Real. V2

Lo tuyo no es amor, es turismo emocional.

Nada tenía sentido. ¿Qué es lo que pretendía que hiciera? Claro que no me iba a volver a ir de su cama sin avisar, porque no me iba a volver a acostar con él, por muy bueno que fuera el sexo.

Destiny: Justin, lo de anoche fue un error y no volverá a pasar, pero supongo que no te importará mucho, a fin de cuentas no has venido a darme explicaciones, has venido a acabar tu trabajo, no habías conseguido acostarte conmigo y viniste a por tu polvo. Enhorabuena, ya lo tienes.

Justin: Yo no te he echado un polvo, aunque en realidad fueron 6 veces. Yo te he hecho el amor.

Destiny: Sólo se hace el amor cuando amas a alguien. Yo te he hecho el amor, tú a mi no.

Justin: ¿Me amas?

Destiny: Como el primer día, aunque sólo seas un idiota y un capullo.

Justin: Esta noche vuelvo a Los Ángeles. Quiero que vengas.

Destiny: Ni quiero ni puedo.

Justin: Que venga Thomas también, lo echo de menos.

Destiny: No creo que lo eches de menos, a fin de cuentas lo has estado viendo. Soy su hermana, ¿qué esperabas, que no me lo dijese? Además no es que seas muy discreto. ¿Un piano morado?

Justin: Tenía la esperanza de que pudieramos enseñarle a tocarlo los dos juntos.

Destiny: Preocupate por tu hijo.

Justin: No es mi hijo, no me he acostado con ella.

Destiny: Da igual. No entiendo nada. Un día me dices que nunca me amaste, que solo fui publicidad, cambias mi vida, la llenas de paparazzis y me destrozas. A los seis meses vuelves buscando sexo y me dices estas cosas. Lo tuyo no es amor, es turismo emocional. ¿Por qué juegas conmigo? ¿Qué quieres de mí?

Justin: Lo entiendo.

Destiny: Ya he tenido más que suficiente.

Apagué el teléfono, no quería ni llamadas ni mensajes. Estaba harta. Me merecía más que esto. Drew había sido algo bueno en mi vida y siempre le estaría agradecida, pero Justin Bieber no era Drew.

Me tumbé al lado de la piscina y vigilé a Thomas mientras nadaba, no paraba de hacer piruetas, y pedirme que lo mirara, cuidar de él era lo mejor para despejar mi mente. Eran las seis de la tarde, así que entré a casa para coger algo de beber y de comer. Estaba echando la coca-cola en un vaso cuando escuché un grito. Salí corriendo y me encontré a Thomas en el suelo llorando y sangrando por la pierna.

-¿Qué ha pasado?- grité asustada.

-Me resbalé cuando iba a saltar.- dijo sin dejar de llorar.

Revisé su herida, no era muy grande, pero tenía que llevarlo al hospital a que lo cosieran. Yo estaba sin coche y Susan había tenido que salir de la ciudad por motivos personales.

Alfredo.
Llamar.

-Fredo, soy Destiny, necesito qué me lleves al hospital.

- Ya no estoy en Canadá, te dije que me iba esta mañana, te lo dije. ¿Qué pasó?

-Thomas se cayó, luego te llamo.- dije y colgué.

Busqué su nombre en la agenda y llamé.

-Justin, necesito tu ayuda. Thomas se ha caído y tengo que llevarlo al hospital, pero no tengo coche.

-Voy de camino.- asentí como si me pudiera ver y un pequeño sollozo se me escapó.

En apenas 10 minutos Justin apareció en la puerta con su precioso deportivo negro brillante. ¿Cómo podía ser tan brillante?

-¿A que velocidad has conducido?- pregunté al sentarme en el asiento trasero, al lado de mi hermano.

-A "Thomas se ha caído y tengo que llevarlo al hospital" km por hora.- dijo mirándome a los ojos por el espejo retrovisor.

Sentí como mi corazón se encogía, no sé si por la herida de Thomas o por el hecho de que Justin hubiera venido tan rápido.

Entramos en el hospital y en seguida un celador vino corriendo con una silla de ruedas donde sentó a Thomas. Lo llevaron a una de las consultas para revisarlo, pero no me dejaron pasar, querían hablar con él a solas. Justin no se separó de mí ni un segundo.

-Gracias.

-Thomas no tiene la culpa de lo que haya pasado entre nosotros.- dijo sin apartar la vista del suelo.

-A él si lo quieres.- murmuré. No sabía si lo había escuchado o no, si lo hizo no dijo nada.- Puedes irte, pediré un taxi para volver a casa. Tienes un vuelo que coger.

-No, me quiero quedar. He retrasado el vuelo. Me voy mañana a la noche.- esta vez su mirada estaba clavada en mí.

-Ya te he dicho que no tienes que hacerlo. No tienes porque sentirte culpable. No quiero darte pena.-susurré. Él agarró mi mandíbula con su mano y la giró para que lo mirase.

-Lo primero, mírame cuando me hables. Lo segundo, ¿crees qué de lo de anoche fue por pena? ¿no me crees cuando te digo que te he hecho el amor?- dijo furioso. Apretó sus puños que estaban apoyados en sus rodillas.- Quiero quedarme. Asegurarme de que está bien y volver a mi vida.- su voz sonaba mucho más relajada, como si estuviera preguntando la hora.

Thomas aún no había salido de la consulta y ya llevaba media hora dentro, me empezaba a impacientar. Justin miraba su móvil y negaba con la cabeza. Todo esto me estaba superando, tenía ganas de llorar. Sentí como unos brazos me rodeaban. Apoyé mi cabeza contra el hombro de Justin y no dije nada. No quería estropear el momento, sólo con aspirar su aroma me sentía reconfortada, era como estar en casa. Justin era mi hogar.

- Señorita Evans.- la voz de un hombre alto y castaño, vestido con una bata blanca, me obligó a apartarme de Justin. Me puse de pie y Justin hizo lo mismo, colocándose a mi lado.- Su hermano está bien. Hemos tenido que coser porque tenía una herida bastante abierta, pero se pondrá bien. Hemos descartado el maltrato, así que pueden irse a casa.- estreché su mano y entré en la consulta.

Me agaché para cogerlo en brazos pero él se apartó.

-¡Justin! quiero que me lleves tú.- gritó.

Justin llevaba a Thomas cargado en la espalda. Una enorme sonrisa estaba dibujada en su cara. Ya era de noche. El frío del exterior provocó que me estremeciese.

Esta vez me senté en el asiento del copiloto. Thomas no tardó en quedarse dormido y Justin puso la música muy bajita. Era él quien cantaba por los altavoces. Egocentrísmo en estado puro. Presté atención, era una canción nueva.

No hay nada cómo nosotros,
No hay nada cómo tú y yo a través de la tormenta.

La letra me hizo pensar en Selena. Cuando estuvieron juntos tuvieron que pasar por tanto.

-¿Selena Gomez?- Esa pregunta se escapó de mis labios, como un suspiro.

-Destiny Evans.

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