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Minho largó un suspiro y guardó bruscamente su celular. Sacó su libro de matemática y casi azotó su casillero al cerrarlo; odiaba que Jisung subiera esas cosas.

Siempre se descubría sus clavículas, compraba ropa de mujer, como esas mini faldas o trajes de mucama sexy para sacarse alguna foto y subirla a Instagram. Lo odiaba. Odiaba que se expusiera así, ante tantos seguidores que solo lo siguen por la exposición de su cuerpo.

Pero había algo que no quería admitir: le encantaban esas fotos y sobre todo en las que mostraba sus preciosas piernas.

¿Cómo era eso posible? Jisung era libre de hacer lo que quiera claro está. Pero le ponía celoso todos esos comentarios que decían estar enamorados del cuerpo de Jisung.

De su mejor amigo.

De su Jisunggie.

De su ardilla.

Mierda, de su amor imposible.

Jisung también estaba al tanto que a Minho no le gustaba todo lo que subía, ¿pero si lo dejaba, como diablos iba a llamar la atención de su mejor amigo?

Amaba como su Honnie se molestaba cada vez que subía alguna foto a historias mostrando su respingado trasero con alguna canción de fondo. Lee era tan estúpido que se centraba en la foto y no en la canción que era usada como indirecta hacia él.

Sin embargo, Jisung, quién estaba jodidamente contento con ese cuerpo esculpido por las propias manos de Dios, ya estaba a costumbrado al comportamiento de mal humor de su mayor. Hasta a veces le hacía elegir qué foto subir; Jisung reía ante el teléfono en esos momentos, sin saber que Minho ardía de furia por dentro, a punto de explotar de celos.

Lee Minho era consciente de los comentarios que se originaban en la escuela hacia el cuerpo de su Jisunggie.

¿Acaso nunca vieron un cuerpo?

Dejó sus pensamientos de lado cuando cruzó la puerta de su salón. Se sentó en su escritorio, frente a Changbin quien le extendió el puño, quedándose sin su saludo.

—Déjame adivinar... —fingió pensar mientras se acomodaba en la silla—. ¿Jisung de nuevo, eh? —Minho se giró y se recostó en la pared para luego mirarlo con una ceja levantada.

—¿Quieres dejar de hablar? Recién llego, mantén tu boca cerrada —espetó.

Seo sonrió y observó como su hyung se quedaba viendo un punto fijo en el suelo. Presenció como la mirada de Chris y de Hyunjin, quienes ingrsaban, se posisionaba sobre Minho.

—¿Jisung de nuevo? —el modelo preguntó en un susurro.

—Definitivamente —aseguró el pelinegro, Chris.

━ 𝐼 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑖𝑘𝑒 ❦ 𝑆𝑡𝑟𝑎𝑦 𝐾𝑖𝑑𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora