S x N [sunki]

Niki

Yo sólo quería tener la mañana tranquila, pero mi padre no le parecía bien. Tenía que ir a clase sí o sí.
Aún no tengo uniforme así que simplemente me coloco mis vaqueros y una sudadera. Las zapatillas las tengo en la puerta de entrada, no he de manchar el suelo según mi padre.
Me parece alucinante el casoplón en que me ha metido. La finca está en medio de la nada y solo habrá como unas cinco o seis casas. Todo está vallado. Es como muy de ricos. En cuanto a esta casa es enorme, tremendamente enorme. Tiene la cocina y salón en la misma zona y sin ninguna pared por el medio. Tenemos otro segundo salón para ver películas con una pantalla gigante. Tendremos como más de siete habitaciones y cuatro cuartos de baño... Que somos dos. Todo esto para dos personas. Tenemos también sótano, jardín y piscina. Una biblioteca y dos despachos. Sin palabras...

- Hijo, levántate ya o no llegas, la bici está en el garaje.
- YA VOOOOY - grito a mi padre - YA BAJO.
Bajo las escaleras con los calcetines. Y cuando me acerco a la cocina ESTÁ PREPARANDO GOFRES.
- ¿Papá, gofres? - mi padre hacia tostadas y da gracias.
- Toma hijo, para animarte con el primer día, - culpabilidad - pásalo bien.
Extiendo la mano y me da el gofre. Pego un mordisco y está realmente delicioso. Digo adiós con la mano y coloco en mi espalda la mochila. En la escalera me coloco las zapatillas y bajo hasta el garaje. Ahí está la bici.

El camino de mi casa nueva hasta el instituto es como de una hora. Hace mil que no cojo una bici y de verdad que creo que ya llevo hora y media y aún no he llegado, según lo que me pone el google maps.
El instituto es entre nuevo y viejo. Es una mezcla rara. En la entrada hay enredaderas en la pared pero por los lados aparece una estructura blanca y muy nueva.

- ¿Nishimura Riki? - una voz suave llama mi nombre - Por aquí joven, el director le está esperando.
Bajo de la bici y le pongo el candado al lado de otras. Me pongo a andar detrás de la señora en tacones y aún así bastante bajita hasta llegar a una puerta de madera marrón oscura. Ella la hace sonar dos veces y una voz grave detrás de ella permite que pasemos. Minutos después de estar ahí sentado y recibir una charla del director sobre las reglas del instituto aparece alguien detrás de mi llamado... ¿Sunoo?

Parece un chico atlético pero no mucho, rubio y con una mirada algo cansada. El uniforme de la escuela es algo extraño, supongo que como todos, nunca he llevado uno. Parece alguien cansado pero realmente es extraño, ¿Lo he visto en alguna parte?
Es un chico callado, no ha dicho ninguna palabra. Nos dirigimos fuera de instituto para que me enseñe de fuera a dentro. Empieza a soltar el discurso que parece que se lo sepa de memoria.

- Tenemos clubs deportivos de atletismo, natación, tenis, rugby, fútbol,...
- ¿Rugby? - mi deporte, lo hacen aquí - ¿Con quién tengo que hablar?
- Con el entrenador.
Me paro en seco y dejo que el siga caminando. Los recuerdos me atrapan y salgo disparado hacia allí. Los pies me van a mil por hora y solo hago que mantener en mi cabeza la cancha de rugby. A lo lejos oigo la voz del chico.
- ¡OYE! ¿PERO DÓNDE TE CREES QUE VAS?
Empiezo a oír su respiración entre cortada más cerca. Me giro hacia él y lo veo apoyado en sus rodillas intentando respirar.
- Pero chico, ¿estás bien? - digo dándole algunas palmaditas en la espalda.
El me asiente como puede y la verdad que parecía más atlético de lo que realmente es, y eso me hace gracia.
- Siéntate anda, te va a dar algo - le acompaño hasta unos asientos.
Coge un ventolín y respira muy fuerte. Por favor que no le de un chungo a este chico por mi culpa...
El pobre chico me pregunta que porque he salido corriendo y a mi solo me entran ganas de desaparecer.
- Yo soy así, dicho y hecho - es lo único que se me ocurre.
- Y yo que tengo que darle cuarenta vueltas a las cosas...
Me sale hacer otra mueca. Y le extiendo la mano.
- Soy Niki.
- Yo Sunoo - le cuesta extenderme la mano pero al final lo hace.

La mañana se pasa volando, por las asignaturas que me han dejado entrar como escucha. Parece una escuela un poco exigente por el tema del uniforme, la forma en la que te diriges al profesorado, etc. Y como he comentado antes la escuela es vieja-nueva. Hay ladrillo y madera por todas partes pero hay zonas blancas con tablets y electrónica muy nueva.

*Suena el timbre*
- Vamos, tenemos que ir a mirarte el uniforme.
Sunoo me llama desde dos mesas más lejos de la mía. Me levanto recogiendo las cosas rápido y me acerco a él.
Salimos de clase hacia un aula que nunca había visto.
- La ropa está en el sótano, suele ser nueva pero a veces si no te va la talla alumnos antiguos prestan su uniforme. - el chico abre la puerta y hay solo como diez escalones hacia abajo - ¿Qué talla usas?
Me quedo quieto en la parte superior de la escalera. ¿Qué talla uso? Y YO QUE SE QUE TALLA USO.
- Eh... la talla, eh... - me quedo pensando por unos segundos.
- No tienes ni idea, anda vamos - Sunoo coge la manga de mi sudadera y hace que empiece a bajar las escaleras - ahora enciendo la luz que está bajo, quien pusiera el interruptor se nota que no tenía que bajar por aquí.

Llegamos bajo y enciende la luz. Solo hay percheros con los uniformes. No parecen estar ordenados por tallas y otros ni estar enteros de camiseta y pantalón.
- Has de llevarte dos, de verano e invierno - Sunoo empieza a rebuscar - a ver ven.
Vuelve a estirar de la sudadera y me acerca a el. Me da la vuelta y empieza a medir la camisa por mis hombros. ¿Esto me vendrá bien?
- Muy justo - coge otra camisa - esta muy ancha, muy larga, muy corta...
Estamos ahí como media hora. Pero lo consigue, mezcla diferentes uniformes.
- Ahora pruébatelos. Asegurémonos que son esos.
Miro alrededor y no veo ningún tipo de probador.
- Me giraré, te prometo que no miraré, no te preocupes.
El chico se gira y no me da tiempo a decir nada. Yo empiezo a quitarme la ropa y me cambio al uniforme.
- Maldito botón... - el mini botón de la camisa se me escurre por los dedos... - porqué es tan malditamente peque-
- ¿Pequeño? - Sunoo se gira sin preguntar y se acerca a mi camisa.
Menos mal que me he vestido entero.
- Dame, - coge la camisa y tira de mi otra vez - son difíciles de poner, avísame siempre que necesites ayuda, a mi también me costaron.
Noto que las orejas se me ponen rojas y empiezo a tener mucho calor. Está muy cerca, puedo ver un lunar pequeño en su mejilla derecha.
- Listo - Sunoo deja caer la camisa de sus manos y da un paso atrás.
Antes de que baje sus manos cojo su muñeca y lo acerco a hacia mi.
- Eh... Ni- Niki...
Por un segundo el aire es denso y cuando oigo su respiración fuerte hace que vuelva a la realidad.
- Eh, perdón esto...yo... gracias - digo un poco avergonzado mientras suelto su muñeca-.

Sunoo sin decir palabra recoge el uniforme de invierno y me da una bolsa para que guarde mi ropa. Me enseña los zapatos y pruebo varios de ellos hasta que uno entra sin problemas. Sigo su espalda escaleras arriba y volvemos al pasillo de la escuela.

- Ven, te he de enseñar dónde está la sala de profesores.