oye una respiración agitada y entrecortada. Parece que alguien se estuviera ahogando con... ¿Con su propio llanto?

Decido fijarme en el marcador de mi móvil y descubrir quien es el misterioso ser que acaba de llamarme.

Bianca.

Alterado regreso el aparato a mi oreja.
— ¿Bianca? —El llanto se intensifica, consigue ponerme los pelos de punta.— Dime que estas bien, por favor —Ruego, pero ella sigue sin hablar, parece en estado de shock.— Quedate ahí ¿Me oyes? Voy a por ti. Estas en tu casa ¿Cierto? —Percibo un fino y eso es lo único que necesito para colgar el teléfono y salir pitando del apartamento de Sophie sin dar ninguna explicación.

Corro lo más rápido que puedo bajo la helada que cae, con la imágen mental de sus mejillas manchadas de lágrimas.

En poco más de quince minutos llego hasta su bloque de pisos y en menos de cinco ya estoy aporreando su puerta con fuerza. El agua congelada ha atravesado toda mi ropa y estoy literalmente empapado.

La puerta se abre lentamente dejándo a la vista a una Bianca pálida, con lo ojos y labios hinchados, vistiendo un pijama de dos piezas, con el pelo enmarañado y descalza. Una sensación de presión se apodera de mi pecho.

— Lo siento tanto —Tartamudea.

Le abro directamente mis brazos de par en par, aún mojados y fríos, y ella se abalanza hacia ellos. Nos quedamos así por unos largos minutos, abrazados, en el umbral de su apartamento. La dejo llorar en mi hombro y ella se deshace en mis brazos.

Todavía con ella colgando de mi cuello consigo cerrar la puerta y sentarla conmigo en su sillón. Ahora Bianca esta en mi regazo, sus piernas sobresalen del reposabrazos y su cabeza descansa en mi pecho.

Acaricio sus mejillas húmedas con el dorso de mis dedos, sus ojos siguen cerrados y sus labios rosados están entreabiertos. Decido quedarme allí para calmarla si vuelve a necesitarlo, admirarla mientras duerme y apagar mi móvil por si a alguien le invaden las ganas de encontrarme.

***
Sé que tardé pero regresé.

Gracias a todos los que siguen ahí.

Esta historia sigue y no va a parar hasta el final. Muchos besos mis queridos lectores.

PD: Como saben, en cuanto pueda, corregiré cualquier falta ortográfica que pueda haber.



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