O2| Año nuevo

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Habían llegado a casa de Hoseok, después de una larga bienvenida llena de lágrimas y abrazos.
Jungkook no pudo aguantarlo, diez años después, creo que fue algo muy duro para el dejar a su familia, pero sin dudas no se arrepiente, pues pudo concluir su carrera contable y ser un profesional.

—Si pusimos aderezar el pavo antes de irnos. —hablo Jungkook a su tía Sunhee.

—Pusimos, suena manada, yo lo puse porque cierto dormilón se quedó pegado en la cama hasta las diez de la mañana —rodo los ojos con diversión, Hoseok cuando no delatando.

—Bueno si. —puchereo, tomo un vaso del repostero al igual que la botella de yogur, y se sirvió—

—Oh cierto, en la noche harán la celebración de año nuevo en el pasaje, estamos invitados, todos. Así que pensé que podríamos ir, hasta las doce, saludamos a todos los vecinos que estén y pasamos luego de que los juegos artificiales acaben.

—Si, buen plan, avisemos a los demás.

Sunhee, Hoseok y Jungkook salieron de la cocina hasta la sala donde se encontraba el resto de la familia, le contaron sobre la celebración y estos aceptaron sin quejas.

Eran las once de la mañana, Jungkook salió a comprar cosas para el almuerzo junto a Jimin y SeokJin en la bodega que estaba en la esquina de pasaje.
No tardaron más de dos minutos en llegar y formaron fila, claro que el único que se puso en la fila fue Jungkook y a cada lado estaban sus primos.

La fila no era larga, cerca de cinco personas, pero de estaba demorando mucho y sus piernas ya dolían. Miro a los lados del local buscando a sus primos, encontrandolos hablando con un chico, no sabía quién era pero no parecía peligroso como para alejar a sus primos, así que no se preocupó pero si que quería llamar a uno para que tomen su lugar mientras el descansaba.

Solo tenía que aguantar.

Unos minutos después, cinco para ser exactos y ya estaba pagando en la  el montón de cosas que había pedido.

—Serian veintiuno cincuenta.

—Aqui tiene —pago por lo comprado.

Al salir de la fila, llamo a su primos quienes se despidieron del chico y se le acercaron para volver a la casa.
Dejo las compras en la mesa de la cocina y subió a su habitación temporal.

No sabía qué hacer, normalmente ahorita estuviera sentado frente a la computadora mientras tecleaba.

Esa era su vida, pero ahora era diferente.

—¿Quieres salir a pasear un rato?

Miro de inmediato, Mark, el esposo Omega de su primo Jackson, le respondió con un "si" de inmediato, y se puso sus zapatillas para luego salir junto a Mark y los niños quienes estaban igual o peor de aburridos.

La mañana paso rápido, al igual que la tarde, comieron y cada uno se fue hacer lo que quería a excepción de Sunhee, Hoseok, Jackson, Nayeon y el quienes se encargaron de decorar la casa (para ser específicos la sala) para la noche.

Al dar las ocho de la noche, Jungkook subió a su cuarto y buscar algún atuendo bonito para las doce.

Saco la ropa de su mochila, revolvió todo hasta encontrar un jeans negro, un polo-camisa celeste bebé con un bordado de estrella en el lado derecho del pecho y sus zapatillas blancas.
Peino su cabello y se hecho un poco de colonia.

Las horas pasaron rápido, y al ser las once y media la familia se reunió en la sala. Salieron de la casa al pasaje, el cual estaba decorado con globos y adornos amarillos.

Los vecinos ya estaban ahí, la mayoría estaban junto a su familia, como también habían los que se mezclaron.

—¿Puedo ir a jugar mami? —Pregunto uno de los niños de la familia, al ser aceptado su permiso correteo con sus primos por las veredas y la pista, la cual estaba despejada, sin ningún carro.

El resto de la familia Park se acercó a los vecinos saludando y conociéndose.
Jungkook se separó con Hoseok y Jimin hasta una de las casas apoyándose en esta.

—Es raro ver estrellas, haya casi ni se aparecen. —hablo Hoseok mientras metía una uva a su boca—

—Si, si me di cuenta —respondio Jimin— De aquí ¿Hasta cuando nos veremos?

—No lo sé Jiminie, espero y no sean muchos años. —respondio con una suave risa nostálgica, Jimin tenía razón, ¿Cuando sera la próxima vez que se vean? Al menos visitaría a Hoseok, pues el se mudó a Seúl ya, pero el resto de su familia sigue en Busan.

—No den tristeza, disfrutemos el tiempo en el que se queden. Podemos visitarlos en las vacaciones de Jungkook ¿Verdad?

—Mmh si creo —sonrio, nunca en sus vacaciones viajo ¿Por que? Pues el boleto era caro en esos meses, el no era pobre pero se preguntaba ¿Por que he perdido diez años sin mi familia si tengo suficiente dinero para pagar?— Faltan cinco minutos para las doce.

—Uhh que rápido pasa el tiempo, vamos con los demás. —Jimin tomo el brazo de ambos para jalarlos hasta donde se encontraba el resto de la familia que ahora estaba parada en la pared de la casa de Hoseok— Tres minutos.

Jungkook nunca se había distraído de mirar el cielo cada que daban las doce.

—Un minuto.

Sesenta segundos que pasaron rápido, los fuegos artificiales aparecieron, Jungkook con tal solo un desvío de mirada logro verlo.

Estaba parado enfrente de una casa junto a dos personas menores que el, con una gran sonrisa mientras miraba con alegría los fuegos artificiales, los fuegos artificiales no pararon de sonar durante los siguientes minutos que solo se quedó viendo aquel chico que ahora abrazaba con felicidad a sus acompañantes.
Veía como su cabello castaño se movía por la brisa del viento.

¿Por que simplemente no apartaba la mirada?

No lo sabía, sus pensamientos tampoco le decían que lo hiciera.

Más lo hizo al asustarse al sentir unos brazos rodear su cuerpo, no tardó en sonreír y corresponder el abrazo al darse cuenta que era su tío, "feliz año nuevo" le dijo, al igual que el resto de sus familiares lo abrazaron con fuerza.

Sus ojos lagrimearon conforme los abrazos cesaban, ¿Esto era lo que tanto esperaba volver a sentir? Por supuesto, extraño cada celebridad los abrazos, sonrisas y risas de su familia.
Tanto tiempo que solo se centró en recuerdos de su niñez y adolescencia.

Y se preguntan, ¿Sus padres?
Murieron, un día como hoy, año nuevo, cuando el apenas tenía seis años.
Claro que extrañaba volver a verlos, abrazarlos, pero con el tiempo se dio cuenta que eso no volvería a pasar, tenía que disfrutar cada momento de su vida tal y como lo hizo con sus padres.

—No llores Kook —nego con una sonrisa, no podía evitarlo, era muy sentimental, y lloraba con todo.— Me harás llorar.

—Lo siento tío

No aguanto más y abrazo con fuerza a su tío, ¿Que pasaría cuando volvieran a Busan? Aún faltaba mucho para sus vacaciones y los extrañaría.

Su tia se acercó y también la abrazo, sollozo sintiendo el leve temblor en sus cuerpo.

—Los amo mucho —dijo entre el llanto.

—Feliz año nuevo —se separó al oír una voz que no pertenecía a ninguno de sus familiares, si no a un vecino. Bajo la cabeza mientras sorbia su nariz y secaba sus lágrimas, más estas bajaban solas y termino por abrazar a Nayeon.

—Eres igual de llorón que Hoseok, ¿Lo-lo sabías? —asintio con una sonrisa, su prima también estaba por llorar—

Durante los siguientes minutos, su llanto cesó y sus ojos estaban hinchados, con un poco de vergüenza correspondió el abrazo a los vecinos que se acercaban a ellos.

Su mirada volvió al lugar donde había visto al chico, pero no había nadie, inconscientemente hizo una mueca. ¿Ya habrá pasado? Apenas habían pasado diez minutos.

Uh, tal vez tenía otra oportunidad de verlo durante los días que se hospedaria en la casa de Hoseok.

—Vamos a cenar Kookie.

Regalo «TaeKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora