Sunoo

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No he podido callarme, no he podido. Y creo que lo ha pillado, MADRE MÍA, creo que sabe que me atrae y eso me pone de los nervios...
HEMOS ESTADO TAN CERCA...pero el entrenador ha llamado... ¿Qué hubiera pasado si no me hubiera sonado el teléfono...? ¿Ni-ki me hubiera besado? Madre mía...Sunoo relájate por favor! Respira...respira...

- ¡Ya estoy! - Ni-ki baja velozmente las escaleras.
- Te queda bien.
Es lo único que me atrevo a decirle después del numerito que le he montado a fuera. Mi ropa le queda algo corta porque es más alto que yo pero de verdad que el chandal verde... LE SIENTA ESTUPENDAMENTE.
- Vamos.
Salimos por la puerta de mi casa hacia el coche. El camino lo hacemos en silencio mientras suenan varias canciones en la radio. Una vez en el parking Ni-ki me coge del brazo antes de salir por la puerta.
- Sunoo... yo...
- Calla... - que vergüenza - Hablemos luego si quieres...
Intento evadir el tema y no vuelve a repetirlo. Menos mal, de verdad que no me atrevo a mirarle a la cara... SOCORRO.
Los dos andamos hacia las canchas y el gimnasio de la escuela.
- Llegas tarde Sunoo - me suelta el entrenador nada más llegar.
- Sorry - le digo con una sonrisa tímida y entrando hacia la pista de tenis.
- Ahí los tienes, ya sabes que hacer.
- OKEY - subo la voz para que me oiga bien.
Dejo a Ni-ki con el entrenador, seguro que se entienden bien.
Mientras tanto llego a la pista y veo a los de primer curso en círculo hablando.
- Chicos! - saludo acercándome - Soy Sunoo, encantado.
Ellos me miran sin decir nada.
- El entrenador me llamó para daros la bienvenida.
- sí, queremos jugar.
- Bueno bueno, primero hay que estirar, entrenar y ya luego jugaréis en torneos.
- ¿Has ganado algo? - me pregunta de repente un chico más bajito.
- Sí, - me acerco a una estantería - estos de aquí.
- OMG, has ganado más de diez torneos! - grita otro de los chicos.
- Sí, la verdad que fue una buena temporada.
Ellos se quedan en silencio.
- Seguidme....
Los llevo a entrenar a un lado y les hago correr y ejercitarse. Creen que apuntarse al tenis es tan fácil como solo darle con la raqueta a una pelota. Sin ser duro voy a hacérselo difícil para que se lo piensen bien. Esto no es un simple juego...
Recuerdo de repente todo lo bueno que me ha dado el tenis. Estuve el primero durante más de cuatro partido seguidos. Gané premios, fama a la escuela y de verdad que fue la temporada más horrible de mi vida, solo el tenis me sacaba de ella por un tiempo. Sigo estando agradecido por el entrenador en aquel momento en el que dijo que yo podía hacer algo en la vida a parte de sólo estudiar. Luego llegó el ser presidente estudiantil... y ya no tengo mucho tiempo, por eso entreno más en casa y sólo voy a algunos partidos, por el gusanillo.

El tiempo se pasó rapidísimo.
- Entrenador - me asomo a su oficina - han terminado por hoy.
- Perfecto, oye, le estaba diciendo a este chico que si quiere apuntarse a rugby necesita músculo.
- Lo tiene, ¿no? - pregunto directamente al entrenador olvidando que ahí está Ni-ki.
- Claro, pero poco. Para eso ya tengo a Jake.
- Ooh...Jake... - digo asintiendo.
- Sí, Jake, él. Sabes que ya le tengo a él.
- Ajá.
Jake, su ojo derecho... Jake es alguien medio, no es de los más fuertes ni de los más flojos, tampoco es súper rápido ni tampoco súper impactante. Pero es Jake. Nadie se espera que de repente cambie la jugada y deje al equipo contrario sin palabras. Así es él, alucinante.
- Por eso quiero que dejes a esos niños.
- ¿Pero no me habías dicho que los entrenara? - me ha pillado descolocado.
Él asiente y teclea algo en el ordenador. De verdad que siempre que lo hace pienso que no ha escrito nada o que está respondiendo a un mensaje de whats app. Pero le queda de profesional.
- Entrena al chico.
- ¿A quién?
- ¿El chico soy yo? - de repente la voz de Ni-ki aparece mientras se auto señala.
El entrenador asiente.
- En tu casa tienes saco. Me dijiste que te lo compraste para entrenar tú.
Yo asiento sin decir nada.
- Tienes dos meses para que Ni-ki me convenza para entrar. Vosotros veréis. Y ahora largaos que tengo cosas que hacer.
A los dos nos echa como a patadas de allí.

La luz del sol al salir hace que entre cierre los ojos.
- Oye, - Ni-ki agita su mano delante de mí - ¿me has de entrenar tú?
Yo afirmo con la cabeza, por la luz aún no puedo ver su cara.
- ¿Cuando empezamos? Porque me tendría que quedar en tu casa, claro. Así no hacer que vengas en coche a por mí o no se...y ahorraríamos tiempo, son dos meses, eso pasa volando...
Ni-ki empieza a hablar de que tiene que quedarse conmigo y parecen como excusas para estar en mi casa...
- Por mi bien.
Sale de mi boca antes de realmente procesar nada... SUNOO QUE ACABAS DE HACER. ASÍ DE REPENTE LE HAS ABIERTO LA PUERTA A TÚ CASA...

La vuelta a mi casa la hacemos en silencio, bueno, sólo por mi parte, él no para de tararear todas las canciones. Parece que ya está de muy buen humor.
- Vamos a tu casa. Coges la ropa. Le dices a tu padre que no vas en un mes y nos volvemos a mi casa.
- Todo perfecto menos lo de mi padre.
De repente me pilla desprevenido.
- ¿No va a estar?
- No, y eso da igual, luego le enviaré un sms y ya está, no te preocupes.
Me quedo algo preocupado. No quiere hablar con su padre... Pero aunque me muera de curiosidad prefiero no decir nada...
- Subo y bajo enseguida.
Ni-ki desaparece por la puerta de su casa y mientras tanto yo sólo hago que cambiar la sintonía de la radio, mirar por el retrovisor, el móvil, mirar alrededor, bajarme del coche a estirar las piernas... De verdad que no entiendo porque estoy tan intranquilo...ah sí. NI-KI VA A QUEDARSE UN TIEMPO LARGO EN MI CASA! Dos meses... los cuales uno COINCIDE CON QUE ESTÁN MIS PADRES.

- Ya estoy.
Ni-ki me sobresalta.
- Eeh tranquilo, que soy yo y nadie te va robar - dice entre risas.
Yo miro al suelo avergonzado. Me subo al coche como él.
- ¿Sólo llevas esta bolsa? - pregunto mirándolo antes de ponernos en marcha.
- Sí, que más necesito... seguro que algo me puedes dejar.

S x N [sunki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora