Regalo «TaeKook»

19| Inconveniente

Hablar con su jefe había sido una buena opción, Taemin paso los limites y le agarro un miedo que lo único que lo tranquilizaria seria que se fuera de la empresa. Y eso es lo que estaba pasando.
Lo último que hizo Taemin fue meterlo al baño, tapandole la boca y agarrandolo con una fuerza que lo hizo llorar del dolor y miedo. Logro escapar, claro que si, y fue a presentar su queja. Ahora Taemin afrontaria las consecuencias, fue despedido.

Ahora de encontraba en el ascensor, aún se encontraba con miedo, mirando a todos lados. No quiso hacer un escándalo así que luego de aquel problema siguió trabajando, hasta si hora de salida.

...

Dos de la tarde, guardo con paciencia sus cosas, hasta que sintió su celular vibrar, sonriendo a medias cuando vio de quien era la llamada.

Taehyung, su alfa.

Cuatro meses de felicidad, citas, actos cariñosos, convivencia, todo era tan bonito, no habían presentado ninguna pelea hasta el momento y, no lo iba a negar, le daba miedo que llegue ese momento.

"Amor, estoy en el estacionamiento"

—"Ya voy, Tete, espérame" —corto con una sonrisa, la verdad después de un mal momento, deseaba acurrucarse junto a Taehyung y que le haga olvidar ese momento—

Una vez listo, espero el ascensor para poder bajar al último piso, y fue cuando se dio cuenta que el aroma de Taemin predominaba en su cuerpo, y con intensidad. Cerró los ojos frustrado, ojalá y no le generara problemas, estaba harto de volver a tener ese aroma, debía de haber hablado con su jefe desde hace mucho tiempo, y se evitaba ese problema. Si, estaba harto, lo bueno es que por fin se libró de ese sujeto.

Salió del ascensor, sonriendo en cuanto vio a Taehyung esperándolo en su carro. Se acercó y una vez junto a él, lo abrazo, sintiendo esa paz y tranquilidad que tanto quería en esos momentos.

Taehyung claro que correspondió el abrazo, pero se puso de mal humor cuando olió nuevamente ese maldito olor impregnado en el cuerpo de Jungkook. Era la tercera vez que sucedía.

—Jungkook, otra vez ese olor —dijo separándose un poquito— es insoportable.

—Ya se, pero ya lo despidieron, al menos eso me deja tranquilo —ambos se separaron por completo—

—¿Que te hizo? —quiso contarle...claro que si, pero Taehyung estaba enojado, así que simplemente negó, recibiendo un risa sin gracia— No me mientas.

—¿Podemos ir a comer? Después te lo cuento, por favor —suplico, quería que se le pasara el enojo, a saber como reaccionaria si le contaba ahora–

—Bien.

El camino fue silencioso e incómodo, Jungkook simplemente miraba por la ventana, cuestionando si debía decirle o no, no quería que su salida fuera incomoda. Quería abrazar a Taehyung, no tenerlo lejos. Mejor esperaba hasta llegar a su casa.

Media hora después, ambos estaban sentados en el mueble, apartando sus miradas cada vez que se encontraban.

—¿Que fue lo que paso? —la voz suave lo saco de sus pensamientos, hizo una mueca y decidió hablar—

—Intento forzarme en el baño de la empresa —apoyo su cuerpo en el sillón, desanimado— Logre salir y fue a hablar con mi jefe.  —arrugó su nariz cuando sintió el olor agrio del alfa—

Taehyung no dudo en abrazar a su omega, sintiéndose un tonto por la manera en que le reclamo, no era lo que necesitaba Jungkook en ese momento.

—¿Solo fue susto? —el menor asintió, acurrucadose en el cuerpo calentito— Disculpa por haber actuado mal, juro que ese tipo va a tener consecuencias por lo que te hizo, amor —negó, no queria que se metiera en problemas– Si, ese tipo de actos no se dejan pasar como si fuera nada. Vamos a tu cuarto, amor, debes descansar.

—Quiero que que te quedes conmigo.

—Lo haré, amor.

Una vez en la cama, ambos se acurrucaron y durmieron, esa calidez que sentían no la cambiaban por nada en el mundo.

¿Conocía el tipo? Si, ¿su casa? Hermano de uno de sus amigos, lo vio varias veces. Le hizo el pare más de dos veces.  No pensaba que debía contenerse.

Estaba dispuesto a golpear a ese maldito que lastimo a su omega.

Eran las siete de la noche y se encontraba en la casa de ese estúpido que le hizo daño a su omega. No dejaría que le vuelva a hacer algo, de eso se encargaba él.