Justin Drew Bieber Mallette

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Justin’s POV:

Una hora. El maldito avión se había retrasado una hora. Estaba de los nervios, no paraba de dar vueltas, tratando de calmar así mi ansiedad, pero no funcionaba. No sé qué me alteraba más, el no saber si Destiny estaba embarazada o verla. Llevaba una gorra, unas gafas de sol y una sudadera muy ancha para pasar desapercibido. Me había dado cuenta de que Selena tenía razón, llevar una almohada en la cabeza lo único que hacía era llamar más la atención.

-Joder. O llega de una vez o me va a dar un ataque al corazón.- murmuré.

-Deberías relajarte.- me dijo Kenny.- La gente empieza a mirarte.

-No, te miran a ti. Deberías haberte disfrazado como te dije.

-Justin, no me iba a poner esas gafas falsas, con esa nariz falsa. Sería extraño, la nariz era blanca.- dijo señalando su rostro. ¿Trataba de decirme algo? Yo me había puesto esas narices miles de veces.

-Pero la gente te conoce… Y yo también soy negro.- protesté.

-No lo eres.- me golpeó suavemente en la cabeza. Perfecto, contrataba un guardaespaldas para evitar que me agredieran y lo hacía él.- Mira, ahí está. Ya puedes respirar.- me señaló a una chica bajita y rubia.

-Esa no es melón.- le grité al darme cuenta de que se había equivocado.

-No me grites, para mí todos los blancos sois iguales.- se quejó.

-¡Que yo soy negro!

-¿Se puede saber que hacéis chillando aquí? Todo el mundo os está mirando.- era Destiny.

-¡Destiny!- chillé y la abracé.

-Justin, no puedo respirar.- se quejó.

Le di la mano y nos dirigimos a la salida del aeropuerto. Parecía confusa, lo entendía. Un día le decía que la amaba, al otro que me iba, después me acostaba con ella… No entendía como no me odiaba. Tratando de no lastimarla, lo había hecho aún más.

Nos montamos en la parte trasera del coche.

-¿Qué tal el viaje?- pregunté rompiendo el incómodo silencio que se había formado. Generalmente era imposible que Destiny y yo estuviéramos callados.

-Bien.- contestó secamente.

-Destiny, me fui por ti. Te mereces ser feliz.- dije sin apartar la vista del asiento.

-Tú me hacías feliz.- noté indiferencia en su voz y eso me rompió el corazón. Lo dijo en pasado, la hacía feliz. Ahora sólo le causaba dolor, debía dejarla tranquila, pero no podía. Era como si hubieran arrancado una parte de mí, como si cada vez que me iba, algo se quedaba con ella.

-No puedo vivir sin ti. Todo este tiempo ha sido horrible, te he extrañado.- traté de agarrar su mano, pero ella la alejó.- Por favor, Des.

-No, Justin. Te amo, pero no. No puedes jugar así con las personas. Un día estás con Selena y al siguiente conmigo. No voy a entrar en tu juego, no caeré a tus pies. Si estoy embarazada conocerás al niño si quieres, pero no vamos a estar juntos. Permitiré que lo veas y estés con él. Pero no seremos una familia.

Giré mi cabeza y la encontré mirándome fríamente, esto no parecía afectarle.

-Yo no estuve con Selena.- susurré.

Golpeé la puerta con los nudillos una vez más.

-¿Acabaste?- pregunté impaciente.

-Justin, me estoy subiendo los pantalones. Llevo aquí treinta segundos y ya has llamado tres veces.

Escuché el grifo abrirse y a los pocos segundos salió. Estaba pálida.

Real. V2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora