Son las 4 de la mañana. Mi padre me ha despertado con un desayuno llamado culpabilidad.
Tenemos que coger un avión, y llegamos allí por la noche. Será irme a dormir y justo al día siguiente ir a ese nuevo instituto. Nadie tiene ganas de meterse a un insti nuevo después de que hayan empezado y además siendo nuevo en la ciudad. Va a ser maravilloso.
Se me ha pasado el viaje en coche volando hasta el aeropuerto. He tenido que despedirme de unos colegas por el móvil... así que dentro de lo que cabe he estado ocupado.El aeropuerto ha dejado de ser parte de mi vida durante cuatro años y es extraño volver a él. Pensaba que íbamos a quedarnos, llamaba hogar a mi casa... Pero ya no lo iba a ser más. Ahora quedaban como unas 8 horas de vuelo más hora y media para hacer escala.
Coloco en mis oídos los auriculares, mi paz en esta vida. Rebusco esa canción que me haga desaparecer un tiempo de aquí, del asiento cómodo de un avión a millones de metros de distancia del suelo que va hacia un nuevo lugar.- Hijo, hemos llegado - dice mi padre mientras me zarandea - aterrizamos en poco tiempo.
- Ya voy, ya voy... - las palabras salen muy lentamente de mi boca - ya estamos, OK.Me levanto como puedo medio dormido. Hemos aterrizado. Es hora de ir a la nueva casa.
- Nishimura, recuerda que mañana has de ir en bici. No llegues tarde.
- Sí papá, bici, no llegar tarde...entendido - estoy frustrado, no quiero estar aquí y se nota -.El viaje en taxi del aeropuerto a la nueva casa se me ha hecho eterno. ¿Pero qué es esto? ¿Un pueblo? ¿Dónde estamos?
El taxi empieza a frenar en medio de... ¿La nada?- Papá... - le toco el brazo por detrás del asiento- ¿Dónde estamos?
- Tome señor, gracias por llevarnos - se dirige al taxista entregándole el dinero -.
- Les ayudo a bajar las maletas, no puedo entrar más dentro de la finca, disculpe señor - el taxista sale del coche antes de que mi padre pueda decir nada -.
- Que servicial - suelta mi padre entre risas.
Todos bajamos del coche y me quedo admirando el bosque que hay alrededor. ¿Dónde narices estamos?
Mi padre me acerca mi maleta y me da una palmadita en la espalda.
- Muchas gracias por ayudarnos - dice mi padre al taxista - tenga cuidado con la carretera.
- Gracias a ustedes.
¿Ustedes? ¿Desde cuando a mi padre le tratan de usted?Cogemos las maletas y me encargo también de la bolsa de deporte colándomela en el hombro. Sigo desde atrás la espalda de mi padre e intento no perderle de vista. Está bastante oscuro así que veo poca cosa.
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S x N [sunki]
Fanfiction¿Puede llegar alguien a tu vida y ponértela patas arriba? Sí, él pudo.