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Minho logró salir a tiempo del centro comercial, para llegar antes de la cena. Rezaba para que sus padres no estén, porque, delante de ellos era un buen chico, aplicado y para nada mentiroso. Además, quería decirle muchas cosas, hasta lo escribió en un cuaderno antes de que el centro abriera, también lo recitaba en su mente, una y otra vez, por ende, sería muy vergonzoso que sus padres lo escucharan.

Tenía que llegar antes de la cena, ya que si el menor comía, enseguida el sueño se hacía presente, porque no dormía siesta, cosa que no podía comprender ya que él amaba las siestas. Pero bueno, así era su Jisunggie, tenía que amarlo a pesar de sus defectos.

Llegó a su destino, con sus manos temblando y su corazón palpitando por los nervios. Tenía que decir las palabras correctas y sinceras, no quería volver a ver el rostro lleno de lágrimas, ¡hasta sus ojos dejaron de brillar! Por eso, tenía que hacer todo lo posible para que aquello no se vuelva a repetir.

Así que golpeó la puerta, aún con sus manos temblando y cerró sus ojos en lo que esperaba para que Jisung le abriera.

-¿Qué quieres, Lee? -preguntó el rubio, sorbiendo su nariz, escuchando como su voz sonaba congestionada por todas las horas que lloró, tanto en la escuela como cuando llegó.

-A ti -confesó, viendo como todo su rostro estaba rojo, incluso sus ojos estaban hinchados.

-Mientes. Deja de mentir, por favor -cerró sus párpados, sorprendido por la cantidad de agua que podía tener su cuerpo aún, ya que derramó algunas lágrimas.

Minho negó con su cabeza, sujetando el peluche con fuerza. Subió los dos peldaños para ingresar a la casa y cerrar la puerta detras de si, quizo correr hacia Jisung para poder abrazarlo, pero sus pies no se movieron más allá de la entrada.

-No miento... yo... -y fue cuando todo lo practicado anteriormente se borró, dejándolo prácticamente a la deriva y con toda su boca seca-. Lo siento, ¿si? Cuando me dijiste lo mucho que te encantaba el hecho de poder ser la primera vez del otro en algo, no podía dejar escapar esa emoción. Tus ojitos brillaban de una forma inexplicable, y... sé que la cague, que hubiese sido mejor ser sincero desde el primer día y no mentirte en tu propia cara cuando me preguntaste si tú me habías dado mi primer beso. En verdad, lo siento.

-Sa-sabias que a mí... me encantaba la idea de ser tu primer beso o incluso tu primera vez, ¿cuándo tenías planeado decírmelo? Que te acostaste con Wonyoung, ¿o ibas a pasar toda la vida burlándote de lo que yo creo especial?

-Sunggie... -dejó el peluche sobre la mesa y avanzó unos cuantos pasos y tomó el rostro del rubio, acunándolo como suele hacer-. Jamás me burlé de ti, nunca lo haría, simplemente soy un idiota que está tratando de remediar el desastre que hizo y el dolor que causó -los pulgares pasaban delicadamente por las mejillas rojas para limpiar cualquier rastro de lágrimas. Hasta que los ojos oscuros chocaron con los suyos y sus piernas temblaron, recordando de esta manera las palabras que tenía que decir, además de un recuerdo totalmente borrado de su memoria-. Jisunggie, no te quedes mal por eso, porque también hay otras cosas en las que eres mi primera vez... como por ejemplo... fuiste mi primer amigo, luego fuiste mi primer mejor amigo. Tiempo después, mi primer amor imposible que se convirtió en mi primer amor, y... si todo sale bien... serás mi primer novio -aquello logró que una sonrisa se posara en los labios del rubio, seguido por los labios del pelinegro-. Hoy, antes de entrar en crisis e ir al centro comercial, estaba mirando unas fotos de tú y yo, para saber como lo arreglaría todo, ¿recuerdas la pijama en tu cumpleaños?

-¿Cuál de todas?

-Cuando cumplias catorce años. No me acuerdo muy bien qué pasó, pero los chicos no pudieron venir o no pudieron quedarse a dormir, por eso fuimos tú y yo. Tú estabas durmiendo lo más plácidamente y te me acercaste, tu boca estaba levemente abierta y yo no dudé en dejar un pequeño beso en tu labio inferior. Algo delicado, para que no te despertaras porque sino, yo no hubiese sabido explicarme y... no sé porqué se me olvidó ese detalle... yo no estoy inventando, no te estoy mintiendo.

-Lo sé, cuando mientes te pones nervioso, por eso me di cuenta.

-¿Estoy perdonado?

-¿Ese peluche es para mi?

-No respondas con otra pregunta -bufó el mayor.

-No tienes derecho a reclamarme nada.

-Sí, sí es para ti. Los peluches te encantan y los pingüinos también, así que pensé que era el adecuado... -Han rodeó con sus brazos el torso de Lee, tomándolo por sorpresa.

El mayor por fin pudo respirar, pero aquella sensación de tenerlo todo en órden, se esfumó, ya que Jisung estaba apretando fuertemente de su torso, impidiendo que pueda respirar.

-Si me vuelves a mentir te cortaré algo más apreciado que la respiración, ¿entendido?

-En-entendido... m-mi cap-capitán -bromeó, sintiendo como en cualquier momento iba explotar.

Sin embargo, Jisung ablandó el agarre, dejando que el aire pase tranquilamente, convirtiendo el abrazo de advertencia, en una respuesta a la primer pregunta que el mayor había hecho.

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━ 𝐼 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑖𝑘𝑒 ❦ 𝑆𝑡𝑟𝑎𝑦 𝐾𝑖𝑑𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora