Por si me ves, estamos destinados -Contigo soy-

CAPÍTULO 21

Ian: Se me ha ocurrido algo...

Yo: Veras...¿el qué?

Ian: ¿No te fías de mí?

Yo: Sí...

Ian: Bueno, entonces si te fías te lo digo.

Ian: Mañana  no vas a hacer nada, ¿no?

Yo: No...

Ian: Pues si quieres... Podemos quedar, y te llevo a ver un lugar que seguro que te gusta...

Me quede perpleja al ver aquel mensaje. ¿Acaso me estaba invitando a salir a dar una vuelta con el?

Ian: Pero solo si quieres, claro... Comprendería que no quisieras...

Ian: Además de que te suene raro... Y no te fíes de mí... Pero si te apetece, estoy dispuesto.

Yo: Yo... No me lo esperaba.

Ian: Imagino... Pero eso, sin presiones. Solo si quieres, entiendo que no te apetece pasar tiempo con tu profesor.

Yo: No es eso... Pero... ¿a dónde iríamos?

Ian: Es sorpresa... Y si vienes... Quedaríamos por la mañana y volverías por la tarde.

Yo: ¿Pasaríamos el día fuera?

Ian : Sí.

Ian : Ahora sé sincera, ¿te fías de mi? 

Me quedé pensando durante unos segundos.No había hecho nada para que desconfiase de él, de hecho, había sido todo lo contrario. Por cómo se había mostrado conmigo ayer y los gestos que había tenido todo apuntaba a que sí podía fiarme, y además, siendo honestos, me apetecía pasar más tiempo con él. Ayer me lo había pasado bien a excepción de un par de momentos... Cómo me dijo él.

Yo: Sí me fío de tí.

Yo: ¿Pero qué le digo a mis padres?

Ian: Lya, tú eres una chica lista.

Ian: Sé que no tendrás problemas para inventar algo que te sirva de excusa.

Yo: Ya... Veré qué puedo hacer

Ian: Sé que lo lograrás.

Ian: Te estaré esperando en el camino de detrás del instituto

Ian: Para evitar miradas, ya sabes.

Yo: Vale, intentaré ir

Yo: ¿A qué hora?

Ian: Cómo te viene a las diez y media, así podrás descansar algo más que hoy.

Yo: Bien, aunque aún tengo que buscar algo que decirle a mis padres.

Ian: Está bien

Ian: Dime algo cuando sepas definitivamente si podrás ir o no

Yo: Vale... Voy a ver qué me invento

Ian: Suerte listilla

Ian: Espero verte mañana

Sonreí ante sus últimos mensajes y apagué la pantalla del móvil mientras dejaba caer el brazo sobre las sábanas.¿Qué podía decirle a mis padres?Miré hacia el techo pensando en excusas, lo más racional y sencillo sería decirles que había quedado, aunque obviamente no decirles con quién había quedado en realidad, sino con alguna de mis amigas para que fuese menos sospechoso. Pero para ello primero tenía que contar con ellas.