T r i e n t a y u n o

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Aquel día cuando algunas chicas me mostraron una foto de esa hermosa modelo, me sentí triste al pensar, o mejor dicho envidiar su belleza, su ropa y su cuerpo.

Yo no me parecía a ella en nada, y dentro de mí quise ser como ella. Quise imitarla, y hacer lo que ella hacía. Verme cool, es lo que todos hacen ¿no?

Fue ahí cuando me miré frente al espejo y no estuve de acuerdo con mi cara, ni con mi cuerpo.

Obligué a mi mente a dejar de pensar, y oí su voz. Estaba cuestionando la perfecta obra de mi amigo.

¿Qué era lo que estaba haciendo?

Daño. Eso es.

Amigo me hizo con sus propias manos y puso mucho empeño en mi. Amigo nos hizo a todas. Y cada una de nosotras, aunque diferentes —por ello auténticas—, somos especiales y muy amadas.

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