-¿Se da cuenta usted de la velocidad a la que iba?- preguntó el policía mirando por encima del cristal de sus gafas.- Vaya vaya... Destiny Evans. Parece que el señor Bieber le ha contagiado la pasión por infringir la ley.- perfecto, un hater. Le tendí mis documentos y esperé a que acabara de revisarlos.- Está bien, baje del coche, la llevaré a comisaría, estará allí hasta que alguien la venga a buscar y tendrá que pagar una buena multa. Una última cosa, ¿podría firmar un autógrafo para mi hija? Ella adoraba Jestiny, llora todos los días por vuestra separación.-Si, lo haré encantada, pero yo no soy famosa, nunca quise serlo.- contesté bajándome del coche.
Una vez dentro del vehículo patrulla observé como mi precioso descapotable desparecía conducido por otro agente más joven. Suspiré y apoye mi cabeza contra la ventanilla, quería morir. En este momento no quería estar encerrada en una asquerosa celda, necesitaba sentir el viento azotar mi cara, necesitaba esa purificación divina que me permitía llorar. Había sido fuerte durante demasiado tiempo y ya estaba cansada de luchar contra mi misma.
-Si le soy sincero... No sé como no se ha estrellado usted en esa curva, era muy pronunciada... Y a la velocidad que iba... Dios mío señorita, ha hecho explotar el radar.- dijo mirándome por el espejo retrovisor. - Trataré de que los medios no se enteren. Supongo que también está siendo complicado para usted, lidiar con tanta prensa quiero decir.
- Gracias.- contesté sin apartar la vista de la ventanilla. No me apetecía mantener una conversación, y menos con un hombre al qué apenas conocía.
El resto del camino fuimos en silencio. Unicamente rezaba para que ningún periodista se hubiera enterado, pero como soy una desgraciada Dios no escuchó mis plegarias y cuando llegamos a la comisararia aproximadamente 12 fotografos me esperaban. Recordé mi primer encuentro con la prensa, no había sido del todo desagradable, tenía a los guardaespaldas de Justin para protegerme. Sonreí como una estúpida en cuanto por mi mente se pasó su imagen. No podía ser que hace menos de media hora estuviese tan furiosa con él y ahora sonriera al recordarlo. Tienes un serio problema Destiny.
Las horas que pasé en el calabozo de la comisaría habían transcurrido extremadamente lentas. Habían sido una interminable agonía. Mi celda estaba situada al lado de un hombre borracho que trató de orinarme encima y conseguir mi número. Estaba sentada en el banco de la esquina de la diminuta estancia, tamborileando con mis uñas alguna canción cuando el agente dijo mi nombre.
-Destiny Evans.- me levanté de un salto.- Tiene una llamada.- me sentí decepcionada y confusa, ¿como podía tener una llamada si no era una reclusa?
Me moví lentamente por la celda encaminandome hacia la salida, quería irme de una vez. Conducir a 231 km por hora no es motivo para encerrar a nadie durante horas ¿no? En realidad es más que suficiente.
Descolgué el teléfono de mala gana y tras tomar una profunda respiración contesté.
-Destiny, soy Jack.-¿¡Jack!? ¿Por qué demonios me estaba llamdo?- Me ha dicho un pajarito que estás rn la cárcel. Estoy en London, si quieres te recojo, además necesito que hablemos.
Analicé la situación. Me encontraba en una sucia y mugrienta cárcel porque, practicamente me había intentado suicidar conduciendo a 231 km por hora en una zona limitada a 90. Mi padre tardaría dos horas más en venirme a buscar porque estaba en una reunión y Alfredo no me contestaba las llamadas.
-Está bien Jack, pero no creo que lo que has hecho tenga justificación.- dije y colgué.
Me dirigí de nuevo a mi celda maldiciéndome a mí misma por ser tan estúpida. Me senté de nuevo en el banco y esperé pacientemente. Jack no tardó en aparecer. Su pelo rubio caía en forma de rizos por su frente y una sonrisa se dibujaba en su cara. Había olvidado lo guapo que era.
-¿A dónde te llevo?- preguntó abrochando su cinturón de seguridad y ponieléndo el coche en marcha. Le dije la dirección sin apenas establecer contacto visual con él.- Lo hice por un motivo.- lo miré esperando una buena explicación.- Megan... Tenía que operarse y no disponíamos de los medios necesarios. Un problema del corazón.
Megan era la hermana melliza de Jack, ella nos había presentado. Nos hicimos amigas cuando en mi primer día de trabajo en la cafetería derramé todos los cafés que llevaba en la bandeja sobre ella. Jamás olvidaría ese día.
-¿Está bien?- pregunté sintiendo una presión en mi pecho.
-No, Destiny, ella ha muerto.- sus palabras cayeron sobre mí como un un cubo de agua helada. Cubrí mi boca con mis manos y traté de reprimir un sollozo sin éxito.- Destiny, lo siento. Deja de llorar, sé que debí decirtelo pero no tenía la fuerza necesria para llamarte, ni para salir de cama.- estaba en shock, de mi boca no salía ni una sóla pabra.- Quiero que me des otra oportunidad Destiny.- me giré para mirarlo a la cara. No me había dado cuenta de que había parado el coche y estabamos aparcados frente a mi casa.
-Pero ¿por qué mentiste?- mi voz sonaba frágil y baja.- Todo el mundo cree que soy un monstruo.
-Rectificaré, pero por favor, dame otra oportunidad.
- ¿Y Emma?- pregunté.
-Emma ya no está en mi vida. Ella nunca significó nada para mí, la quería, pero tú eres el amor de mi vida.- limpié las lágrimas que caían de mis ojos y lo observé. Su mirada estaba clavada en el asiento.
-Lo pensaré.- le prometí.
Bajamos del coche y nos dirigimos al portón. Me dio un abrazo despidiéndose de mí y la luz de un flash me cegó. Nos separamos apresuradamente.
Al entrar en casa comprobé que no había nadie, ni siquiera el servicio, así que me dejé caer en el suelo y rompí a llorar. Megan había muerto. Jack había tenido una buena razón para dar esa entrevista y lo más importante, él quería volver conmigo.
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James (papá): Ya hablaremos cuando llegue a casa. Por cierto, me ha surgido un imprevisto y tuve que volar a Chicago. Hasta el viernes que viene no volveré. Stella se hará cargo de todo. No quiero ver tu cara en la prensa. Te quiero.
Destiny: Vale papá. Yo también te quiero. Trataré de portarme bien.
Suspiré. Cuando volviera me iba a matar.
Alfredo: Siento no haberte contestado, estaba en una sesión. Así que ahora conduces a la velocidad de la luz ¿no?
Alfredo: ¿Nuestra cena sigue en pie? Paso a por ti a las 10.
Miré el reloj, sólo me quedaban dos horas, me daría tiempo.
Destiny: Claro que si, ahora mismo me voy a arreglar :)
Selena: ¿231 km/h? Cuándo vaya a Canadá te mararé, si no lo haces tú antes.
Destiny: Jajajaja La culpa es de James por comprarme semejante coche.
N/A: HOLA HOLITA! NUEVO CAPÍTULO JIJIJIJIJI
NECESITO VOTOS Y COMENTARIOS, QUIERO SABER QUE ESTÁN AHÍ!!!!!
A PARTIR DE AHORA NO SUBIRÉ HASTA QUE LLEGUE A LOS 10 VOTOS, LO SIENTO, PERO ESCRIBIR PARA LAS PAREDES... ES UN POCO FRUSTRANTE
Y BUEEEEEEEENOOOOO COMO SIEMPRE: COMENTENME QUE OPINAN SOBRE TODO!!!
VOTEN, COMENTEN Y RECOMIENDEN :)
#209
LOS AMOOO
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Real. V2
RandomY todo acabó como empezó, en un suspiro. Había roto mi corazón tras haberlo arreglado, como si de una hoja de papel se tratase. Un amor VIRTUAL acabó en forma de un dolor REAL.