Justin, entra

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Me quedé helada al escuchar mi nombre completo en sus labios. Sabía que había palidecido.

-Lo siento.- dijo apagando la radio.

-¿Qué es lo que sientes exactamente?- pregunté mientras me giraba para observarlo.

-Yo... nada.- tartamudeó.

No volví a hablar, simplemente miraba por la ventanilla esforzandome para no llorar. Cualquier otro día hubiera pensado en lo hermosas que eran las calles de London a estas horas, alumbradas unicamente por la luz de las farolas, pero hoy mi cabeza no estaba para esto, lo único en lo que podía pensar era en Justin y en su odiosa actitud. Aparcó el coche frente a mi casa. Lo observé una última vez. Sus manos agarraban el volante fuertemente y su mandíbula estaba cerrada.

-Justin, entra.- no sé de donde había sacado la fuerza para pronunciar esas palabras. Me miró y pude ver como sus ojos estaban cargados de pena.

-No sé... Está bien.- contestó tras varios segundos de silencio incómodo.

Justin había acostado a Thomas mientros yo preparaba algo para cenar. Decidí calentar unas pizzas, al meterlas en el horno recordé la noche en la que Justin fue a buscar ingredientes para hacer una y los paparazzis le sacaron fotos con Selena. No pude evitarlo más y rompí a llorar, cubrí mi boca con mis manos. Sentía cómo las frías lágrimas resbalaban por mis mejillas hasta llegar a mis manos. Apoyé mis manos en la encimera. Dolía tanto saber que estaba en el piso de arriba acostando a mi hermano, como si nada hubiera pasado. 

Sentí unos brazos fuertes rodear mi cintura. Apoyé mi cabeza contra el pecho de Justin y aspiré su aroma. Me estaba desmoronando, me sentía débil y estúpida. ¿Cómo podía llevar seis meses deprimida por una relación de tres semanas? Es el efecto Bieber. Recordé las palabras de Selena.

-Ya está nena, estoy aquí. Todo saldrá bien, te lo prometo.- dijo tirando de mí hacia el sofá. Nos tumbamos en él y seguimos abrazados.- Por favor Destiny, no llores. Nunca quise lastimarte, por favor nena, perdóname.- elevé mi vista y lo que encontré me sorprendió. Justin estaba llorando.

-Justin, yo te amo.- dije sin parar de llorar.- Mi mente dice que tú nunca me quisiste, pero mi corazón... recuerda otras cosas. Incluso anoche sentí que me amabas.- entonces lo comprendí.- Confía en tu corazón.- Repetí las palabras qué él mísmo me había dicho hacía seis meses, y al hacerlo un gran nausea invadió mi cuerpo. Nervios. Seguramente me estaba haciendo falsas ilusiones y nada de ésto estaba relacionado, él sólo estaba aquí por lástima.

-Destiny, te amo más de lo que he amado a nadie. Por eso me fui, y por eso mañana me iré.- sus palabras me golpearon. Se iba a volver a ir, pero me amaba. Empezaba a desesperarme.

-No entiendo nada, ¿si me amas por qué te vas? Justin quédate, por favor, quédate conmigo.- supliqué. Estaba empezando a rozar el patetísmo.

-No puedo cariño, tengo qué irme. Te extrañaré, pensaré en ti cada segundo.- susurró.

-Pero podemos intentarlo, una relación a distancia.- no había dejado de llorar en ningún momento.

-Yo... simplemente no puedo estar contigo. No puedo explicarte por qué, no puedo hacer nada con mi vida, joder.- gritó.

-Hazme el amor.- su boca se abrió por la sorpresa.- Quiero una última noche contigo.- ví como sus ojos su oscurecían y lamía sus labios.

-Apaga el horno.

Entramos en la habitación besándonos y quitándonos la ropa. En este momento me daba igual el hecho de que mañana me sentiría como una mierda, sólo quería tenerlo dentro de mí una vez más, perderme en sus ojos, en sus besos. Escucharlo gemir mi nombre una vez más. Quería sentir que era mío, aunque sólo fuese durante esta noche.

Real. V2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora