El de cabellos oscuros se dejó caer contra la mesa con un largo suspiro brotando de sus labios, sus ojos se sentían tan pesados y le dolía la cabeza. De verdad se sentía muy cansado porque tuvo que tomar su última clase solo ya que Yuuji no le dirigía la palabra desde que se lo encontró en los pasillos, se levantó de su asiento para ir a lavar los pinceles y su ceño se frunció al recordar su conversación.
Itadori había estado ignorando sus mensajes por lo que se adelantó un poco para encontrarlo. Le sorprendió muchísimo recibir una respuesta corta a su saludo, no dudo ni un segundo en preguntarle qué sucedía.
Un puchero apareció en los labios de Itadori.
— Es.. no creo que pueda seguir hablándote, Megumi.
— ¿Qué? — Preguntó confundido deteniendo su andar, también Itadori se detuvo, pero no lo miró.
— Por, ya sabes.
— No lo entiendo, Itadori.
— Sukuna.
— ¿Qué tiene que ver él en esto?
De verdad no entendía nada. Llámenlo idiota pero, nunca pensó que terminar con Sukuna también perdería a Itadori. No era justo.
— No me parece bien lo que hiciste y, solo, no puedo seguir hablando contigo e ignorar todo lo que pasó.
— Yuuji, n-nosotros somos amigos.
— Y Sukuna es mi hermano, Megumi.
Sabía de antemano que Sukuna no lo había obligado, pero las malas lenguas decían que sí y por eso mismo su enojo ante el reclamo que no le correspondía a Yuta se desató. Nunca en su vida había estado tan enojado hasta que escuchó en los pasillos lo que pasó con esos dos.
Yuta se excusaba con boberías hasta que ya no pudo contenerse más. Sentía el agarre fuertemente de Nobara para que se calmará, pero no lo haría. ¿Quién se creía ese chico cómo para hablar así de Sukuna?
"Yuta, estoy realmente decepcionado que tomes el privilegio de reclamar algo que no te incumbe; tú y yo no somos nada más que simples amigos como para que vayas y acuses a Ryomen de ese modo. No lo conoces, tampoco conoces nuestra historia. Ni tú, ni los que se han encargado de difundir ese estúpido rumor, así que de la manera más atenta te pido que no me vuelvas a dirigir la palabra si seguirás de esa manera."
Después de explicarle a Nobara lo que pasaba y ella diera su humilde opinión, entendió que los códigos de hermanos son más fuertes que las amistades e Itadori estaba en lo correcto al alejarse de él. Volvió a suspirar con su pecho dolorido por el recuerdo de su amigo, ahora Itadori no estaba y él se encontraba solo en la clase de arte sin algún compañero que quisiera ser su pareja para ese maldito proyecto, razón por la que se encontraba de último en aquella mugrosa universidad.
No le importó empujar con fuerza la puerta del baño, ya fastidiado por tantas horas en ese lugar, pero se arrepintió de inmediato al escuchar un golpe en seco y un quejido.
"¡Mierda! ¡De verdad lo siento!" Gritó una disculpa tan rápido como pudo, asomando con cuidado su cabeza por el espacio de puerta ligeramente abierta para verificar que la persona que recibió tremendo coñazo estuviera bien.
No lo estaba.
Ryomen sangraba de la nariz y él era el culpable.
