━ 𝐼 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑖𝑘𝑒 ❦ 𝑆𝑡𝑟𝑎𝑦 𝐾𝑖𝑑𝑠

05

Minho miraba los ojos cafés de Jisung, sin poder comprender lo que acabó de presenciar. Estaba ahí, parado en frente de su mejor amigo, esperando a que diga que era una broma o algo. Han, al no haber respuesta, sintió como las lágrimas se aproximaban, pero mucho más, como su corazón se detuvo.

—Lo siento, no debí hacer eso —después de muchos intentos, de años dándole indirectas y sin recibir alguna mínima reacción, al fin supo que su mejor amigo no sentía nada por él.

Con sus labios temblando y avergonzado por el atrevimiento que seguro había arruinado su amistad, alejó el cuerpo del pelinegro casi en shock. Minho lo vió irse a paso apresurado, y cuando menos se dió cuenta, sus pies iban detrás de él. Llegó en unos segundos y lo tomó del brazo para introducirse a un salón vacío. Cerró la puerta con pestillo y enseguida tomó la cintura del menor para estampar su cuerpo con la pared más cercana.

—Somos amigos desde pequeños...

—Lo sé, solo era una broma, Honnie —trató de sonreir, sabiendo que el nombrado podía ver sus ojos llorosos.

—Calla y déjame terminar. Somos amigos desde que tenemos memoria, y no sé en qué momento me enamoré de ti. He sido celoso en algunos aspectos, más que nada por las fotos que subes, ¿no te has dado cuenta?

—Por algo las subo tonto. Eras tú quien no se daba cuenta que lo único que queria era ponerlo asi, ¡lo conseguía pero nada más que eso! —su cara se puso aún más roja, no era el enojo, era la vergüenza de tener los ojos de su hyung más esa sonrisita que lo ponía tan caliente.

—¿Hacías eso? —Han sintió como su timidez llegaba a su punto extremo, por ende, bajó su cabeza y asintió—. Mierda, Jisunggie, ¿entonces por qué...?

—Tampoco se crea tanto hyung, también lo hago porque me gusta mi cuerpo.

—A mi también me gusta.

Dió en el clavo de la confusión de Jisung para que este levantara la mirada. Pero no lo dejo procesar lo antes dicho porque estampó sus labios con los contrarios.

El menor tardó un poco en salir del shock y sintió como los belfos se movían sobre los suyos, así que no lo pensó dos veces y le siguió el ritmo. Había fantaseado tanto con este momento, de sentir su boca sobre la suya, de sentir su lengua dentro de su cavidad, o de imaginar como su hyung lamía cada rincón de su pálida piel.

Lástima que el timbre había sonado, terminando con aquel momento que se le hacía cada vez menos creible.

—Jisunggie... —llamó, limpiando la saliva que había quedado en la comisura de sus labios, los cuales estaban un poco hinchados—. ¿Quieres que nos vayamos a casa?

—P-Pero...

—La escuela puede esperar, tus besos no. Vámonos —pidió, refugiándose en el cuello del menor.

Jisung rió y acarició con sus temblorosos dedos el cabello negro del mayor.

—Solo por hoy, Honnie.

Ambos sonrieron sin darse cuenta.

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