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Jeongin largó un suspiro, preparándose mentalmente para la siguiente clase, ya que odiaba la materia, y con la profesora, era el colmo para su paciencia. 

Necesitaba estar solo, pero a la vez acompañado... ni él se entendía. Sin embargo, Yohan estaba a su lado, hablando sin parar, taladrando su cabeza de una forma inexplicable, quería que se calle urgentemente, para él poder controlar su bocota y no decirle cosas que luego se arrepentiría.

A lo lejos vió a Hyunjin junto a Minho y Changbin, éstos charlaban entre si cuando el primer nombrado mantenía los ojos sobre Joengin, algo que le sorprendió cuando lo encontró. Su mirada era seria, como si estuviera molesto. El castaño le dió una mirada suplicadora, para que venga y lo salve de ese tormento. El pelinegro entendió rápido, y se acercaba con la misma velocidad. Por ende, el menor le prestó atención a Yohan, para disculparse porque se tenía que ir, pero las palabras que soltó el otro chico, le causó asombró.

—Creo que deberías alejarte de Hwang. No me gusta que esté detrás tuyo todo el tiempo como si fueses un niño. Oh.. hablando de Roma —espetó, cuando el alto hizo acto de presencia.

Escuchó todo, alto y claro, pero decidió no perder los estribos ante semejante estupidez. Pero tampoco podía quedarse callado.

—Si estoy detrás de él, es porque lo cuido, a diferencia de ti, que apareces cuando se te da la gana.

—Jinnie... —trató de parar la pequeña discusión que se estaba agrandando, pero los dos mayores lo ignoraron.

—¿Aparezco cuando quiero? Obviamente, porque le doy el espacio que él necesita. Sin embargo, tú andas pegado como pegatina, como un perro siguiendo a su dueño.

Llevaba aguantando varios meses a este tipo, y cada roce que tenían, era una gota que se sumaba a otra en un vaso, pero eéta, fue la que llegó al límite.

Hyunjin avanzó con rapidez para tomarlo de las solapa de la camisa ridícula que traía y lo estampó contra los casilleros, elevando el cuerpo levemente, mientras que apretaba su cuello.

—Llámame perro de nuevo y verás lo que te pasa —amenazó y lo soltó.

El modelo miró a Jeongin a los ojos, pero no era como siempre, esta contenía enojo, como si hubiese aguantado demasiado y éste era el momento en donde explotaba.

—Eres un perro, Hwang —afirmó Yohan, preparado para lo que vendría.

Hyunjin se mordió el labio. Tomó aire mientras le daba la espalda y se impulsó para girarse rápidamente con su puño en alto, impactando contra el rostro del otro chico. Éste perdió un poco el equilibrio pero lo retomó mientras limpiaba la sangre de su mejilla; el más alto le había dado con el anillo, provocando de esta manera un ligero corte.

—Oops, lo siento, mano equivocada —movió su mano mientras aliviaba el dolor por el impacto, siendo así el sarcasmo demasiado notorio.

Estaba jodidamente celoso por Hwang y la relación que tenía con Jeongin, y por eso quería que él estuviese lo más lejos posible. Vió al pelinegro alzar una ceja y notar como Yang le tiraba de la manga para llamar su atención, así que aprovechó el momento para impactar su mano contra el rostro ajeno, de esta manera dándole en el labio y cortando la piel, ya que se había mordido por el golpe. Apesar de que quería golpearlo más, era consciente de que no era el lugar. Así que satisfecho por al menos hacerle derramar sangre, tomó la mochila que estaba a su lado y se fue, esquivando a los profesores que habían llegado tarde.

—¿Qué está pasando? —preguntó uno de literatura.

—Nada, ya terminó —contestó Hwang, admirando la vista que estaba teniendo en éste momento.

━ 𝐼 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑖𝑘𝑒 ❦ 𝑆𝑡𝑟𝑎𝑦 𝐾𝑖𝑑𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora