CAPÍTULO 50

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Poco a poco nos quedamos dormidos. No pasó mucho tiempo hasta que llamaron al timbre. Asustados dimos un respingo. Él me miró algo agitado. Me puse la ropa interior, una camiseta y me dirigí a la habitación de mis padres dado que su ventana daba a la calle, abrí la ventana tras ponerme una bata y no salir así vestida al balcón.

Cuando me asomé vi que eran mis amigos.

—Hola

—Ey, por fin, ¿sales?

—¿Qué hora es? Estaba durmiendo y no me he enterado de nada.

—Eso explica todo— dijo uno riéndose—son casi las seis.

—Ah vale, pues tengo que hacer unas cosas, no sé si podré ir, luego os aviso—respondí pensando en el hombre que tenía en mi cama.

—Vale, adiós—dijeron mientras cerraba la ventana.

Volví a la habitación mientras Ian me miraba sin haberse movido de la cama.

—Eran mis amigos. No pasa nada, pero voy a llamar a mi tío, no quiero más sustos.

—Vale, menos mal. No me podía sacar de la cabeza lo que pudiera haber pasado.

Cogí el teléfono y marqué.

—Hola Javi

—¿Qué hay Lya? ¿Pasa algo?

—No, tan solo quería saber qué tal te va

—Bueno, aún me quedan unas cosas por hacer, hasta dentro de un rato no acabaré

—Vale cuando salgas me avisas. Yo saldré un rato más tarde.

—Vale pásalo bien y no vengas tarde a casa.

—Vale, adiós.

Dejé el móvil y le expliqué todo a Ian. Él se movió en la cama hasta atraparme, poniéndose encima mientras me besaba

—Oye... - dijo separándose—no quiero volverlo a hacer...sin condón... Ha sido increíble no tener barreras, te lo juro, pero no quiero arruinar tu vida.

—Vale, lo sé... Fué el calentón....

—Lo sé, te quiero, y no te lamentes, ha sido lo mejor que he hecho en mucho tiempo—dijo acariciándome la mejilla suavemente y volviendo a mis labios.—oye, ¿y si aprovechamos esta media hora?—dijo mordiéndose el labio.

—Vale profesor... Tú dirás - dije sonriéndole y volviendo a besarle. Él siguió el beso y pasó de ser lento a deseado. Como si fuera el primero en mucho tiempo. Se levantó un poco y me quitó la bata que me había puesto mientras seguía besándome lentamente. Continuó por mi camiseta y bajó de mis labios a mi cuello donde noté que succionaba. Al principio pensé en apartarle, ya que tendría que inventarme algo para cubrir el chupetón.

Pero al final dejé que me lo hiciera.

— Voy a tener que poner una excusa para eso... — dije acariciándole la mejilla.

— Bueno... Fijo que encuentras alguna... Pero tenía unas ganas de hacerte uno... Y enseñarle a la gente que eres mía... — susurró en mi oído. Yo sonreí y fui a sus labios.

Tras retirarme la camiseta comenzó un recorrido de besos por mi cuerpo, pero eran besos lentos, húmedos, pero lentos que me desquiciaban.

— Ian... — Jadeé para ver si así aumentaba el ritmo.

— Ten paciencia... — me dijo separándose, antes de volver a lo suyo. Luego combinó aquellos besos con caricias provocando que me estremeciera.

— Me encanta ver como tu cuerpo reacciona al mío... — susurró en mi oído.

Por si me ves, estamos destinados  -Contigo soy-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora