Los personajes de esta historia no me pertenecen, sino a su creador original Ichiei Ishibumi, no busco el lucro con esta historia, más bien entretener a quien le dedique un poco de su tiempo.
Nota: Perdón por atrasarme en actualizar la historia, pero este capítulo, puede considerarse como un dos en uno. Espero que me perdonen con esto xD.
Han pasado varios días, desde que la pelea contra Kokabiel terminó. En ese tiempo, habían sucedido muchas cosas.
Lo primero que hice después de haber hecho planes con Kiyome, fue volver con mi familiar Luxon y explicarles a los miembros de mi familia, que todo había pasado, contándoles también, que había revelado que era el actual anfitrión de Ddraig.
Lo segundo que hice, fue vigilar y esperar pacientemente, a que Irina despertara de su estado de inconciencia. La cual se despertó, ya en la mañana del siguiente día.
Le conté todo lo que había pasado mientras ella estaba inconsciente, sobre lo que paso con las Excaliburs robadas, además de contarle como había derrotado a Kokabiel y que yo era el actual Dragón Emperador Rojo, lo cual la dejo estupefacta y realizo una avalancha de preguntas, una tras otra.
Lo único que exceptúe de contarle, fue el hecho de que Dios ha muerto. Sabía que se podía meter en problemas si se enteraba de la verdad. También en ese momento, me acorde de decirle a Xenovia que no informara sobre la muerte de Dios a los peses gordos de las iglesias. Me sentí mal por haberme olvidado de eso, esperaba sinceramente que no lo haya revelado nada todavía.
Viendo que Irina ya estaba bien, la saque de mi familiar y la lleve a la habitación de mi casa, donde se estaba hospedando con Xenovia, para que continuara su descanso y recuperación ahí.
Hasta ahí iba todo bien, pero apenas bajé las escaleras del segundo piso, me encontré una vista deprimente. En la sala de estar, estaba mi madre, abrazando a una desconsolada Xenovia, quien se aferraba a ella y lloraba sin restricciones. Mientras era visto por mi padre y hermana, quienes no sabían que hacer bajo esta situación.
Solo ver esto, me hacía ser capaz de tener una idea de lo que paso. En este momento, agradecía haber insonorizado todas las habitaciones de la casa, porque el llanto de Xenovia, sería lo suficientemente fuerte, como para captar el interés de Irina y hacerla ver que es lo que estaba pasando.
De todas formas, necesitaba confirmar mis suposiciones. Pregunte que es lo que estaba pasando, y Xenovia hablo con lujo y detalle, confirmando mis conjeturas. Ahora ella era un hereje para las iglesias.
Me lo veía venir. Si alguien se entera de la muerte de Dios, y estos propagan esta verdad, hará que la fe y los creyentes disminuya. No, hará que la religión de esa fe se extinga. Es por eso que nombran herejes, a todos los que se enteran de esa verdad y no son aptos según sus criterios de saber el secreto. De este modo, aunque la persona grite a los cuatro vientos que Dios está muerto, nadie le creerá, ni por más verdaderas que sean sus palabras, porque al ser un hereje, estos mienten y pierden credibilidad.
Sabiendo todo esto, le dije a Xenovia que se podía quedar en mi casa el tiempo que sea necesario, para que ella encuentre algo que quiera hacer y ser autosuficiente consigo misma. Sé que esto no era mi culpa, pero no podía evitar sentirme culpable, de no haber estado en mis cabales y haber advertido a Xenovia de las consecuencias de saber que Dios estaba muerto. Además, mis padres se mostraron de acuerdo con mi decisión y la apoyaron.
Ella acepto agradecida, prometiendo devolver el favor algún día. Pero no es como que esperara algo a cambio, solo esperaba que pudiera levantarse de nuevo.
Soy pésimo intentando levantar los ánimos u ofrecer consuelo, es por eso que les deje esa tarea a mi madre y a mi hermana, son más sensibles y tienen mucho más tacto que yo.
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High School DxD Alternative
काल्पनिकUna historia con un comienzo diferente, un issei no tan bufón, menos pervertido y no tan dedil al comienzo pero tampoco roto, donde se gana su poder limpiamente, sin sacárselo del culo. Denle una oportunidad.